Sucesos
Desmantelado un taller clandestino de fabricación de artefactos explosivos en una vivienda de Miranda de Ebro (Burgos)
La Guardia Civil detiene a un hombre de 43 años
Efectivos de la Guardia Civil desmantelaron el pasado jueves en una vivienda del centro de Miranda de Ebro (Burgos) un taller clandestino de fabricación de artefactos explosivos improvisados.
Se trata de una de las mayores aprehensiones de artefactos explosivos caseros realizada hasta el momento en España, según destacaron hoy en la capital burgalesa el teniente coronel Alfonso Martín, el capitán Castellanos, del Servicio de Información de la Comandancia de Madrid, y el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro Luis de la Fuente.
Así, se han incautado 26 armas de fuego entre fusiles de asalto, rifles, carabinas, pistolas y revólveres y 17 artefactos explosivos ya montados y más de 30 kilos de sustancias para su fabricación. Además, se tuvo que neutralizar esas bombas caseras, cargadas y muchas de ellas incluso con metralla, lo que aumenta la letalidad, suponiendo un “riesgo real” tanto para el dueño como para sus vecinos.
La Operación se denomina “Tangerina” y es continuación de otra operación anterior de tráfico de armas llamada “Naranja”. Se ha detenido a una persona, un varón de 43 años, vecino de la ciudad del Ebro, soltero y con una personalidad “solitaria, introvertida, y con una fuerte afición por las armas desde pequeño aunque carecía de licencias y permisos" y que ha sido enviado a prisión.
Compraba las armas por Internet en Eslovaquia, “originalmente armas de guerra, que estaban desactivadas de forma deficiente para poderlas vender ya que se podían activar fácilmente”, según explicó el capitán Castellanos, quien señaló que la importancia de esta operación es evitar que este gran número de armas puedan ser utilizados para fines violentos o su paso al mercado ilegal.
En este sentido, señaló que las adquirió en el mismo sitio del que partieron las armas que se utilizaron en los atentados de París de enero y noviembre de 2015.
Asimismo, remarcó que a lo largo de la investigación no vendió ninguna y que su fin, en principio, era acapararlas, aunque apuntó a la peligrosidad de semejante alijo en manos de una “persona inestable”.
Por su parte, Martín destacó la elevada cantidad de material intervenido de alta capacidad lesiva y los conocimientos y medios del detenido para elaborar explosivos. Asimismo, rechazó un vínculo del varón con organizaciones de cualquier tipo.
Se le imputan los delitos de tráfico de armas por su introducción en el país, el de depósito de armas de guerra, de fuego reglamentadas y de explosivos, lo que podría significar entre ocho y diez años de prisión. Llevaba al menos tres años acumulando estos artefactos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar