Cierre centrales

Demolida en Páramo del Sil (León) la chimenea de 150 metros de altura de la primera térmica que se cerró en España

Han sido necesarios más de 50 kilos de dinamita para derrumbarla

Bajo una intensa lluvia y a primera hora de la tarde, la primera chimenea, de 150 metros de altura de la central térmica de Anllares (León) cedía debido a los 50 kilos de dinamita utilizados. Una gran infraestructura que estuvo operativa 40 años en el pueblo de Páramo del Sil.

Anteriormente se habían demolido los silos de ceniza en julio y ahora le ha tocado el turno a la chimenea más alta, que se despidió en una voladura controlada por la Guardia Civil, en la que en apenas unos segundos quedó reducida a polvo y escombros en una caída lateral para no afectar al interior de la instalación.

Y mucha expectación entre vecinos y extrabajadores ha despertado esta voladura. El pedáneo de la localidad, Borja Martínez, recalcaba que “ahora queda mirar al frente porque el pueblo de Anllares esperaba ya este paso. Ahora hay que ver el futuro con nuevos proyectos de transición justa, sostenibles y verdes”.

El alcalde de Páramo del Sil, Ángel Calvo, por su parte lamentaba el derribo de una instalación que considera que “tenía futuro”. “Entre los escombros quedan los recuerdos de 180 trabajadores que operaron en ella y ahora quedan por derribar dos estructuras más, la torre de refrigeración y la otra chimenea baja y gruesa”.

Según ha informado Naturgy, una de las empresas propietarias de la central, la chimenea demolida tenía una altura de 150 metros, muy similar a un edificio de más de 40 plantas y un diámetro de 13 metros en la base y 7,4 metros en la parte superior o coronación.

Dado el espesor de hormigón -más de medio metro en la base del fuste), para la demolición se han utilizado 50 kilos de explosivos y 200 detonadores eléctricos.Naturgy ha subrayado que la demolición mediante esta técnica es una de las más eficientes para el desmantelamiento de centrales, ya que minimiza los riesgos para los trabajadores, favorece la economía circular y contribuye a reducir el impacto ambiental, siendo la técnica elegida para desmantelar las grandes estructuras de la central térmica de Anllares.

Una vez realizada la voladura, los residuos de hormigón y de la estructura metálica serán recogidos a nivel del suelo. Se calcula que se recuperarán 3.550 toneladas de hormigón que se destinarán, entre otros usos, al relleno de huecos y regularización de terrenos en la propia instalación y 80 toneladas de hierro y acero que serán reciclados en acerías.