Coronavirus
Castilla y León entra en recesión
El PIB cae entre enero y abril más de cinco puntos hasta el -3,2 por ciento, y se salva de un cataclismo gracias al sector primario
Castilla y León entra en recesión. Lo que era un secreto a voces se ha confirmado esta mañana con los datos de la contabilidad regional correspondientes a los tres primeros meses de este año, que revelan un escenario demoledor, y eso que no registra el mes de abril ni la mitad de mayo, hasta que ha empezado la desescalada en algunas actividades, que ha sido el tiempo más crítico de esta pandemia.
Y es que la riqueza de la Comunidad, o lo que es lo mismo, el Producto Interior Bruto (PIB) ha caído en este trimestre 5,1 puntos, del 1,9 al -3,2 por ciento, y solo se salva del cataclismo gracias a la fortaleza del sector primario, que tira más que nunca de la economía regional, con un crecimiento interanual del, 5,4 por ciento (-4,7 en el periodo anterior), con importantes crecimientos en la producción agrícola y ganadera.
Pese a este panorama complicado en lo económico, nuestra Comunidad puede presumir de ser una de las regiones de la España autonómica que mejor se comporta y aguanta la situación, ya que la Región presenta cifras más positivas que la media española, donde la bajada se sitúa en un 4,1 por ciento, algo que concuerda con el objetivo marcado por el Gobierno de Fernández Mañueco de conseguir que al final de año Castilla y León esté por debajo de la media autonómica tanto en tasa de paro como en deuda y situación económica de hecho, las primeras palabras del consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, eran para destacar esta cuestión. “Ya no hablamos de desaceleración, sino que hemos entrado en una fase de recesión, eso es así, pero al menos los datos son mejores que la del conjunto de España”, asegura el consejero.
Si el campo da las buenas noticias, con un futuro además esperanzador especialmente en la agricultura por la histórica cosecha del cereal que se espera, la industria, por el contrario, es la que más sufre este desplome, ya que decrece un 3,4 por ciento frente al aumento del 0,4 observado en el periodo anterior y dentro de este sector, la rama manufacturera, con la alimentaria y la de material de transporte a la cabeza, que caen un 4,5 por ciento.
También logran que Castilla y León mantenga el tipo las denominadas ramas energéticas, que han aumentado un 9,3 por ciento su PIB respecto al mismo periodo del pasado año, debido al mayor incremento experimentado por el suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado.
Si bien, es la Construcción la que más nota la crisis, ya que cae en picado hasta un -8,4 por ciento cuando en marzo de 2019 era un gremio que crecía en el 3 por ciento y se había recuperado espléndidamente de la brutal crisis de 2008. “Se trata de un impacto radical que ha dado la vuelta completamente a este sector”, apunta Fernández Carriedo.
De la misma forma, los Servicios, que engloba al pequeño comercio y la hostelería principalmente, sufre también sobremanera el impacto, y eso que la pandemia, con su posterior estado de alarma apenas que ha paralizado el país durante más de dos meses, ha afectado a estos negocios apenas quince días en este informe, por lo que los datos del próximo trimestre se esperan mucho peores. Así, el sector Servicios se ha desplomado en estos tres meses hasta el -2,9 por ciento cuando en el último trimestre de 2019 crecía a un ritmo del 2,6 por ciento, por lo que la caída es de 5,5 puntos.
Todos estos datos tienen que ver en cuanto a la oferta de los mercados, mientras que respecto a la demanda, la contabilidad de este trimestre deja también una contribución negativa de la demanda interna, que pasa de 2 a -3,8 puntos porcentuales, con un descenso del consumo final del 2,5 por ciento cuando en el trimestre anterior el consumo crecía en el 1,9 por ciento, debido principalmente al descenso del gasto de los hogares, que cae hasta el -4,5 por ciento al inicio de abril.
También cabe señalar que el sector exterior ha aportado siete décimas a la economía, si bien este dato queda oscurecido por las importaciones que se desploman un 4,8 por ciento respecto al trimestre anterior.
Unos datos que han tenido su repercusión también en el empleo,ya que los puestos de trabajo a tiempo completo se han contraído en este trimestre medio punto porcentual, con especial incidencia en las Construcción, que pierde el 3,2 por ciento de sus empleos. La agricultura, por su pate, se deja en este tiempo el 1,2 por ciento de su empleo; la industria, un uno por ciento; y los servicios, un 0,1.
Y pese a que en la comparativa con otras regiones la nuestra no sale mal parada, estas cifras amenazan con un escenario aterrador de cara al próximo periodo de análisis, “en el que ahí sí que se notará más el impacto que la Covid-19 ha tenido en nuestra economía”, señala el consejero.
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