La casa de Buitrago, primer paso de un ambicioso proyecto de Economía Social por la salud mental

Desde el pasado mes de junio funciona en el municipio soriano de Buitrago una casa rural en la que se atiende a personas con problemas de salud mental. Un centro que han puesto en marcha Asovica Soria y la oenegé Céntimos Solidarios, que tiene capacidad para ocho personas que podrán vivir de forma autónoma, aprender habilidades y compartir tareas, como si fuese un piso de estudiantes.

De hecho, las tres personas que viven en estos momentos en esta casa -todos ellos hombres aunque es mixta y en breve se incorporará una cuarto residente- tienen entre sus labores la de cuidar de un huerto y de varias gallinas, ya que una de las misiones de esta iniciativa social es que puedan también autoabastecerse. «Lo que buscamos es un creador de hogar, en el que estas personas se sientan como en su casa y puedan recuperar sus habilidades así como sus posibilidades de ser autónomos», destaca a LA RAZÓN Natalia Briongos, gerente de Asovica Soria, quien explica que la permanencia de los usuarios es ilimitada y que sólo abandonarían el centro cuando puedan ser realmente independientes y con un empleo.

Las casa está situada en un entorno natural y de tranquilidad, como herramientas terapéuticas frente al estrés, y en ella están pendientes de los residentes dos cuidadores, un trabajador social y un psicólogo. Pero lo más importante, es que este centro es la primera piedra de un ambicioso proyecto de Economía Social en el que Asovica y Céntimos Solidarios están trabajando con ahínco para que pueda estar listo en primavera del año que viene.

Una iniciativa laboral y de emprendimiento social, que tendrá a los productos agrícolas y su transformación en alimentos como protagonistas y que, según cuenta Natalia Briongos, ofrecerá un plan de vida a los que formen parte de él, dinamizará el día a día en Buitrago y alrededores, creará diez empleos y aportará su granito de arena para fijar población, tan necesaria en la zona.