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27-28: El VRAC suma su cuarta Copa Ibérica en la última campanada
La victoria levanta el ánimo tras un desapacible mes de diciembre
El VRAC Quesos Entrepinares consiguió en Tajada Da Ajuda, Lisboa, lo que nadie había logrado hasta este 2019 y tras 39 ediciones de la Copa Ibérica: levantar el título peninsular en tres ocasiones de forma consecutiva. Y es que la victoria frente a Agronomia permite al VRAC seguir escribiendo capítulos del rugby español con letras de oro. Se trata de la cuarta Ibérica para Diego Merino y su equipo, que ya habían levantado el cetro hispano – portugués en 2014, 2017 y 2018. La victoria, además, levanta el ánimo tras un desapacible mes de diciembre en el que el Quesos, con resultados muy ajustados, se dejó dos partidos ligueros y una final copera tras la reciente eliminación en Pepe Rojo. El triunfo frente a Agronomia fue sufrido a más no poder, con un final de infarto para sellar el 27-28 definitivo.
El rival, actual campeón portugués y que llegaba con una dinámica muy similar a la del Entrepinares (buen comienzo de temporada y varias derrotas en las últimas semanas), sorprendió para bien una vez que Gianluca Gnecchi señaló el inicio del encuentro. Velocidad, fluidez y resolución en los últimos metros caracterizaron el juego del equipo de Frederico Sousa. Sin embargo, el VRAC gozó de la primera oportunidad de adelantarse en el marcador, con un puntapié de castigo fallado por Baltazar Taibo, que volvió a asumir la responsabilidad con el pie ante la ausencia de Gareth Griffiths y la suplencia de Kemu Valetini. Al argentino le pasó factura el desconocimiento del campo, situación que favoreció como local a Agronomia, muy certero en todas sus patadas. Así, los portugueses consiguieron sus tres primeros puntos con el pie pasado el minuto 18. La grada, con muy buen ambiente y que se tomó muy en serio la competición, se creció y llevó a los suyos a la primera marca, que ponía las cosas cuesta arriba a un Quesos nuevamente errático en la touch y con errores otrora difíciles de ver en los azulones.
Pese a todo, el equipo de Diego Merino se rehacía y tiraba de galones para seguir con vida. Así fue con el 10-0 inicial. Una vez más, lo poco que le costaba al rival sumar puntos se convertía en una odisea para el Quesos, diferencial en melé pero sin finalización. Sí estuvo certero cerca de la media hora de juego y precisamente tras una melé que llevó el oval hasta la parte izquierda del ataque del VRAC, por donde irrumpió Baltazar Taibo para lograr el ensayo y la consiguiente transformación. El propio Taibo pasaría entre palos minutos después el oval haciendo bueno uno de los varios castigos que cometería Agronomia. El 10-10 duró en el marcador de Tapada da Ajuda apenas dos minutos, lo que tardaron los agrónomos en volver a romper la endeble defensa quesera para llegar al descanso con un 17-10 desfavorable a los vallisoletanos.
La segunda parte comenzó con mejores sensaciones para el VRAC, consciente de que el desgaste le pasaría factura tarde o temprano a Agronomia. Ayudaban también las rotaciones de Merino, con la entrada de jugadores como Alberto Blanco, que aportaban un plus al nivel del Entrepinares. Alcanzado el ecuador del segundo acto, el VRAC conseguía darle la vuelta al marcador y ponerse por delante. Lo hacía gracias a una patada entre palos de Taibo y un ensayo de Tuki Raimona, que posaba tras una buena acción de Guillo Mateu que, a su vez, premiaba la insistencia de un Quesos que había salido con otra actitud. Agronomia parecía haber decaído en ritmo y juego, pero se trató de un espejismo. Espoleados por los suyos, los anfitriones volvieron a la carga, se aprovecharon de una amarilla a Nathan Paila y, de nuevo con relativa facilidad, abrieron brecha en el marcador.
El VRAC, mientras tanto, desperdiciaba puntos con el pie y también a la mano. Un castigo y un ensayo transformado cuando el partido entraba ya en un tramo aparentemente irreversible (minuto 65) obligaban al equipo española a apelar a la épica para no dejarse el título ibérico en Lisboa. El trabajo ofensivo no daba sus frutos y, pese a jugar en ventaja, el VRAC renunciaba a ir a palos para sumar siete puntos del tirón que no terminaban de llegar. Apareció entonces Tani Bay para, con una acción milagrosa, conseguir un ensayo bajo palos que cambiaba mucho las cosas (27-25). El reloj del árbitro indicaba que restaban 10 minutos por jugarse y el VRAC no se iba a rendir. Le valía un ensayo o un castigo transformado para sumar su cuarta ibérica. Y se lanzó a por ello. En esos 10 minutos pasaron muchas cosas. Algunas negativas, como un avant en el peor momento y Agronomia agotando los minutos en campo contrario con juego fácil. Pero también positivas, como una touch arrebatada a los portugueses en el mejor momento y una poderosa melé que terminó llevando el oval a terreno portugués. Así se llegó, a unos 30 metros de zona de marca, a una melé que decidiría el ganador del partido. El VRAC arrasó y Agronomia pecó. Castigo favorable que asumió Broc Hooper para pasar entre palos y firmar el 27-28 que suponía la cuarta Copa Ibérica para el VRAC Quesos Entrepinares.
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