Industria
Nanta, primera empresa de producción de piensos compuestos en obtener la certificación de seguridad alimentaria
La compañía cuenta con varias plantas en Castilla y León, en las provincias de Valladolid, Segovia y Zamora
En su decidida apuesta por la calidad, Nanta se afianza de nuevo como punta de lanza de su sector y materializa un nuevo hito: ser la primera empresa de nuestro país en lograr la máxima certificación de seguridad alimentaria, la FSSC 22000, dentro de la categoría Production of Feed para ocho de sus fábricas en España, tres de ellas en Castilla y León, una de ellas en Tudela de Duero (Valladolid), Tabanera la Lengua (Segovia) y Pobladura del Valle (Zamora); y Portugal.
Una certificación voluntaria de gestión de la seguridad alimentaria concedida por AENOR que supone una ampliación importante del actual sistema, adaptando el mismo a la nueva versión de la norma ISO 22000 (2018), junto con el cumplimiento de una especificación técnica para los prerrequisitos (ISO TS 22002_6 2016), así como el cumplimiento de requisitos adicionales exigidos por FSSC para el sector de la alimentación animal.
Para Jesús Lizaso, director de Formulación, Calidad y Nutrición de la compañía “Esta certificación, una de las más exigentes en seguridad alimentaria, aporta una garantía adicional a la calidad y seguridad de nuestros productos en todas y cada una de las diferentes etapas del proceso de producción de piensos, así como en la logística del almacenamiento y la entrega.”
Para su obtención, la compañía ha asumido una serie de requisitos adicionales hasta ahora no contemplados, como la “Mitigación del fraude alimentario” y el “Food Defense”, orientados a la prevención de acciones o fraudes intencionados que pudieran comprometer la inocuidad de los alimentos, así como un requisito de “Formulación de productos”, que tiene en cuenta el control de sustancias, nutrientes o ingredientes, que pudieran tener efectos adversos en los animales o afectar a la seguridad alimentaria.
“Para ello hemos llevado a cabo lo que se denomina análisis de vulnerabilidad ―continúa el responsable de calidad de la compañía― y hemos implementado las medidas preventivas oportunas.” Un procedimiento de control, explica, para evaluar los factores de riesgo e implantar medidas de control adecuadas y efectivas en cada momento, orientadas a hacer frente al fraude alimentario, incluida la auditoría de toda la cadena de valor, desde los diversos proveedores y su cadena de suministro, hasta la integridad de los productos y sus envases.
Liderazgo
En su búsqueda de una mejora continua, Nanta ha involucrado a todos los departamentos y dedicado recursos a la formación de todos sus empleados en el manejo y aplicación de los nuevos protocolos, tareas y procedimientos establecidos para cumplir con los nuevos estándares de calidad, y así también minimizar los riesgos del fraude alimentario que, en su caso, podría afectar a la salud de consumidores y animales, además de producir un impacto negativo sobre la reputación y estabilidad económica de las operaciones del grupo.
“En definitiva todos nuestros procesos pasan a ser más exigentes de lo que ya eran, sumando requerimientos más concretos, más precisos, en pro de un compromiso cada vez mayor y más interiorizado con la seguridad alimentaria” concluye Jesús Lizaso.
Adicionalmente, Nanta ha hecho inversiones en las fábricas certificadas, enfocadas a la protección de las instalaciones. “Hemos reforzado la seguridad perimetral de las fábricas, tanto de forma física como desde el punto de vista tecnológico, a través de infrarrojos, cámaras y lectores de matrículas. En el interior de las plantas hay más restricciones de acceso y seguridad, hemos instalado lectores de huella dactilar y/o tarjetas, a través de los que damos acceso a puntos críticos de las instalaciones tan solo al personal estrictamente necesario” añade Alejandro Reyes, responsable de Operaciones y Supply Chain Manager de Nanta.
Con esta esta nueva certificación, que coincide con la conmemoración del 25 aniversario de la obtención de su primera certificación de calidad ISO 9001 por AENOR, de la que Nanta también fue pionera en su obtención a nivel nacional, la compañía refuerza aún más su liderazgo en seguridad alimentaria en el sector de los piensos compuestos. A lo largo de estos primeros meses de 2021 se irán sumando el resto de las plantas.
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