Medio Ambiente
La Junta recomienda retirar los bolsones de procesionaria en parques y jardines para evitar problemas de urticaria
Desde el Gobierno regional se destaca que se trata de una de las herramientas más eficaces para la lucha contra la oruga
La Consejería de Fomento y Medio Ambiente, que dirige Juan Carlos Suárez-Quiñones, recomienda a propietarios y gestores de las masas forestales iniciar en esta época del año la eliminación de los bolsones que fabrican las orugas para defenderse del frío, evitando que provoquen defoliaciones importantes en el árbol.
Según se explican fuentes del Gobierno regional, estos tratamientos, que no conllevan el uso de productos químicos, son una de las herramientas más eficaces para la lucha contra la procesionaria del pino y son especialmente “interesantes” en las zonas urbanas jardines y áreas recreativas.
Según se señala, bastaría con cortar el trozo de rama que soporta el bolsón y eliminarlo. Para ello se debe utilizar unas tijeras de poda y pértigas telescópicas para llegar a las zonas inaccesibles, siempre con las medidas de protección adecuadas (gafas, y cubrir cara y zonas de la piel para que no sea visible).
No obstante, en aquellos lugares en los que no se pueden eliminar bolsones por resultar inaccesibles, o afectar a la guía terminal, se pueden emplear métodos complementarios como la colocación de algún modelo de trampa (de tipo collarín normalmente) para capturar las orugas, con la finalidad de impedir que se formen procesiones y se entierren y forme crisálidas, y así posteriormente completen el ciclo. Existen modelos a nivel comercial, si bien también se pueden fabricar de forma casera.
El empleo de trampas de feromonas de adultos no se considera un método de control en sí mismo, y solo podría resultar complementario al desarrollo de alguno de los anteriores en pies o pequeñas agrupaciones muy aisladas de otras masas de pinos.
Otra técnica de uso cada vez más habitual en zonas periurbanas, parques y jardines es la endoterapia. Consiste en la inyección por parte de personal especializado de un producto fitosanitario directamente en el tronco del pino, lo que impide que se vea afectado por la procesionaria, protegiéndolo durante uno o dos años. Se trata de un sistema de fácil aplicación, efectivo y relativamente económico que suele hacerse también en otoño.
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