Antonia, la reina del huerto: así es la colosal calabaza de Guadalajara que ya supera los 400 kilos

En una parcela de Guadalajara, bajo una sombrilla multicolor y rodeada de un cuidado invernadero, crece día a día Antonia, una calabaza gigantesca que ya supera los 400 kilos y ocupa más de 70 metros cuadrados.

Su protagonista no es solo vegetal, pues al frente del cultivo está Carlos, un apasionado horticultor que comparte cada etapa del proceso en TikTok a través de su perfil @elhuertodecarlos, donde miles de personas siguen con entusiasmo su reto: alcanzar los 500 kilos y competir con los gigantes de la agricultura nacional.

Carlos lleva 15 semanas dedicando horas y esfuerzo a su crecimiento con una rutina digna de un atleta de élite. La fruta recibe una dieta específica, ajustada semanalmente según su ritmo de crecimiento, las condiciones del terreno y los factores ambientales. Solo en agua consume cerca de 300 litros diarios, además de suplementos de potasio y abono foliar.

En esta fase del desarrollo, el horticultor ha abandonado completamente el nitrógeno para centrarse en potenciar el engorde del fruto. "Va aumentando unos 10 kilos al día, aunque me gustaría que fuera un poco más", explica en uno de sus vídeos.

El proceso no está exento de dificultades: las plagas, las bajas temperaturas nocturnas o las grietas en la piel del fruto son enemigos constantes. Por ello, Carlos aplica alcohol sobre la cáscara para prevenir hongos como el oídio o el mildiu, enfermedades comunes en cultivos de gran tamaño. Todo bajo una estrategia precisa de sombra y humedad que combina sombrilla, riegos alternos y una malla de sombreo.

El entusiasmo del hortelano se contagia. En sus vídeos no solo muestra la evolución de la calabaza, sino que lanza retos a su comunidad de seguidores: "Quien acierte el peso de la calabaza la semana que viene se lleva semillas de regalo", dice entre risas. Y ante este contenido, las reacciones no se han hecho esperar, con decenas de comentarios y miles de visualizaciones en cada publicación.

Pero esta calabaza no está sola. En su huerto, Carlos ha conseguido que lo extraordinario sea casi rutinario: un girasol de tres metros, una sandía de casi un metro de largo, tomates de un palmo y otra calabaza de más de 100 kilos acompañan a la gran protagonista. Su sueño, confiesa, es llegar a competir en certámenes agrícolas y, por qué no, batir el récord nacional de 1.028 kilos alcanzado en 2020.