Confesiones

Una cántabra sentencia la masificación turística que hay en Santander: "Quieres salir a pasear por la calle y no puedes"

Ha insistido en que la especulación de viviendas en alquiler incrementa más la presencia de estas personas

Imagen de archivo sobre Santander, Cantabria
Imagen de archivo sobre Santander, CantabriaLa Razón

España es uno de los países más visitados en todo el mundo. Es ese destino que tanto gusta para veranear por sus playas, pero también atrae mucho la atención de aquellos que prefieren ponerse los esquís y disfrutar de los deportes invernales en las montañas. Ocurre lo mismo para las personas que buscan unos viajes más simples como una escapada a un pueblo durante el próximo puente.

Básicamente, podría decirse que nuestro país es muy polivalente en este sentido, ya que es muy complicado encontrarse con algún caso en el que la experiencia no haya sido enriquecedora. Aquí, por lo menos, algo estaremos haciendo bien, y más si se contrasta esta afirmación con los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Según este organismo, 94 millones de turistas accedieron a nuestro país para llevar a cabo sus viajes, cifras que batieron récords con respecto al año anterior; para este 2025 se espera que estos números se vean incrementados.

"El turismo masivo está siendo una locura aquí en Cantabria"

Por ello, existe esa creencia, bastante bien fundamentada, de que España y gran parte de sus comunidades autónomas están masificadas debido al turismo. Muchos ven todo esto con buenos ojos, pero también están las opiniones de aquellos que lo consideran un problema muy complejo con el que lidiar, como es el caso de Marta Fidalgo, una cántabra que ha expresado en sus redes sociales su malestar con respecto a la cantidad de gente que hay en toda la región, aunque mayormente en Santander, durante los meses de verano.

A través de su cuenta de TikTok, donde también se la conoce como @martafidalgoc, ha compartido un vídeo en el que ha dictado sentencia desde el primer segundo. "El turismo masivo está siendo una locura aquí en Cantabria", comienza. Lo cierto es que esto ocurre en muchas partes del mundo, pero ella ha centrado el foco en la que es su casa, su tierra y su identidad, como haría cualquier otra persona que ofrece su juicio subjetivo e individual. Eso sí, ha insistido en la idea de que estos pensamientos no tienen nada que ver con temas ideológicos:

"No aportan absolutamente nada a la sociedad, o por lo menos nada bueno"

"Decir esto no es ser un comunista que está en contra de que la gente viaje", todo lo contrario. Ella se considera a sí misma como una persona aventurera que planifica sus viajes, que gasta dinero, que se va a hoteles y a la que también le gusta salir a cenar a un buen restaurante, entre muchas otras actividades seguramente. No obstante, eso no quita que la ciudad se vea afectada por la actividad de tanta gente.

A partir de ahí, Marta ofrece una imagen en la que se puede ver a bastante gente joven reunida junto a una farola durante la noche y con el suelo repleto de residuos tales como botellas de alcohol y de plástico vacías, bolsas y vasos, entre otros; lo que es fundamentalmente un botellón. "Este turismo masivo no aporta absolutamente nada a la sociedad, o por lo menos nada bueno", juzga.

"Estamos hablando de chavales que se cogen un Airbnb para ocho personas y que sobreviven a base de litronas de cerveza y macarrones de Mercadona", comenta. Esto no es para nada un misterio. Las personas que oscilan entre los 18 y los 22 años de edad no suelen tener un trabajo estable a día de hoy ni tampoco una fuente de ingresos de lo más satisfactoria. Es por ello que se ven obligados a tener que cumplir con rutinas algo más asequibles para sus bolsillos para que puedan disfrutar, y esta costumbre que expone Marta es muy habitual. "Si tú piensas ves a estos chavales y te piensas que se van a ir al restaurante de tu padre lo llevas claro...", matiza.

"¿La policía para qué está, para ponerte multas por tomarte una cerveza fuera de una terraza?"

El tema de la especulación de los Airbnb también ha sido relevante durante este testimonio. "La mayoría de estos pisos, que están sobre todo en Santander, los alquilan personas que son inversores y que ni siquiera viven en la ciudad", asegura. A partir de ahí, Marta habla sobre la principal complicación que tiene un santanderino a la hora de salir a la calle: "Quieres salir a pasear por la ciudad y no puedes", critica.

Sin embargo, "eso es lo de menos", considera esta cántabra. "Siempre va a haber periodos de más gente o menos gente, pero lo que es seguro es que van a seguir viniendo y que van a descontrolarlo todo", razona. Es tal su descontento que achaca a la policía una mala gestión de su trabajo: "¿Para qué están, solo para poner multas cada vez que te tomas una cerveza un poquito más allá de la terraza?", declara a la vez que el vídeo llega a su fin.