Sucesos

Persecución de película en Burgos

La Policía consigue detener a un hombre que circuló a 170 kilómetros por hora por el centro de la ciudad y que se lanzó al río Arlanzón para huir de los agentes

Un agente de la Policía Nacional da el alto a un conductor en Burgos
Un agente de la Policía Nacional da el alto a un conductor en BurgosTomás AlonsoEuropa Press

Un hombre de 25 años y con un largo historial delictivo a sus espaldas ha sido detenido por la Policía Nacional de Burgos tras una larga persecución más propia de una película de acción de Hollywood, en la que el joven, ante la presión policial, llegó a lanzarse incluso al río Arlanzón para huir de los agentes.

Al parecer, después de que la policía diera el alto al hombre, que estaba siendo investigado por estar implicado presuntamente en un robo con fuerza denunciado en la Comisaría Provincial, durante la noche del pasado miércoles, éste iniciaba la huida con el vehículo y comenzaba una persecución en el casco urbano de Burgos que se prolongaba por el polígono industrial de Villalonquéjar hasta que finalmente se detenía en un camino rural y se tiraba al agua, según informan fuentes de la Subdelegación del Gobierno en la provincia burgalesa.

El detenido tenía en vigor una reclamación judicial y, lejos de hacer caso a las indicaciones de los policías, aceleró el coche y continuó circulando a gran velocidad sin respetar las normas de tráfico y con riesgo para la integridad del resto de conductores y viandantes. De hecho, llegó incluso a conducir a una velocidad superior a los 170 km/h, en vías con limitación de cincuenta.

Cuando llegó junto a un camino rural y ante la imposibilidad de continuar, el hombre detuvo el vehículo y comenzó la huida a pie. Siempre seguido de los policías, llegó hasta los márgenes del río e incluso se introdujo en el agua para burlar la detención que, sin embargo, se produjo momentos después, cuando fue reducido fuera del río por los agentes.

Dado que la ropa del detenido estaba mojada, se le facilitaron mantas y se avisó a un familiar para que entregara prendas con las que se pudiera vestir, durante el tiempo de estancia en los calabozos, mientras se tramitaban las diligencias.

En el vehículo, además del detenido, viajaba otro hombre, que posteriormente prestó declaración en dependencias policiales, y había también un perro en el maletero, del cual se hicieron cargo los servicios municipales a través de Policía Local.

Una vez concluidos todos los trámites, el detenido pasó a disposición judicial como presunto autor de un delito de robo con fuerza, otro contra la seguridad vial y otro más de atentado contra los agentes de la autoridad