Libros

Libros

Los editores de la Comunidad reducen a más de la mitad sus producciones

Su presidente, Ricardo de Luis, reclama un mayor apoyo económico, acciones para el fomento de la lectura entre los más jóvenes o cooperar con las bibliotecas públicas

La librería «El árbol de las letras» en la capital vallisoletana
La librería «El árbol de las letras» en la capital vallisoletanamir_icalIcal

La situación, como en la mayoría de los sectores, es mala. Los editores de Castilla y León sufren también los embates de la pandemia por la Covid-19 y van solventando la situación como pueden, tirando de ahorros o de créditos mientras esperan las ayudas de las adminmistraciones, que por primera vez llegarán, como anunciaba hace pocas fechas el consejero de Cultura y Turismo, Javier Ortega.

«Hay mucho descenso en las ventas y el balance económico del año es malo. Estamos en una situación de auténtica supervivencia y ahora a esperar la campaña de Navidad, aunque la verdad no soy muy optimista», señala a LA RAZÓN, el presidente del Gremio de Editores de Castilla y León, Ricardo de Luis.

«El momento es plano, pero no estamos derrotados: Continuamos editando alguna novedad, pero hemos bajado mucho el ritmo. Aunque seguimos leyendo muchos manuscritos por que nos siguen llegando, la incertidumbre es muy grande, y no sabemos cuáles van a ser las consecuencias y las huellas que vaya a dejar en el sector», indica.

De hecho se ha reducido bastante la producción. En más del 50 por ciento en la mayoría de las editoriales. «Si en un buen año, lo normal, era sacar al mercado al rededor de 25 publicaciones, este año muchas de ellas no llegan a las diez, por la dificultad de las ventas y por que las devoluciones pueden ser muy grandes», confiesa De Luis.

Parecía que la edición digital podía ser la salvación del sector, y más en los últimos meses, con las librerías cerradas pero «está bastante estancada», lamenta. «Cuando se iniciaba se auguraba un gran futuro, pero las ventas son muy pequeñas y muchos de nosotros nos hemos retirado al ser algo muy complementario. La gran demanda es el papel y va a seguir así por mucho tiempo», afirma. Y es que aparte de las ventas, las actividades a lo largo de este año han sido nulas, sobre todo lo relacionado con las ferias, que prácticamente todas se han anulado, a excepción de la de Valladolid, «que ha funcionado bien», pero el resto ha sido de manera telemática y los contactos suelen ser menores.

Y son bastantes las necesidades que mandan los editores de la Comunidad. Y una de ellas, Ricardo de Luis la considera fundamental: incentivar el fomento de la lectura a los más pequeños y adolescentes con distintas acciones a desarrollar en la Comunidad. Por ello demanda una iniciativa combinada con las bibliotecas municipales para que adquieran libros hechos aquí «y con temática de la tierra», u ofrecer bonos por parte de las administraciones para la adquisición de libros por la compra del primero. Y, por supuesto, «menos burocracia» para acceder a las ayudas.