Castilla y León

La osezna reintroducida en Picos de Europa retoma la actividad tras pasar seis meses en su refugio invernal

Los agentes medioambientales constatan el buen estado de salud del animal, que cumple ahora 16 meses de edad

La osezna reintroducida en Picos de Europa retoma la actividad tras pasar seis meses en su refugio invernal
Captura de vídeo de una imagen de la osezna.JCYL03/05/2020larazonJCYL

La cría de oso cantábrico reintroducida en noviembre del año pasado en el Parque Nacional de los Picos de Europa se está aclimatando a su entorno con absoluta normalidad tras pasar seis meses en su refugio invernal. El ejemplar proviene de la población occidental de osos de la cordillera Cantábrica, donde fue rescatada cuando tenía muy pocas semanas de vida.

Los agentes medioambientales y celadores de Asturias, Castilla y León y personal del Parque Nacional de los Picos de Europa han observado que la osezna está en buen estado y que sus parámetros se corresponden con los de un ejemplar de 16 meses de edad, a juzgar por las imágenes tomadas a primeros del mes de abril.

El animal, tras su reintroducción el pasado mes de noviembre, pasó las primeras semanas adaptándose a su nuevo entorno, encontrando refugio en una pequeña cueva situada a 1.000 metros de altitud, donde ha pasado los meses de invierno, si bien nunca en un letargo continuo, ya que solía recorrer el entorno cada cierto tiempo.

En este tiempo se ha movido solo para alimentarse en un radio de unos pocos cientos de metros de la cueva haciendo salidas continuas al exterior debido a que el invierno ha sido de muy pocas nieves, por lo que la hibernación, propiamente dicha, ha sido muy corta.

A mediados del mes de abril el animal ya había dejado su refugio invernal y actualmente está empezando a recorrer la zona con movimientos cada vez más amplios. Comienza su periplo por los montes asturleoneses, enriqueciendo y formando parte ya de la población oriental de osos de la cordillera Cantábrica, escasa en hembras según los últimos estudios.

Sistema de seguimiento y monitorización

Todos estos datos son posibles gracias al sistema de seguimiento que lleva la osezna incorporado y al trabajo de monitorización realizado por un equipo humano muy especializado. Así, el seguimiento a distancia se realiza captando la señal de dos pequeños dispositivos que tiene adosados a la espalda con dos sistemas de transmisión: una señal en VHF que sería captado por un receptor de mano portátil con antena, disponible por los equipos del personal de campo.

Esa señal emite en una frecuencia determinada que, al ser captada y mediante una triangulación adecuada, permite acotar la zona donde se encuentra. El segundo sistema emite una señal GPS-GSM de telefonía móvil a una Web, siendo para ello necesario que el ejemplar esté en cobertura. Este último sistema permite su localización casi exacta sobre el terreno.

La labor de seguimiento está siendo realizada por cinco equipos, de entre tres y cinco personas cada uno, compuestos por agentes medioambientales y celadores de Asturias, Castilla y León y personal del Parque Nacional de los Picos de Europa. Cada equipo dispone de receptor con antena portátil que vuelca los datos a una base de datos creada al efecto donde además se recogen los directamente enviados por el animal en SMS, cuando obtiene la cobertura adecuada.

En estos meses, dado lo abrupto de la zona, no siempre se ha obtenido cobertura de su posición de forma continua y solo desde hace un par de semanas ha iniciado su periplo por los montes asturleoneses, empezando a transmitir los datos que tenía acumulados, así como los diarios.

La Guardería de Medio Natural del Principado de Asturias, en colaboración con técnicos especializados, recogió a la cría en las inmediaciones del cercado osero de Proaza a finales de mayo de 2019. Tras estabilizarla se trasladó al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre, en Cantabria, unas instalaciones específicas para el tratamiento de esta especie. Posteriormente, se llevó al recinto de Valsemana, en la provincia de León, espacio en semilibertad, aislado y con un adecuado enriquecimiento ambiental, como paso previo a su reintroducción en el medio natural a comienzos de noviembre.