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Casado: "Salir a la calle para defender a España no es de derechas"

"Desde que Sánchez gana la moción de censura hasta hoy resulta evidente que hay un plan de cesiones para intentar comprar los votos secesionistas", dice el líder del PP.

Pablo Casado, presidente del PP
Pablo Casado, presidente del PPlarazon

"Desde que Sánchez gana la moción de censura hasta hoy resulta evidente que hay un plan de cesiones para intentar comprar los votos secesionistas", dice el líder del PP.

- Naufragó la negociación de los Presupuestos. No habrá mesa de partidos ni mediador. ¿Por qué mantienen la concentración contra la política del Gobierno en la Plaza de Colón?

-Porque no ha cambiado nada. Al contrario: hoy hay más argumentos que ayer para ir a Colón porque al de las cesiones permanentes podemos sumarle el de tomar por tontos a los españoles.

- Pero, ¿por qué?

- Que han cedido, que se han entregado a los secesionistas, es un hecho evidente por sí mismo y no hay rueda de prensa de la vicepresidenta ni fotos del presidente que puedan desmentirlo. Pero, además, decir un día una cosa, defenderla al siguiente como si fuera la idea del siglo, y al tercer día, desdecirse filtrando un documento de apaños y eufemismos es propio de un Gobierno como éste: desnortado, sin proyecto y con la única ambición de seguir en sus puestos. Hoy por hoy, este Gobierno es el enemigo público número uno para los intereses de los españoles, para el mantenimiento del orden constitucional y la construcción de un futuro próspero para todos.

- ¿Usted de verdad cree que la unidad de España está en peligro? ¿En qué se ha cedido? Sánchez ha ratificado que no acepta el derecho de autodeterminación.

-No me cabe ninguna duda de que está en peligro. Si se observa la cronología de los hechos, desde que Pedro Sánchez gana la moción de censura hasta hoy resulta evidente que existe un plan de cesiones y claudicaciones por parte del Gobierno para intentar comprar los votos secesionistas que le aseguren su permanencia en Moncloa. Y esas cesiones no son otra cosa que el debilitamiento de la unidad nacional y la disolución del consenso y la convivencia que nacieron de la Transición. En el fondo, Sánchez está llevando el «nos conviene que haya tensión» de Zapatero a otro nivel mucho mayor, mucho más peligroso, degradando las instituciones y la unidad nacional. Porque sabe que cuanto más débiles sean las instituciones, más espacio va a tener para sus pactos secretos, sus componendas y sus ambiciones. Por eso sacó el tema catalán de las instituciones. Por eso se ha negado sistemáticamente el apoyo a los jueces.

- En cualquier caso, da por acabada la Legislatura, ¿no?

- No sé si la Legislatura está acabada, porque no sé si la negociación se ha dado por cerrada. Según la vicepresidenta, no se ha roto lo que ellos llaman diálogo. Si hubiera habido una decisión enérgica del Gobierno en defensa de la unidad de España, el mismo viernes Sánchez habría convocado elecciones o, por lo menos, habría obligado a dimitir a su vicepresidenta.

- ¿Está diciendo que Sánchez miente y que va a seguir negociando?

- Este Gobierno es el Gobierno de la mentira permanente. Y el viernes no dio a los españoles prueba alguna de que esta vez estén diciendo la verdad. Vista la dinámica y la ambición desmedida de Sánchez, no sé si podemos dar por acabada la Legislatura. Pero si es así, es urgente que el presidente lo diga, porque el pueblo venezolano está sufriendo y necesita nuestro apoyo; porque la recuperación económica está en riesgo, y es necesario apuntalarla para no volver a vivir la catástrofe que nos dejó como último regalo el señor Zapatero. Sánchez tiene que aclararlo: o la Legislatura está muerta o está viva, pero no se puede mantener artificialmente para que el PSOE continúe con su campaña.

- ¿De verdad cree que detrás de la política en Cataluña está la hoja de ruta de ETA?

-Afortunadamente no hay una banda terrorista. Pero la idea del relator o la de la mesa de partidos son ideas que no son originales del secesionismo catalán. Antes las trató de imponer Batasuna-ETA. A eso hemos de sumarle que las agresiones y los altercados se han recrudecido en los últimos meses y los partidos secesionistas se callan ante los brotes de violencia callejera. Se está implantando una agenda que, usando el amedrentamiento, acabe imponiendo la visión secesionista. Es una agenda totalitaria promovida por organizaciones y partidos que o alientan o, en el mejor de los casos, callan ante la violencia. Balas en sobres, niños acosados por ser hijos de políticos de mi partido, escraches en domicilios de jueces... La lista es demasiado larga como para seguir creyendo que esto es una «revolución de las sonrisas». Por mucho que Sánchez se empeñe en blanquearlo, lo que algunos quieren hacer en Cataluña es imponer la revolución del acoso, del señalamiento, del insulto y sí, también de la violencia callejera, de la «kale borroka».

- La izquierda le acusa de radicalizarse e irse a la extrema derecha por sacar a los españoles a la calle.

El de la «extrema derecha» es un espantajo que sacan a pasear cuando no saben qué hacer ni qué decir ni cómo explicar la traición que están perpetrando. Funcionan como un resorte: cuando una de sus barbaridades fracasa, en vez de pedir disculpas intentan desviar el foco y alimentar el miedo por una supuesta extrema-derecha. Es absurdo y mezquino. Salir a la calle, movilizarse por una causa noble como la defensa de la unidad de España y el orden constitucional no es de extrema derecha. No es ni de derechas. Es, como todas las causas nobles, universal a todo aquel que no esté cegado por sus propios intereses. ¡Lástima que ninguno de los líderes actuales del PSOE se ha adherido a la movilización de Colón! Pero allá cada uno con su conciencia y con su concepción del deber político.

- ¿Se arrepiente de los duros calificativos que dirigió contra el presidente del Gobierno la pasada semana? Hasta Rivera se ha desmarcado de ellos.

- Cada una de mis palabras está soportada por los propios actos de Sánchez. A Mariano Rajoy le llamaron corrupto, a José María Aznar, asesino, y a mí mismo me han llamado racista por no compartir una irresponsable política de puertas abiertas para la inmigración, o antipatriota por ir a Bruselas y decir a mis colegas del PP europeo lo que luego han dicho la Comisión, el Banco de España o la Autoridad fiscal, entre otros: que los Presupuestos no sólo eran imposibles, sino, sobre todo, dañinos para los intereses de los españoles. Y puedo añadir a la lista otro más: indigno, que es lo que me llamó la portavoz parlamentaria del PSOE. La izquierda española ha usado el lenguaje, pervirtiéndolo cuando ha querido, de la forma más ruin de todas. Lo ha usado para insultar, para blanquear actos deleznables, para mentir y engañar a los españoles. Por eso, que ahora se ofendan y se rasguen las vestiduras no resulta creíble.

- ¿Tanteará la posibilidad de una moción de censura si no hay elecciones?

- A día de hoy los números no dan y Ciudadanos ha descartado su apoyo, así que dudo mucho que sea posible. En prácticamente unas semanas lo españoles vamos a tener la oportunidad de dedicarle a Sánchez la más potente moción de censura, que es la de las urnas. Las elecciones autonómicas, municipales y europeas son todo eso, y, además, la primera oportunidad que los españoles tenemos para mostrar nuestro hartazgo ante esta errática actuación del Gobierno. Aun con todo, no la descartamos. Veamos cómo transcurre el día de hoy y cómo reacciona el Gobierno. Pero le insisto, para mí la moción más importante es la de las próximas elecciones de mayo. El 26 de mayo Sánchez recibirá el mensaje de rechazo más claro que jamás haya recibido un presidente del Gobierno.

- Desde fuera da la imagen de que hay una competencia entre PP, Cs y Vox por ver quién se envuelve más fuerte en la bandera de España. ¿Las elecciones de mayo se juegan en Cataluña?

- Por partes. Primero: no hay competencia alguna en torno a la bandera, porque la bandera no pertenece a ningún partido. Nuestros símbolos son una pertenencia común de todos los españoles. Y nadie se envuelve en ninguna bandera, en todo caso, la levantamos, la ondeamos, la defendemos, pero no para apropiárnosla, sino para justo lo contrario, para que siga siendo de todos, también de los que no estarán hoy en Colón. Y en cuanto a las elecciones, se celebran en toda España y todas son cruciales porque Sánchez ha convertido su permanencia en Moncloa en un problema y en una emergencia nacional. Pero es cierto que en Cataluña serán doblemente importantes, porque la mitad de la población está siendo acosada y maltratada, y nuestro deber es defenderla, desde la política, desde las instituciones, sin caer nunca ni en las maneras del secesionismo ni en los silencios cómplices del PSOE. Nuestro mensaje para los catalanes es muy claro: no os vamos a fallar.

- Después de la concentración, ¿qué? ¿Su partido tiene previsto promover más medidas de presión, en el Parlamento o en la calle?

- Después de la concentración, más política, más Constitución y más unidad nacional. En el Parlamento, en donde hemos registrado ya una petición de comparecencia, y en donde vamos a vivir unos debates sobre los Presupuestos que van a marcar el ritmo de la Legislatura, si es que aún sigue viva para entonces. Vamos a usar toda nuestra capacidad parlamentaria para poner coto a esta escalada de infamias. Y si es necesario, también en la calle. Estaremos en las plazas, en las calles, en donde haga falta para frenar esta sumisión del Estado, esta rendición del Gobierno ante quienes sólo tienen el propósito de acabar con nuestra democracia. El PP va a cumplir con su deber. Siempre y sin dudarlo ni un instante. Y una de las funciones esenciales de los partidos es ser herramienta de representación política de la sociedad. Y la sociedad está harta de tanta mentira, de tanta irresponsabilidad. No vamos a dejar ni un solo día de hacerle ver a Sánchez esta realidad. Es nuestro deber y lo vamos a cumplir.

- ¿Y buscará más acciones conjuntas con Cs y Vox?

- Siempre que sea necesario y el resto de los partidos acepten, sí. Pero yo no puedo hablar por otras formaciones. Creo que lo que vamos a vivir hoy en Colón es algo muy importante, porque es la unidad de los españoles frente a la política de la división del Gobierno. Y si las circunstancias persisten y este Gobierno no deja de ser infiel a su mandato y a su deber, volveremos a salir y trataré de que sea como hoy, todos juntos. Pero le insisto, no puedo hablar por otros. Lo único que puedo dejar claro es que el Partido Popular no va a anteponer sus intereses a los de los españoles, que no vamos a cejar ni un solo día en la defensa de valores comunes, como el imperio de la ley o el marco constitucional, y que no vamos a permitir que se mercadee con el futuro de España. Y si en estos compromisos que el PP ha adquirido con la sociedad tenemos que ir acompañados de otros, iremos.

- Dentro de su partido hay quien tiene miedo de que Vox aproveche el juicio del «procés» para seguir quitándoles votos.

- Vamos a ver cómo se desarrolla. Lo que desde luego sería un flaco favor al proceso judicial sería que la sala del Tribunal se convirtiera en un plató de televisión o en un mitin. Eso no haría más que dar argumentos y ocasiones para el falso agravio de los secesionistas, sólo serviría para animarlos a seguir con su mentirosa campaña de agravios y martirios de segunda.