Valladolid
Recorrido por los paisajes españoles a través del color, las emociones y el movimiento
Los pintores Isidoro Moreno e Irene Persa exponen en Valladolid sus obras más representativas que, llenas de expresión, luces y sombras, acercan al espectador el talante invariable de los páramos castellanos
Castilla es amarilla, verde y azul, llena de luces y sombras, eterna pero en constante evolución, como la obra del pintor vallisoletano Isidoro Moreno. Sus piezas, llenas de movimiento y color, acercan al espectador a los paisajes españoles más representativos sin necesidad de viajar, más que a través de la vista.
Moreno es un artista fecundo. «Pinto mucho y por eso tengo mucho que mostrar», asegura a LA RAZÓN. Por este motivo, organiza, junto a la también pintora Irene Persa, una exposición en su estudio, situado en la Calle Perú número 26 de Valladolid, de entrada libre y que estará abierta al público durante los próximos dos meses.
Este artista comenzó con las brochas desde bien pequeño, a los nueve años, en la academia de José David Redondo, con quien estuvo hasta los 18, cuando le preparó para la prueba de acceso a Bellas Artes.
Nunca ha dejado de pintar ya que «nunca se deja de aprender», afirma, aunque lo que afianzó su estilo y sus ideas pictóricas fue el Curso Superior de Pintura de Paisaje de Albarracín, del que ahora es profesor.
Además, se ha presentado a multitud de certámenes, alzándose como ganador de unos 80 concursos de pintura rápida, aunque si de algo se siente «especialmente orgulloso» es de haber conseguido en dos ocasiones el Premio Acor de Pintura.
Se considera un pintor de paisaje aunque también cuenta en su trayectoria con varios retratos animales y humanos, aunque reconoce no tener «facilidad» para encontrar modelos que le atraigan. No le ocurre lo mismo con los paisajes, de los que le gusta «todo», desde la llanura castellana a los Picos de Europa.
Pintura que va y viene
«Siempre me gustó el impresionismo francés, el español e incluso el ruso, pero estoy evolucionando hacia un expresionismo apartando la forma para dar prioridad al color y a la materia. Mi pintura va y viene», afirma.
La exposición de Isidoro Moreno parece obra de varios autores, «aunque yo siempre soy el mismo», asegura entre risas. Quizá sea porque pinta mucho desde la emoción y siempre lo hace desde lo que le provoca el paisaje, cambiando la paleta aunque manteniendo sus tonos base.
Por el contrario, la obra de Persa es «más cromática», como explica Moreno, quien detalla que, aunque viene de la Escuela de Madrid, donde daban mucha importancia al claroscuro, «ella se desligó hacia el cromatismo más exacerbado». También es muy gestual, «menos máterica que yo, utiliza brochas más pequeñas. pero resulta muy fresca, directa, ve más allá», concluye.
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