Burgos
El Mirandés, ante su última gesta
Disputa hoy la semifinal de la Copa del Rey ante la Real Sociedad, a la que debe remontar el 2-1 de la ida
Una cita con la Historia. En busca de otra gesta. Una ilusión desbordante. Un sueño del que no se quiere despertar un club pequeño y humilde, el Mirandés, de Miranda de Ebro (Burgos), que hoy, a partir de las nueve de la noche tiene ante sí el reto de alcanzar la final de la Copa del Rey. No será fácil, ya que enfrente tiene a una de las sorpresas de esta liga, la Real Sociedad, que llega a Anduva con una exigua ventaja, 2-1, pero que a la postre puede ser definitiva.
Desde el club están desbordados ante esta cita, como comentan fuentes del Mirandés, ya que se han vuelto a ganar las simpatías, como ya hicieron hace años en otra cita copera para el recuerdo, de gran parte de España. No es para menos, la ruta que ha seguido el conjunto dirigido por Iraola, cargándose al Coruxo y al UCAM Murcia, y a los “Primeras” Celta, Sevilla y Villarreal, con un juego endiablado y con todo merecimiento.
A lo largo de la historia sólo han sido cuatro los equipos de Segunda división que han logrado ser finalistas de esta competición. El último, el Castilla, que cayó hace 40 años ante el Real Madrid. Antes hay que remontarse a la década de 1930, cuando en tres ediciones próximas llegaron a disputarla el Betis, el Sabadell y el Rácing de Ferrol.
Y es que para ello, el estadio de Anduva, se ha convertido en un fortín, ya que hay que recordar que las anteriores eliminatorias se han disputado a partido único. Y para esta cita, como no podía ser de otra manera, registrará un lleno absoluto en sus 5.700 butacas, con la presencia también de un millar de seguidores provenientes de San Sebastián. El resto de entradas las ha distribuido el club en distintos compromisos algo que no ha sentado bien a los aficionados que no son socios, que se tendrán que contentar con ver el partido a través de la televisión.
Y cómo no podía suceder de otra manera, la polémica por los horarios también ha generado cierto malestar en las oficinas del club. El otro equipo finalista, la Real Sociedad jugaba el pasado viernes su respectivo partido de Liga ante el Real Valladolid, mientras que el Mirandés tenía que hacerlo el domingo por la tarde. Casi 48 horas de diferencia y de “descanso” para los primeros, algo que el propio presidente del club Alfredo de Miguel ha reprochado a la Federación esta situación “que nos perjudica y adultera la competición”.
Un sueño copero del que no se quiere despertar y que puede además, traer fuertes ingresos económicos para el club, ya que en el caso de alcanzar la final, que se disputaría en el estadio de La Cartuja de Sevilla, daría un billete para jugar la nueva Supercopa en Arabia Saudí, con la repercusión mediática e internacional que todo ello supone.
Un 2012 inolvidable
Y es que el idilio del pequeño club burgalés se gestó hace siete años. En aquel momento, el Mirandés figuraba en la Segunda B, por lo que el camino fue más tortuoso y complicado. Amorebieta, Linense y Logroñés fueron los primeros equipos damnificados. Ya en dieciseisavos de final el primer hueso, el Villarreal, y a doble partido. 3-1 a favor de los burgaleses con la aparición estelar de Pablo Infante, el gran héroe de esta gesta, que lograría un doblete en El Madrigal.
En octavos llegaba el Rácing de Santander, por aquel entonces en Primera. 2-0 en Anduva, con otro gol de Infante y un 1-1 en El Sardinero hacía posible el pase a los cuartos de final donde les esperaba el Español de Mauricio Pochettino. En Barcelona se caía por 3-2 después de adelantarse por 0-2 y Anduva obró el milagro cuando agonizaba el encuentro con un 1-1, e Infante ponía una falta en el minuto 93 que remataba Caneda y que ponía al Mirandés en semifinales.
Allí, el Athletic de Bilbao no dio opción alguna y se impuso por un claro 6-2. Pero el fútbol fue justo con el modesto conjunto burgalés, que esa misma temporada conseguía ascender a Segunda división.
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