Sociedad

Aislados y doblando turnos pero con los mismos servicios y cuidados de siempre

La residencia Gerohotel de Clece, en Laguna de Duero, con cero positivos por covid desde el inicio de la pandemia, salva el fin de semana del temporal gracias al esfuerzo titánico de sus empleados

Empleados junto a usuarios de la Residencia Gerohotel, de Clece, en Laguna de Duero (Valladolid)
Empleados junto a usuarios de la Residencia Gerohotel, de Clece, en Laguna de Duero (Valladolid)La Razón

Son unos de los sectores más perjudicados por los efectos de la Covid-19, al ser sus usuarios la diana principal que busca el virus. Las residencias de mayores de la Comunidad llevan diez meses salvando las dificultades propias de esta pandemia que parece que no remite, aunque las vacunas han abierto una puerta a la esperanza.

Y si a ello, se le añaden palos en las ruedas, como el temporal sufrido este fin de semana en toda la Comunidad, que ha imposibilitado que muchos trabajadores pudieran desplazarse a sus respectivos puestos de trabajo, todo esfuerzo realizado por la dirección y los empleados merece más que un reconocimiento.

Y es lo que se ha vivido en Laguna de Duero, en la residencia Gerohotel, del grupo Clece, cuya directora Silvia Ramón, atiende a LA RAZÓN, para contarnos las peripecias vividas en este centro. “Un fin de semana muy complicado pero que se ha salvado gracias al esfuerzo titánico de los trabajadores”, señala. Ya desde el pasado viernes y previendo la situación, con el teléfono en mano, se mantenía pendiente en todo momento de los empleados que podían desplazarse, ya que muchos de ellos viven en pueblos cercanos como Serrada o Pedrajas, pero las carreteras intransitables, les imposibilitaba desplazarse.

Residencia Gerohotel, de Clece, en la localidad vallisoletana de Laguna de Duero
Residencia Gerohotel, de Clece, en la localidad vallisoletana de Laguna de DueroLa Razón

Es por ello que gente que vivía en la propia localidad donde se ubica Gerohotel se ofreció a doblar turnos, voluntaria para ir a trabajar en sus días de descanso, “incluso la encargada de recepción se quedó a dormir allí y gente de la limpieza que se encontraba de vacaciones se acerco”.

Y todo para sacar adelante el día a día de la residencia. Todos ellos, con independencia de su rango o bien hacían camas, duchaban a los usuarios o los daban de comer. El cocinero, sí que se pudo desplazar. “Ha sido angustioso”, señala la directora del centro pero “al final ha sido como un día normal y a los mayores les ha hecho mucha ilusión ver la nieve”.

Casos cero

Una residencia modélica, con un protocolo muy trabajado desde el primer día y que ha posibilitado que desde que se iniciara la pandemia, ninguno de los 40 trabajadores y 81 residentes, se haya contagiado por el virus. “Los empleados pasamos un teste de antígenos cada siete días y una vez al mes una PCR, mientras que en el caso de los residentes, es cada 15 días el primero y los PCR se van turnando”.

El pasado día 4 de enero los 121 integrantes de Gerohotel recibían la primera dosis de la vacuna y será el próximo día 25 de enero cuando reciban la segunda. “Y de momento sin ninguna reacción”, indica Silvia Ramón, que cuenta las horas para que la última fecha llegue cuanto antes.

Respecto a estos diez meses de convivencia con el virus, a nivel general, la directora señala que en el aspecto emocional “ha sido muy duro” para los empleados, debido a que los usuarios no han podido ver a sus familias, una situación que pesaba para todos. “Sacabas fuerza y ánimos delante de ellos, pero luego a solas llorabas y te ibas a la cama pensando ¿habrá fiebre mañana?”, señala a la vez que aplaude y agradece el trabajo de su equipo “que no ha cogido una sola baja, se han quedado sin vacaciones y haciendo muchos días dobles turnos”.

Eso sí, en el tema de la sanidad pública, confiesa que se han “sentido muy abandonados” en ocasiones e impotentes ante la dejadez en determinados casos.