Valladolid

La virtud de ser agradecido

Juan Carlos de Margarida Sanz, decano presidente del Ilustre Colegio Profesional de Economistas de Valladolid
Juan Carlos de Margarida Sanz, decano presidente del Ilustre Colegio Profesional de Economistas de ValladolidAna Rodríguez de la Vega

La Covid-19 ha dado un giro de 180º a la visión que teníamos hace apenas unos cuantos meses del mundo y su evolución. A cambio, nos ha puesto prueba a todos los niveles. La adaptación sanitaria, social, económica y política necesita grandes cambios para mantener la sostenibilidad del planeta. Y Europa no es una excepción.

Los 750.000 millones destinados a la recuperación post Covid son un hito histórico, donde los 27 estados de la Unión Europea han dado un gran paso para mantener la unidad en época de crisis. El acuerdo entre todos los participantes ha sido de gran desgaste, puesto que en las negociaciones había diferentes aristas e intereses, principalmente entre los países frugales: Dinamarca, Países Bajos, Austria, Suecia y Finlandia, y el resto, donde nos encontramos a España e Italia como grandes damnificadas por la pandemia.

Nuestro país recibirá del fondo de recuperación europeo 140.000 millones, de los cuales 72.700 irán a ayudas directas. Pero el uso de este dinero vendrá condicionado por las medidas que marque el Consejo Europeo, que apuesta por un crecimiento fuerte, equilibrado y sostenible, fomentando la transición digital y ecológica y la formación de estudiantes y trabajadores. Pedro Sánchez no podrá disponer de los fondos para aliviar las pensiones ni para gastos propios del país que tendrán que sufragarse con recursos o deuda.

Es indispensable que estemos alineados con nuestros socios europeos. El Gobierno tiene la oportunidad de devolver a España a la cabeza de las principales potencias mundiales. Destinar con criterio estos fondos supondrá la viabilidad para las generaciones posteriores. Debemos aprovechar para invertir en la modernización de la economía. Salir de los contratos temporales; la precariedad laboral; la evasión fiscal, tienen que ser objetivos prioritarios en los próximos años.

Es el momento de realizar una inversión ganadora, con políticas activas de empleo y una renovación tecnológica en las empresas, yendo a la par de las ideas de la Unión Europea sobre la viabilidad de un proyecto más verde y digital.

Con el paso de los años, quedarán en la retina de todos los ciudadanos los hospitales colapsados y la educación en cuarentena obligatoria. Los recursos tienen que ir destinados a garantizar la sostenibilidad de estos ámbitos fundamentales. Nuestra clase política tiene que reforzar los sistemas formativos, apostando por la investigación y el desarrollo.

En definitiva, España tiene la gran oportunidad de avanzar como sociedad, con la responsabilidad de respetar y proyectar esta inversión de la Unión Europea. El principal valor para llevar a cabo las operaciones estará enmarcado en la virtud de ser agradecido. El gasto responsable de los fondos europeos es indispensable para no estancarnos en la cola de Europa.