Turismo

"No me verán más en Reino Unido": la confesión viral de un turista en España

Un vídeo de un tiktoker vuelve a poner en el foto el coste de la vida en el país

Un turista en Tenerife
"No me verán más en Reino Unido": la confesión viral de un turista en EspañaTiktok

Un nuevo vídeo viral ha puesto de nuevo el foco en el coste de la vida en Canarias. El usuario británico @deebolar, de visita en Tenerife, comparte su sorpresa al encontrar precios que, vistos desde el Reino Unido, considera “irrisorios”. “Tenerife no tiene sentido para mí”, dice ante la cámara después de recorrer un supermercado y citar ejemplos como refrescos de 2 litros en torno a 0,80 euros o garrafas de agua de 8 litros por 1,50. Y remata, entre risas: “No van a volver a verme por el Reino Unido, bro”.

La publicación encaja en un contexto ya caldeado por el auge del turismo británico en las Islas y el debate por la masificación. Al tradicional reclamo de sol, playa y gastronomía, muchos visitantes suman ahora un argumento más, los precios.

El matiz local es "barato" para unos, cuesta arriba para otros

Las reacciones no tardaron en llegar. Numerosos usuarios españoles intervinieron en los comentarios para poner esos precios en contexto. Lo que a ojos de un turista puede parecer muy barato, para muchos residentes no lo es cuando se compara con sus ingresos y con el encarecimiento de la vivienda. “Es barato porque los salarios de los residentes locales son muy bajos”, sintetizan varios comentarios, que apuntan a alquileres e hipotecas cada vez más altos, un fenómeno que asocian en parte al tirón turístico.

El contraste entre precios de consumo y salarios locales alimenta una conversación que va más allá del gancho turístico: ¿quién puede realmente aprovechar esos “precios bajos”? Para el visitante, la cesta de la compra canaria puede resultar una ganga; para muchos canarios, la ecuación se complica cuando el coste del techo absorbe buena parte del sueldo.

El vídeo de @deebolar, con su mezcla de asombro y humor, sirve de catalizador para un debate mayor, y es el cómo equilibrar la competitividad del destino -también por precios- con condiciones de vida sostenibles para quienes lo habitan todo el año. Una conversación que en el archipiélago ya no se limita a las redes sociales.