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Castilla y León pone en marcha una estrategia para impulsar el uso de vehículos de energías alternativas

La iniciativa de Empleo e Industria contempla una batería de medidas que van a permitir el fortalecimiento de un sector clave en la economía de la Región

Ana Carlota Amigo, consejera de Empleo e Industria
Ana Carlota Amigo, consejera de Empleo e IndustriaRubén CachoIcal

Castilla y león Lmpulsa el uso de vehículos que se mueven con energías alternativas con el objetivo de que la Comunidad se convierta en una de las autonomías de referencia tecnológica en este sector, en su triple vertiente de vehículos, componentes e infraestructura de recarga/suministro.

El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León da luz verde a una Estrategia Regional de Vehículos de Energías Alternativas en Castilla y León 2020-2023, cuya finalidad pasa también por favorecer el uso de este tipo de vehículos y desarrollar la infraestructura necesaria para dar soporte al nuevo parque de vehículos de energías alternativas en la Comunidad.

Una medida que pretende echar una mano también al importante y estratégico sector de la automoción, donde se producen el 15 por ciento de los vehículos fabricados en España. La automoción emplea a 35.000 trabajadores, representa el 25 por ciento del PIB industrial y el 56 por ciento de las exportaciones. De ahí que el impulso de vehículos de energías alternativas suponga una oportunidad industrial, tecnológica, económica y medioambiental para el conjunto de la Comunidad.

El Plan pretende contribuir al desarrollo tecnológico y al fortalecimiento de un sector clave en la economía de la Comunidad, además de favorecer la reducción de gases de efecto invernadero. Entre los objetivos figura alcanzar en el 2023 un parque de al menos 5.000 vehículos eléctricos y 3.000 de gas licuado del petróleo, además de una red de recarga/suministro suficiente para cubrir sus necesidades de movilidad. Se prevé un impacto presupuestario de 32,3 millones de euros en el periodo 2020-2023 en el conjunto de la Administración autonómica.

La Estrategia contempla una batería de medidas que van a permitir el fortalecimiento de un sector clave en la economía de Castilla y León, contribuyendo, paralelamente, a reducir la emisión de gases de efecto invernadero en cumplimiento con los objetivos planteados por la UE de cara a 2030.

Desde el punto de vista industrial y tecnológico, la Estrategia contribuirá a que la industria de la automoción se posicione como un referente tecnológico, manteniendo una posición muy destacada en la producción de vehículos. Además, permitirá incrementar la actividad, ya que se integrarán en las cadenas de producción nuevos componentes y módulos para vehículos, infraestructuras de recarga y sistemas inteligentes de transporte. En su vertiente económica, junto al fortalecimiento del sector con sus consiguientes beneficios en la actividad económica y el empleo, se espera una significativa mejora de la balanza comercial, disminuyendo las importaciones de petróleo. El vehículo eléctrico constituye, además, una oportunidad en el medio rural donde se pueden desarrollar modelos de negocio económicamente viables. Por último, desde el punto de vista medioambiental, la Estrategia ofrece soluciones para disminuir las emisiones contaminantes, fundamentalmente en las ciudades, ayudando a mejorar la calidad del aire, disminuyendo la contaminación acústica y facilitando la consecución de los objetivos marcados por la UE de cara a 2030, que establece la reducción en un 40 % de emisiones de gases de efecto invernadero con respecto los niveles de 1990.

El Plan recoge un conjunto de medidas que pretenden corregir aquellos aspectos que influyen de forma negativa en el mercado de vehículos de energías alternativas, entre ellos la menor autonomía, las dificultades de acceso a la carga, el mayor coste o la insuficiente formación en materia de reparación y mantenimiento. La Estrategia se marca como objetivo que Castilla y León cuente en 2023 con un parque de al menos 5.000 vehículos eléctricos (frente a los 1.162 actuales), 3.000 de gas licuado del petróleo, 400 de gas natural comprimido, 50 de gas natural licuado, y 10 de hidrógeno. Además, se aspira a contar con una red de puntos de recarga y suministro lo suficientemente amplia para dar respuesta a las necesidades del nuevo parque. Las medidas se articulan en tres ejes: industrialización, infraestructuras y mercado.