
Sucesos
El Supremo confirma la condena por agresión sexual a una anciana: "Le colocó su pene en la mano"
La víctima, una mujer de más de 80 años, fue agredida durante una gammagrafía en una clínica privada de Albacete

El Tribunal Supremo ha confirmado la condena impuesta por la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJCM) contra un técnico de rayos que agredió sexualmente a una mujer octogenaria durante una prueba médica en una clínica privada de Albacete, en agosto de 2021.
El Alto Tribunal ha declarado no ha lugar al recurso de casación presentado por la defensa, por lo que la sentencia dictada el pasado 11 de abril por el TSJCM queda firme y plenamente ejecutable.
El acusado, identificado como D.C.S.V., ha sido condenado a un año y cinco meses de prisión como autor de un delito de agresión sexual. La pena incluye también la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante la duración de la condena.
Además, el tribunal ha impuesto la inhabilitación para ejercer su profesión como técnico de rayos, así como la prohibición de desarrollar cualquier actividad, oficio o profesión que implique contacto regular y directo con menores de edad.
"Le colocó su pene en una de sus manos"
Según los hechos considerados probados en la sentencia, recogida por Europa Press, el 10 de agosto de 2021 la víctima acudió a una clínica privada de Albacete para someterse a una gammagrafía, prueba que consta de dos fases separadas por un intervalo de una hora. El técnico de rayos ahora condenado fue el encargado de realizar ambas fases del procedimiento.
Durante la primera parte, una vez inyectado el fármaco necesario y mientras la mujer estaba "tumbada boca arriba en la camilla con los brazos en cruz", el acusado actuó con la intención de satisfacer sus deseos lúbricos, "colocando su pene en una de sus manos".
La víctima notó un tacto que describió como "rugoso y caliente", lo que le provocó "extrañeza y desconcierto". A pesar de la incomodidad, regresó a su casa tras la primera fase, pero no dejó de pensar en lo sucedido y volvió a la clínica una hora después para completar la prueba.
Durante la segunda fase, los hechos volvieron a repetirse. Según el fallo, "el acusado, actuando con igual ánimo lascivo, le puso el pene entre los dedos pulgar e índice de la mano derecha". La víctima volvió a percibir el mismo tacto y, esta vez, decidió comprobar qué estaba ocurriendo.
Según relata la sentencia: "apartó con la mano izquierda la mampara de la máquina, pudiendo ver el pene del acusado fuera del pantalón". Ante esta situación, la mujer increpó al técnico de rayos.
Como resultado de estos hechos, la mujer sufrió una crisis de ansiedad, por la que tuvo que ser atendida de urgencia esa misma tarde. Posteriormente, fue diagnosticada con un trastorno adaptativo mixto, que requirió tratamiento médico con antidepresivos y ansiolíticos. El informe médico señala que tardó varios días en recuperarse.
Un contacto "para tranquilizarla"
En su recurso ante el Tribunal Supremo, la defensa del acusado alegó que su condena se basa exclusivamente en el testimonio de la víctima, sin pruebas adicionales que lo corroboren. El acusado explicó que simplemente le cogió la mano, como hace habitualmente con otros pacientes, para tranquilizarla en una prueba que considera estresante.
Asimismo, argumentó que los hechos eran imposibles, ya que en ese momento vestía el mandil de plomo obligatorio para los técnicos de rayos, que cubre desde la cintura hasta los pies y sigue el protocolo de seguridad. Esta versión fue apoyada, según consta en la sentencia, por el director del centro médico.
Además, la defensa sostuvo que la percepción de la víctima podría estar influida por un supuesto "deterioro cognitivo ligero", aunque esta afirmación no fue respaldada por pruebas médicas concluyentes.
El Tribunal Supremo ha desestimado todos los argumentos del recurso y ha confirmado la condena, considerando que el testimonio de la víctima es "veraz, persistente, coherente y congruente con el resto de elementos del caso", incluyendo los efectos psicológicos sufridos y el relato detallado de los hechos.
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