Castilla y León

Salud mental y bienestar, una prioridad global

“Es imprescindible un aumento de la inversión en este ámbito”, asegura Elena Briongos

Elena Briongos, presidenta de la Federación Salud Mental Castilla y León
Elena Briongos, presidenta de la Federación Salud Mental Castilla y LeónSalud Mental

El 10 de octubre se celebra en todo el mundo el Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemoró por primera vez en 1992, fecha que eligió la Federación Mundial para la Salud Mental para llamar la atención sobre la importancia de la salud mental. Desde entonces, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se une a la conmemoración y apoya la iniciativa.

Por este motivo la sociedad civil organizada entorno a la salud mental, a lo largo del mes de octubre, realizamos numerosas acciones informativas, de sensibilización y de reivindicación tanto para promover la salud mental en toda la población, como para defender los derechos y la inclusión social de las personas con problemas de salud mental y/o discapacidad psicosocial, y sus familias.

El lema elegido este año por nuestro movimiento asociativo es: “Salud mental y bienestar, una prioridad global”, y está alineado con la temática propuesta por la Federación Mundial para la Salud Mental, que en 2020 se centra en la defensa de un acceso universal y equitativo a los servicios de cuidado y prevención de la salud mental.

La salud mental y el bienestar son un derecho de todas las personas. En el actual contexto de crisis sanitaria, social y económica, se hace aún más urgente que la salud mental se convierta en una prioridad global, y se comiencen a paliar, desde los distintos ámbitos implicados, las carencias de los sistemas sanitarios y la atención a la salud mental.

Las asociaciones que integran el movimiento asociativo Salud Mental son un ejemplo de participación ciudadana y conocemos de primera mano la situación real de la atención a la salud mental y las necesidades de las personas directamente afectadas, que se han visto incrementadas debido a la actual situación derivada de la pandemia de la Covid-19.

Para la necesaria promoción y prevención de la salud mental, es preciso un aumento de la inversión. Los recursos destinados a salud mental eran ya insuficientes antes de la pandemia, pero tras la llegada del Covid-19, se hace más necesario que nunca dotar a todos los ámbitos implicados de los medios necesarios, de forma que la atención comunitaria se convierta en una realidad.

En este sentido es necesario promover un modelo de atención comunitario que garantice el derecho de las personas a participar en la sociedad y que proporcione una atención integral, de calidad, y respetuosa con los derechos humanos.

La salud mental se hace más presente si cabe en determinados ámbitos de actuación. Es necesario que el sistema sanitario cuide del bienestar de quienes nos cuidan en los peores momentos y destinar recursos a que su salud mental sea adecuada.

Es importante dotar a los centros escolares de recursos que permitan, tanto detectar precozmente cualquier indicio que pueda sugerir la presencia o aparición de un problema de salud mental en el alumnado, como contar con las herramientas adecuadas para abordar y prevenir estas situaciones.

Asimismo, tener un empleo digno, saludable y motivador es beneficioso para cualquier persona, pero, además, en el caso de aquellas que tienen un problema de salud mental, redunda en su proceso de recuperación además de ser un reconocimiento como parte activa de la sociedad.

Por otro lado, no podemos obviar que ser mujer es un factor de riesgo para tener un problema de salud mental. Las mujeres tenemos tres veces más riesgo de tener depresión y el doble de tener ansiedad, que los hombres. Esta realidad hace que seamos objeto de una mayor discriminación y estigma que los hombres con problemas de salud mental y que las mujeres sin ellos. Es necesario la aplicación de un enfoque de género en todas las intervenciones sanitarias y sociales relativas a la salud mental.

Por todo ello, en un contexto en el que una de cada cuatro personas tiene, ha tenido o tendrá un problema de salud mental a lo largo de su vida, se considera imprescindible un aumento de la inversión en este ámbito para lograr el bienestar de todas las personas.