Covid-19

Castilla y León roza las mil muertes en una tercera ola voraz, ya apaciguada

La Comunidad supera ya los 200.000 casos diagnosticados

Uno de los multitudinarios cribados que se han desarrollado en Castilla y León
Uno de los multitudinarios cribados que se han desarrollado en Castilla y LeónTomás AlonsoEuropa Press

Castilla y León ha comenzado a apaciguar los contagios de una tercera ola de coronavirus que arrancó en los primeros días de 2021, ayudada por las reuniones navideñas y que ha causado la muerte de casi un millar de ciudadanos en mes y medio, con más de 66.000 positivos detectados y unos hospitales al límite.

”Es una pared”, repetían los portavoces de la Junta de Castilla y León para referirse a la fugaz curva en ascenso de mediados de enero, momento en el que tomaron la medida que ha resultado más polémica de lo que va de pandemia: adelantar de las 10 a las 8 de la tarde el toque de queda en contra del criterio del Gobierno central, que ha recurrido esta restricción al Tribunal Supremo al entender que excede lo previsto en el decreto del estado de alarma.

Será la próxima semana cuando previsiblemente el Supremo dirima sobre este contencioso por una medida que la Junta ha defendido por su finalidad de“salvar vidas” y que habrá estado vigente casi un mes desde su aprobación el 15 de enero, día en el que el Gobierno autonómico aprobó también restringir las reuniones a un máximo de cuatro personas no convivientes y el cierre perimetral provincial, que completaba el autonómico vigente desde el periodo navideño, aunque se exceptuaron algunos días para favorecer las celebraciones familiares.

En este enero y el inicio de febrero Castilla y León ha rebasado ampliamente la incidencia acumulada de casos de covid que sufrió en la segunda ola (952 el 14 de noviembre), al alcanzar en su pico máximo del 27 de enero los 1.417 casos por cada 100.000 habitantes -14 días- y batir su récord de contagios diarios el 23 de enero con 3.183, lo que encendió todas las alarmas en términos de previsión de mortalidad y de ocupación de los hospitales.

Las provincias de Segovia (2.170 de máximo en su IA) y de Palencia (2.293) han sido las dos que más han preocupado en este tiempo, al contrario que la de Burgos (670), que después de una segunda ola en la que tuvo que sufrir duras restricciones, parecía haber aprendido la lección y ha contenido los contagios de una forma destacada, dentro de un nivel de alerta extremo en toda la Comunidad, permanentemente anclada en el nivel 4. Castilla y León acaba de superar la barrera de los 200.000 casos de covid diagnosticados y de ellos, más de 66.000 se han declarado en el último mes y medio, cuando ha pasado de tener poco más de 200 brotes declarados a finales de diciembre al millar de la actualidad, ya rebajado en los últimos días.

A vueltas con la Navidad y la Semana Santa de fondo

Ni salvar la Navidad ni salvar la Semana Santa, ha resumido estos días la consejera de Sanidad, convencida de que los criterios epidemiológicos deben de inspirar las medidas y decisiones vinculadas a la gestión de la pandemia, después de unas semanas en los que la Junta ha tenido que lidiar con críticas por la “laxitud” de las medidas navideñas, algo que han negado sus dirigentes.

Con las procesiones de Semana Santa ya suspendidas por decisión de la Junta de Castilla y León y con críticas hacia las voces que vuelven a apelar a salvar ese periodo turístico, la desescalada en Castilla y León parece que irá para largo, al menos mientras dure la saturación hospitalaria: “No tenemos paracaídas”, ha resumido al respecto el vicepresidente Francisco Igea.

Petición de confinamiento domiciliario     

Ha sido uno de los “mantras” de las últimas semanas, con el Gobierno de Castilla y León como uno de los que con más vehemencia han pedido al Ejecutivo central un cambio en el decreto del estado de alarma para poder ordenar confinamientos domiciliarios, aunque diferentes a los vividos en la primera ola.

Ya sea de toda la Comunidad o sólo de determinados municipios, el Ministerio de Sanidad ha rechazado los confinamientos al entender que las autonomías disponen aún de margen para seguir tomando medidas restrictivas que, en la práctica, llevarían a los ciudadanos a salir de casa únicamente para trabajar, ir al médico o al colegio.

La Junta ha apelado en este punto al equilibrio entre las medidas para salvar vidas y causar el menor daño posible a la economía, que es la filosofía que está detrás del adelanto del toque de queda, al entender que perjudica menos a los establecimientos hosteleros y de comercio.

Esto no ha evitado que los hosteleros, fundamentalmente, pero también otros sectores afectados como los centros comerciales y los gimnasios hayan protestado contra unas medidas que sienten que les hacen responsables de los contagios sin recibir ayudas suficientes para paliar su situación.

Vuelta de tuerca en los municipios con más contagios

La última batería de medidas de la Junta de Castilla y León, tomada el 30 de enero, acuñó el término “excepcionalísimas” para los 53 municipios de la Comunidad que en ese momento presentaban incidencias acumuladas a 7 días por encima de los 1.500 casos por cada 100.000 habitantes.

Ante ese nivel de contagios la Junta ordenó suspender totalmente la actividad hostelera, incluidas las terrazas que hasta ese momento se permitían dentro del horario ajeno al toque de queda, y limitar a las seis de la tarde la apertura de los comercios, entre otras restricciones, de las que irán entrando y saliendo municipios en función de su nivel de contagios.

Actualmente afectan a 25 municipios de todas las provincias, aunque se actualiza semanalmente. Castilla y León parece dejar atrás las dudas sobre si sus UCI se verían desbordadas, lo que llevó a sondear si autonomías limítrofes podían ofrecer ayuda en este sentido, aunque la incidencia de la cepa británica amenaza esa buena perspectiva, según han reconocido los representantes de la Junta, que ven con esperanza pero con apelaciones a la responsabilidad los datos actuales de la pandemia.

Actualmente la incidencia acumulada baja de “manera simétrica” a su subida vivida en las primeras semanas de enero, con 720 casos acumulados por 100.000 personas a dos semanas, la mitad que el 28 de enero, aunque la situación epidemiológica y sanitaria, “muy compleja aún”, apunta una desescalada aún lejana.

Aunque los datos epidemiológicos mejoran están lejos de los 25 o 50 casos acumulados por 100.000 que pueden considerarse como admisibles y los 300 enfermos covid en las ucis se mantendrán “bastantes días e irán descendiendo lentamente”, ha advertido Casado.