Nutrición

Uno de cada cuatro vallisoletanos improvisa su compra de alimentación

Una encuesta elaborada por estudiantes de Nutrición de la UEMC muestra comportamientos, hábitos y creencias sobre la alimentación de los habitantes de la ciudad

Mercado del Val, en Valladolid
Mercado del Val, en ValladolidWellington Dos Santos PereiraLa Razón

Uno de cada cuatro habitantes de Valladolid aún no planifica sus compras de comida con antelación, siendo esta una de las recomendaciones más importantes para mejorar nuestra alimentación y evitar además el desperdicio alimentario.

Asimismo, uno de cada tres vallisoletanos desconoce cuánto es su gasto semanal en alimentos. Así se desprende de los datos obtenidos en la encuesta “¿Cómo comemos en Valladolid?”, elaborada por dos estudiantes del Grado en Nutrición Humana y Dietética de la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC), en el marco de un proyecto realizado en colaboración con la Federación Provincial de Asociaciones Vecinales y de Consumidores de Valladolid “Antonio Machado”, que pretende analizar los hábitos alimentarios de los/as habitantes de la ciudad para poder conocer cómo nos alimentamos en la capital.

Se trata de una iniciativa que busca el fomento de hábitos saludables a través de talleres prácticos entre la población general de Valladolid y, particularmente, las personas mayores que viven solas, así como la difusión de material divulgativo que se reparte entre las asociaciones.

La encuesta, distribuida en los mercados municipales, en tiendas de alimentación local, así como en las distintas sedes de asociaciones vecinales integradas en la Federación, muestra que el 76,4 por ciento de los ciudadanos hacen la compra en supermercado, mientras el resto la realiza en el mercado y/o pequeño comercio (frutería, carnicería, etc.).

Además, el gasto semanal en alimentación más habitual se encuentra dentro de la horquilla de los 30 y 60 euros por persona, con un 30,2 por ciento, seguido por aquellos que gastan más de 60 euros (21,5 por ciento). El 14,5 por ciento reconoce gastar menos de 30 euros semanales, mientras el 33,8 por ciento de los encuestados desconoce cuánto se gasta a la semana.

La Coordinadora Académica del Grado en Nutrición Humana y Dietética de la UEMC, Paula Crespo Escobar ha destacado que estos resultados preliminares “dejan clara la necesidad de mejorar los hábitos alimentarios de la población vallisoletana”.

“Se ha visto que la educación nutricional es una de las mejores herramientas para fomentar buenos hábitos”, asegura Crespo, por lo que acciones como las de este proyecto son tan necesarias, “si además se tiene en cuenta que Castilla y León es la quinta comunidad autónoma con mayor prevalencia de sobrepeso en adultos, con un 39,2 por ciento de la población, por encima de la media de España que es 37 por ciento”.

Mitos alimenticios

El estudio recoge también algunas de las creencias erróneas sobre alimentación más extendidas. De esta manera, solo el 25 por ciento de los encuestados respondieron bien a la pregunta sobre qué porcentaje de harina integral debe llevar un producto para ser considerado “integral”.

El 50 por ciento falló en la respuesta y el 25 por ciento restante indicó que no lo sabía. En cuanto a la pregunta “¿Cuál de los productos crees que es más saludable?”, el 39 por ciento respondió que los productos “bio” o “ecológicos”, 5,2 por ciento los productos “light” y el 3,4 por ciento indicó que los productos sin gluten. Realmente, ninguno de estos productos tiene por qué ser más saludable.

Por otro lado, el 22 por ciento considera que comer fruta por la noche engorda, un mito más que demostrado que no es verdad.

Dieta saludable

“¿Cómo comemos en Valladolid?” incluye preguntas relacionadas con la frecuencia de consumo de algunos productos básicos para una buena alimentación.

De esta manera, en cuanto a la frecuencia de consumo de cereales y derivados, la encuesta refleja que el 83 por ciento come pan blanco a diario, que el 60 por ciento no come pan integral nunca y que el 30 por ciento come galletas y bollería a diario.

En relación al consumo de lácteos y derivados se observa que el 85 por ciento toma leche de vaca a diario y que el 54 por ciento toma yogur cada día. En cuanto a este hábito, solo el 32,6 por ciento toma yogur natural sin echarle azúcar, lo que es más saludable.

El resto toma yogur desnatado o azucarado con frutas. A la hora de analizar el consumo de aceites y frutos secos se desprende que el 90 por ciento usa aceite de oliva a diario, mientras que solo el 10 por ciento toma frutos secos tostados o naturales cada día.

Los frutos secos son una fuente de proteínas, vitaminas y grasas de calidad y su consumo debería ser diario. En cuanto a la frecuencia de consumo de verduras, hortalizas, tubérculos y legumbres, solo el 31,5 por ciento consume verduras a diario, tal y como se recomienda, y solo el 51,4 por ciento cumple las recomendaciones de tamaño de ración de verdura: un plato grande.

Además, tan solo el 38 por ciento cumple la recomendación de ingesta de legumbres, que ha de ser de 2-3 veces a la semana. Por último, y en relación al consumo de fruta, solo el 27,6 por ciento cumple la recomendación de consumir más de dos piezas de fruta al día.

Hábitos de consumo

La encuesta también indaga sobre alguno de los hábitos de consumo más frecuentes entre los vallisoletanos. Así, y cuanto a lo que consideran que les falta para mejorar su alimentación, el 43,7 por ciento indicó que más información sobre alimentación saludable, el 37,4 por ciento falta tiempo, el 35,6 por ciento indicó falta motivación y el 15,5 por ciento falta dinero, lo que muestra que la gente sigue pensando que comer saludable puede ser caro.

En cuanto a qué se da más importancia a la hora de comprar alimentos, el 74,1 por ciento señaló la calidad, el 54,6 por ciento el gusto personal y el 41,4 por ciento, al precio.

Otra de las cuestiones estudiadas ha sido los posibles cambios de hábitos alimentarios motivados por la pandemia. A esta pregunta, el 63 por ciento ha respondido que no han cambiado, mientras el 20 por ciento considera que han mejorado y el 16 por ciento, empeorado. Los datos emanan del análisis de las 200 primeras encuestas realizadas en los mercados locales y las asociaciones vecinales, de las cuales el 77 por ciento fue realizada a mujeres.

En cuanto a la edad, el 43,4 por ciento tenía entre 20 y 40 años, el 33,2 por ciento entre 40 y 60 y el 23,4 por ciento, más de 60 años. El 47,5 por ciento de los encuestados trabaja, frente al 27 por ciento que está jubilado o es ama de casa y el 25,5 por ciento que estudia. En relación a las patologías diagnosticadas relacionadas con la alimentación, los datos reflejan que el 15,8 por ciento tiene hipertensión arterial y el 12,2 por ciento colesterol alto.

La encuesta se enmarca en los proyectos de fin de grado de dos estudiantes de la UEMC que tienen como objetivo profundizar y poner en valor las competencias profesionales adquiridas durante sus estudios de Nutrición.

Los trabajos de fin de grado permiten, de esta manera, aplicar e integrar los conocimientos teóricos en una investigación final. En este sentido, es manifiesto el compromiso de la Universidad Europea Miguel de Cervantes en que estos trabajos puedan contribuir de alguna manera al desarrollo del entorno social y, en este caso, en la mejora del bienestar de la ciudadanía.

La Universidad Europea Miguel de Cervantes implantó el Grado en Nutrición Humana y Dietética en 2018 en modalidad presencial y semipresencial. Desde entonces, más de 350 estudiantes han elegido la UEMC para cursar un grado que este año pondrá en el mercado laboral a los sus primeros egresados.