Universidad
La Universidad Isabel I analiza la influencia del cambio climático en el océano y sus consecuencias
El reciclaje de residuos tanto en el mar como fuera de los hogares han completado una jornada clausurada por Pedro de la Fuente, subdelegado del Gobierno en Burgos
En el contexto de la Cumbre del Clima (COP25), la Universidad Isabel I ha organizado la jornada “Preservación del Medio Ambiente: Impacto en el Desarrollo Social y Económico”. La doctora Tania Corrás, docente de la Isabel I, ha introducido la jornada poniendo el acento en que la COP25 ha sido “una Cumbre sin precedentes marcada por la emergencia climática”, a la que la Universidad ha intentado aportar su “gran compromiso con el desarrollo sostenible”. Tras recordar datos como que se extinguen 150 especies al año o que una bolsa de plástico tarda 150 años en deshacerse, ha invitado a “reflexionar sobre qué podemos hacer” para poner freno a este enorme reto global.
Rafael González Quirós, subdirector general de Investigación del Instituto Español de Oceanografía, con su intervención ha puesto negro sobre blanco en la importancia del agua salada en la sostenibilidad del planeta. “El océano es un factor del cambio climático y de su futura evolución”, ha subrayado, aportando datos de enorme peso como que el 93% del exceso de calor de los gases de efecto invernadero ha sido asumido por el mar, que también alberga 50 veces más CO2 que la atmósfera. “Hasta ahora, los océanos han absorbido entre el 25% y el 30% del exceso de CO2 derivado de las actividades humanas”, ha sentenciado Rafael González Quirós.
La influencia del cambio climático en los océanos apunta directamente a la pesca, el hilo conductor de la ponencia de Jose Antonio Fernandes, investigador en Big Data para la Innovación e Investigación Marina de AZTI, quien ha asegurado que “donde más impacto va a haber es en las zonas más pobres, en las economías más dependientes de la pesca”. De hecho, ha indicado, “muchas de las proyecciones futuras apuntan a que el mar va a seguir absorbiendo calor, pero de manera más lenta, por lo que las consecuencias terrestres se van a ver más rápido”.
No obstante, y a pesar de que ahora utilizamos un 31% más de combustible que hace unas décadas, el investigador ha dado algunas cifras que retratan un panorama no tan desolador, como que desde 1985 las capturas de pesca mundiales se mantienen en unos valores similares, debido en gran parte a que “la acuicultura ha doblado su producción”, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Entre las posibles soluciones, Jose Antonio Fernandes ha incidido en el papel que juega el Big Data para, por ejemplo, “intentar predecir mejor dónde va a haber mucho pescado para obtener lo mismo reduciendo el consumo de fuel”.
La Antártida
La participación de Pedro Llanillo ha tenido lugar desde Chile -país que iba a acoger la COP25- y se ha centrado en la emergencia climática y la Antártida, ámbito en el que este investigador es un experto. Este territorio, cubierto en un 99,68% de hielo y que aglutina el 77% del agua dulce de todo el planeta, está experimentando cambios muy preocupantes debido a la situación del clima.
En la Antártida se produce la formación de aguas profundas, un fenómeno que se está viendo alterado puesto que el calentamiento del océano que tiene lugar desde los 70, se traduce en una modificación de los patrones de viento antárticos. De este modo, aumenta la temperatura en la periferia de la Antártida reduciendo la superficie helada. Y, al haber menos hielo -que refleja mayor radiación solar que la tierra y el mar-, el océano se calienta a mayor velocidad, dificultando a su vez la creación de aguas profundas y creando un alarmante círculo vicioso.
Los datos revelan, tal y como ha detallado Pedro Llanillo, que en los últimos 50 años se han cedido 9,6 billones toneladas de hielo al mar, haciendo que retrocedan el 87% de los glaciares de la península antártica y elevando 27 milímetros el nivel del mar.
Pedro de la Fuente, subdelegado del Gobierno en Burgos, ha clausurado la jornada estableciendo un símil entre la atmósfera terrestre y la escafandra de los astronautas, augurando que “nos estamos cargando” la capa protectora de la tierra, y eso nunca puede tener consecuencias positivas. Además, ha destacado el papel de la Universidad Isabel I en su compromiso con la COP25 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y ha argumentado que la protección del medio ambiente es esencial, puesto que también repercute en la eliminación de la pobreza y la desigualdad.
Y desde Ecoembes, María Soledad Albarrán, técnica de residuos, ha acercado a los asistentes en qué consiste la iniciativa Recogida fuera del hogar. Proyecto Life. Zero Cabin Waste, que desarrolla la empresa. A esta exposición se ha unido la realizada por Rosa Chavarri, responsable del Proyecto Upcycling the Oceans de Ecoembes, complementando aspectos vinculados a nuestra vida diaria con cuestiones pertenecientes a la protección del ámbito oceánico.
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