Valladolid

El acusado de matar a la pareja de su madre asegura que fue él el agredido

Los hechos ocurrieron la madrugada del 8 de septiembre de 2018 en Nava del Rey (Valladolid)

El acusado S.F.M (d), de 20 años, asiste a la primera sesión de su juicio por presuntamente asestar cinco puñaladas en la cabeza a la pareja de su madre
El acusado S.F.M (d), de 20 años, asiste a la primera sesión de su juicio por presuntamente asestar cinco puñaladas en la cabeza a la pareja de su madreR. GarcíaEFE

El joven de 20 años juzgado en Valladolid por matar a navajazos, seccionando la yugular, a la pareja de su madre, ha asegurado que fue él el agredido, que huyó del lugar del suceso para evitar que le siguiera acometiendo con el arma y que desconocía que la víctima había sufrido una herida mortal.

“Se me quedó mirando, me tiró al suelo y, cuando me fui a levantar, ya había sacado la navaja”, ha expresado el encausado, Sansón F.M., sobre lo ocurrido en la calle la madrugada del 8 de septiembre de 2018 en Nava del Rey (Valladolid), localidad que celebraba sus fiestas en esa fecha.

El procesado ha sostenido que preguntó al compañero de su madre por qué se portaba como lo hacía con su progenitora y le dijo que había que respetar a las mujeres, momentos en los que, según su versión, la pareja de su madre le tiró al suelo, le insultó y le lanzó puñaladas mientras él intentaba pararle.

“Él estaba como loco” y yo agarré la navaja, hubo un forcejeo y trababa de que no me alcanzara, ha narrado el procesado ante las cuatro mujeres y cinco hombres elegidos este viernes para formar el jurado popular que deliberará sobre la culpabilidad de Sansón F.M.

El procesado, que sólo ha respondido a las preguntas de su abogado defensor, ha relatado que el fin de semana de los hechos había ido a visitar a su madre a Nava del Rey -él residía entonces en Medina del Campo (Valladolid)-, y ha explicado que sólo veía a la víctima, J.C.C., a la que ha definido como agresiva, cuando iba a ver a su progenitora.

Tras manifestar que J.C.C. solía vocear e insultar a su madre, ha narrado cómo la noche del suceso salieron ambos de fiesta juntos después de cenar mientras su madre se quedó en casa por que la pareja de ella decía que las mujeres gitanas no podían ir de fiesta y se tenían que quedar en el hogar. Permanecieron varias horas de fiesta por el pueblo hasta que, sobre la 7.30 horas, dijo al compañero de su madre que se quería ir a casa, momentos en los que éste le pidió que fueran por otro camino para evitar que le vieran borracho.

Fue entonces cuando se desató el incidente expuesto por el procesado, quien ha afirmado que durante el forcejo con la navaja, en el que ambos estaban muy juntos, vio mucha sangre que pensaba que era suya y, cuando pudo salió corriendo mientras J.C.C iba detrás de él gritando “te voy a matar”. Llegó a casa de su madre, cogió el coche para ir a Medina del Campo y, mientras conducía, ha asegurado que se el nublaba la vista por los nervios, momentos en los que sufrió un accidente, en el que resultó ileso.

Salió del vehículo, llamó al 112, dijo que le habían apuñalado y que tenía miedo por que le estaban siguiendo y en esos momentos llego una ambulancia -según las acusaciones era la que acudía a socorrer a la víctima- y le ayudaron.

El acusado ha sostenido al responder a su abogado que nunca tuvo razón alguna para matar al compañero de su madre, que no sabía que podía estar herido de muerte cuando se marchó del lugar del suceso, momentos en los que ha dicho que la víctima estaba de pie mientras le insultaba y mentaba a sus muertos. Provisionalmente en fiscal demanda doce años de prisión al calificar como homicidio el crimen, cometido al asestar cinco puñaladas en la cabeza a la pareja de la madre del procesado, una de las cuales le seccionó la vena yugular, y el pago de indemnizaciones que suman 460.000 euros a los hijos y otros familiares del fallecido.

Las dos acusaciones particulares consideran que los hechos constituyen un asesinato por el que reclaman penas de veinticinco años de cárcel, mientras la defensa califica los sucedido como un homicidio por imprudencia, con la eximente de defensa propia o legítima defensa, por lo que pide la absolución. De manera alternativa, solicita que el juez considere la circunstancia atenuante de provocación o arrebato y una condena que puede oscilar entre uno y dos años de privación de libertad. El juicio continuará el próximo lunes con la declaración de testigos.