Valladolid
Optimismo ante las adversidades
Autónomo, con una mujer sanitaria y una hija de 16 años en Estados Unidos, el vallisoletano Ricardo Pindado vive el momento con “calma tensa” pero confiado en que vamos a “salir fortalecidos como sociedad”
El panorama familiar que está dejando la crisis del coronavirus a lo largo de toda Castilla y León es muy diverso y variopinto. Cada ciudadano vive lo que le toca, de la mejor manera posible y trata de sobrellevarlo con calma, paciencia, resignación, pero también, con un halo de optimismo y de esperanza, ya que esta situación, más pronto que tarde, va a llegar a su fin.
Es la que está viviendo el vallisoletano Ricardo Pindado, afincado en el municipio de Arroyo de la Encomienda. Su cuadro actual es el siguiente: autónomo, con una empresa particular puesta en marcha el pasado mes de enero; su mujer trabaja en el Clínico de Valladolid como sanitaria; y cuenta con cuatro hijos, uno de los cuales, la mayor, Jimena, se encuentra estudiando en Estados Unidos 1º de Bachillerato y, de momento, no puede regresar.
“Se está viviendo la situación con calma tensa y con mucha incertidumbre”, confiesa a este periódico. A nivel laboral, el pasado mes de enero ponía en marcha su propia empresa, relacionada con el mundo de los seguros, y dado que los comienzos son duros, este parón económico “no ha ayudado”. "El trabajo se ha reducido en un 80 por ciento, al estar muy relacionado con el mundo de la construcción y de momento, lo que puede hacer es “teleperitaciones”, por “respeto a las personas, y también por nuestra propia salud”. Eso sí, este tiempo lo esta aprovechando para ponerse al día en el tema administrativo.
La familia
Ya a nivel familiar, cuenta con dos hándicaps importantes que le preocupan en el día a día. Su mujer Elena, trabaja como sanitaria en el Hospital Clínico de Valladolid. De una reducción de jornada que tenía ha pasado a completa por la situación actual y “percibimos en casa la tensión acumulada que trae, el cansancio, la pena de que no se puede llegar a todo..., que no dan abasto". Por ello, cada vez que llega al domicilio particular después de una dura jornada laboral, los mensajes de apoyo y ánimo por todos los integrantes de esta familia hacia ella no son pocos, con el fin de tratar, en la manera de lo posible evadirla de la situación por unos momentos, aunque no es nada fácil.
Y el otro hándicap se encuentra en Estados Unidos, concretamente en el estado de Minnesota, donde su hija mayor, Jimena, cursa 1º de Bachillerato. Allí, ya se han suspendido las clases, pero de momento vive con una familia, a la espera de que pueda ser repatriada a España. “Visto el panorama y el jaleo para venir, entenderíamos que pudiera pasar la cuarentena allí, ya que se trata de un estado muy aislado, lejos de la ebullición de las grandes ciudades”. El contacto es diario a través de vídeollamadas. “La tecnología nos está ayudando a acercar más a las personas”, afirma. Pero el problema surge a la hora del proceso para el regreso. Necesita un par o tres de vuelos para enlazar con Madrid, se trata de una menor, y “puede incluso tener que esperar en un aeropuerto varios días para conseguir el enlace. Hay que tenerlo todo muy atado, pero ni aún así...”. Por ello, consideran, que aunque esté lejos de la familia, lo más seguro es que permanezca allí hasta que acabe la situación, “ya que además aterrizaría en Madrid, que es el foco principal del virus en España”.
Tanto Ricardo como Elena también forman parte de un programa de la Diócesis de Valladolid para la preparación del matrimonio para jóvenes parejas. Algo que también está completamente paralizado y que afecta a 200 parejas que iban a celebrar su boda este año.
Pero pese a todo a estas preocupaciones, Ricardo Pindado afronta el futuro con optimismo. “Son días de estar más con la familia, de valorar que lo tenemos , de rezar mucho y estoy seguro de que esto nos va a ayudar a salir más fortalecidos como sociedad”. Una lección aplicable a todos, pero en especial a los más pequeños, para que sepan valorar lo que tenemos y a reconozcan el trabajo de todas aquellas personas que están aportando su granito de arena para encarar esta crisis del coronavirus.
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