De tapas por Valladolid: Los ocho sitios que no debes dejar de visitar

Valladolid se ha ganado con derecho propio un lugar destacado entre los mejores sitios, no sólo de España, sino del mundo, para degustar y paladear unas tapas “delicatessen”, que invita a recorrer la ciudad de barra en barra. Son muchos los visitantes que a lo largo del año(aunque no en este último por la pandemia), se acercan hasta la capital sólo para comprobar la fama que atesora esta cocina, muy de vanguardia, y que ahora, con el fin de las restricciones espera con los brazos abiertos a estos turistas. A continuación se ofrece una ruta detallada por los distintos bares o restaurantes de la ciudad.

Restaurante Jero (Calle Correos 11)

Más de 18 años abierto en un local cercano a la Plaza Mayor y que se ha convertido con el paso de los años en un referente de la cocina en miniatura de Valladolid. Uno se derrite y se abruma ante la gran cantidad de pinchos que inundan la barra y que van desapareciendo con rapidez.

Más de 30 variedades y con nombres que invitan al visitantes a probar todos, desde la Misión Imposible hasta Zapatero, hasta el propio Messi tiene el suyo. Una parada obligada, aunque eso sí, a lo mejor se debe esperar por la gran cantidad de personas que acuden día sí y día también a este lugar.

Los Zagales (Calle la Pasión)

Enclavado en la Calle la Pasión, los Zagales se han ganado con derecho propio un lugar emblemático dentro de la cocina vallisoletana, bien para tapear o para comer. Con su emblemático Tigretostón (pan negro con tostón, cebolla roja, crema de queso y morcilla) sigue siendo uno de su máximos atractivos diez años después de que lograra el Premio Nacional en 2010.

Pero la fusión de productos es sorprendente con su Obama en la Casa Blanca o el Tierra-Mar-Aire, ganador en Tapas Madrid Fusión 2007. Y para rematar sus postres, todo para chuparse los dedos.

El Corcho (Calle Correos)

Fundado hace más de 30 años, cuidan al detalle todos los productos que elaboran. Uno no puede visitar El Corcho y no deleitarse con las excepcionales croquetas cremosas de jamón ibérico que hacen de manera artesanal cada día.

Pero no contento con ello, hay que atreverse con su bacalao rebozado, sus rabas, tostas de jamón. Te costará salir del local.

Villa Paramesa (Plaza Martín y Monsó)

Todo un referente de la cocina en miniatura de la capital vallisoletana y más con el amplio espacio ganado en su nueva ubicación. La oferta de tapas creativas se mantiene en barra con amplios asados, sopas, legumbres, escabeches y marinados.

La Tasquita (Calle Caridad)

Quién no se ha acercado hasta este emblemático lugar abierto desde los años 80 en pleno centro de la capital vallisoletana. Un sitio clásico, que siempre está lleno, al igual que su terraza y que por la pandemia, han llevado sus pinchos a domicilio.

Uno cuando entra en este lugar se le van los ojos ante la variedad de lo que se ofrece. Desde la carrillera con manzanas, sus patatas revolconas con torrezno, las diferentes tostas de gamas, cangrejo o bacalao gratinado o sus bocaditos. Pero dos sin sus productos estrella al “Solomillo al Roquefort” y el “Tartar de solomillo a la pimienta”. Todo un acierto.

La Mejillonera (Héroes del Alcántara)

Mejillones, bocadillos de calamares y pulpo a feira en un desenfadado bar-restaurante de ambiente náutico. Es uno de los lugares con más solera de la capital y nunca defrauda. El típico bocata de calamares bravos es una delicia y el de chipirones no le va a la zaga.

Y todo ello acompañado por una buena ración de papas bravas picantonas o unos mejillones preparados de distinta manera. Para chuparse los dedos.

La Venta del Fraile (Plaza de San Martín)

Enclavado en la Plaza de San Martín de Valladolid, en una zona de tapeo clásica de la ciudad, se encuentra la Taberna La Venta del Fraile. Con casi cuatro décadas de historia, este establecimiento familiar es popularmente conocido por sus pinchos eclesiales, como los huevos del fraile, una croqueta de bonito que incluye en su interior un cuarto de huevo cocido; así como por los caprichos de monja, una especie de bollo preñado relleno de salchicha roja de carnicería; o por las picardías de monja, unas bolitas de patata con salsa ali oli, que es una de las raciones más conocidas y deseadas por vallisoletanos y turistas.

La tabla de especialidades se completa con variados bocadillos de distintos tipos, entre los que sobresalen los de huevo frito con pimiento, con jijas, con patatas o con pisto, además de empanadillas de bonito con tomate picantes o de espinacas con crema de queso y piñones. Cocina casera y a un precio asequible para conocer la buena despensa de Valladolid.

Un bar de toda la vida de la capital del Pisuerga, con buen ambiente de vermú y por la tarde y noche para todas las edades junto a la zona de las iglesias de Valladolid y cerca del Teatro Calderón, en el que también se pueden degustar los vinos tintos de la Ribera del Duero, claretes de Cigales o verdejos de Rueda típicos de la provincia además de la tradicional sangría de la casa.

Don Bacalao

En este restaurante de Valladolid destaca el bacalao, que da nombre a nuestro local la cocina de mercado, los menús degustación y la amplia variedad de productos de temporada, con una amplia variedad de tapas y raciones, donde destaca el Taj MaHal, una mezcla de lechazo asado con yogur de tandoori masala. Con una presentación cum laude.

Hace 12 años, nacía a raíz del restaurante su empresa de catering que ha logrado servir banquetes a la Casa Real Española y a comensales de Nueva York o la India.