El deporte castellano y leonés, también en cuarentena y sin fecha de regreso

Con resignación, al igual que el resto de la ciudadanía, vive el deporte castellano y leonés la cuarentena impuesta por el coronavirus. Encerrados en casa, realizando las pertinentes tareas que les han impuesto los diferentes cuerpos técnicos para no ir perdiendo la forma en estos días y llegar de la mejor manera posible al arranque respectivo de sus competiciones, aunque sin fecha de regreso. Uno de estos casos es el del Real Valladolid cuya plantilla ha recibido pautas nutricionales, físicas y psicológicas para llevar de la mejor manera posible el confinamiento. Durante la semana la web del conjunto vallisoletano ha ido colgando vídeos de sus jugadores de cómo están viviendo este periodo de confinamiento.

Una práctica habitual que se está viviendo en los tres equipos representantes en la Segunda división, como son el Mirandés, el Numancia y la Ponferradina, donde sus jugadores siguen a rajatabla las recomendaciones del club, como el joven marroquí Moja Sahanji del Numancia o Carlos Julio Martínez, del Mirandés.

Eso sí, la posibilidad de plantea un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) ya comienza a planear entre las directivas de algunos clubes, como la Ponferradina, aunque de momento ha pospuesto la decisión a tomar a la espera de la reunión prevista por LaLiga en los próximos días.

También el mundo del baloncesto vive con incertidumbre el futuro, como el San Pablo Burgos, que viene realizando una excelente campaña y que el covid-19 ha cortado su buena progresión tanto en la ACB como en la Liga de Campeones, en la que continúa vivo, en cuartos de final.

Al igual que el Carramimbre, encaramado al frente de la tabla de la LEB-Oro, cuya plantilla trata de no perder el buen tono fisico para afrontar con garantías el tramo final de la competición, cuando llegue.

El mundo del balonmano tampoco es ajeno a la crisis, tras confirmarse el ERTE en el día de ayer del Ademar León mientras que la plantilla del Recoletas Atlético Valladolid está aguantando como puede el parón a través de las rutinas de ejercicios enviadas por el preparador físico, o con entrenamientos grupales por “Skype”, que también sirven de terapia para no perder el contacto personal al igual que sus compañeros del Club Balonmano Nava.