Cultura

Elena Hernández presenta “Regreso”, ganadora del Ateneo de Valladolid en la Feria del Libro

Por su parte, Beatriz Montañez relata su día a día “en comunión con la naturaleza” con ”Niadela”

Elena Hernández Matanza presenta en la 54 Feria del Libro su obra "Regreso", ganadora del 67 Premio Ateneo-Ciudad de Valladolid
Elena Hernández Matanza presenta en la 54 Feria del Libro su obra "Regreso", ganadora del 67 Premio Ateneo-Ciudad de ValladolidGonzalo RicoAgencia ICAL

La escritora Elena Hernández Matanza presentó hoy, en el Salón Principal del Círculo de Recreo de Valladolid, su primera novela, “Regreso”, ganadora del 67 Premio Ateneo - Ciudad de Valladoild y de la que la propia autora destacó la “sororidad” de sus dos protagonistas, las hermanas septuagenarias Tita y Pura, cuya existencia tranquila se ve alterada por el regreso de Segundo, el marido de una de ellas, después de 35 años.

Lo que sucede a continuación sirve de escenario para que ambas inicien una particular aventura que les va a permitir conocerse mejor y descubrir aspectos de ellas mismas que permanecían ocultos. En la novela “se pueden ver reflejadas madres y abuelas, personas que están solas y que su relación con los hombres no les ha ido bien”, afirmó Elena Hernández durante la presentación de la novela, en el marco de la 54 Feria del Libro de Valladolid.

Hernández Matanza es periodista, correctora de textos y lectora editorial. La autora madrileña lleva desde pequeña estrechamente ligada a las palabras y, hace tres años, creó el blog ‘La Primavera de los Cerezos’, donde ha publicado más de 120 relatos y entradas. Un total de 33 de ellos están publicados en un libro titulado también ‘La primavera de los cerezos’, editado por Entrelíneas Editores.

‘Regreso’ es su primera novela, con la que está teniendo un resultado que no se esperaba: “Ha sido todo muy fluido, la presentación, el premio Ateneo y lo que ha venido después”. La escritora, que hasta ahora se ha movido en el campo de la narrativa breve con su blog, confesó que el paso hacia la novela ha surgido de una manera “natural”. “Mucha gente me pedía que escribiera más y, al ocurrírseme la idea de esta novela, supe que necesitaba desarrollarla”. Sobre la continuación de ‘Regreso’ Elena Hernández dio un “no” rotundo, pero sí que ve en el futuro otra novela: “Lo que sigue teniendo continuidad son mis cuentos, ya que forman parte de mí, los tengo muy interiorizados, puesto que forman parte de mi escritura”.

Hernández estuvo acompañada por la directora de la Sección de Literatura del Ateneo de Valladolid, Angélica Tanarro, quien subrayó la alegría que le dio cuando abrieron la plica y comprobó que el seudónimo de la ganadora correspondía al nombre de una mujer. “La segunda alegría fue saber que era una persona desconocida. Hay que descubrir nuevos valores”, afirmó, destacando el papel de la protagonista cuando “por fin sabe lo que tiene que hacer”.

La concejal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Valladolid, Ana Redondo, arrancó el acto con unas palabras para subrayar lo que significa el Premio Ateneo de Valladolid en una ciudad “literaria como esta, que ha acogido a autores de renombre como Miguel de Cervantes, Miguel Delibes, José Zorrilla, Rosa Chacel y Francisco Umbral”. “Este galardón es el legado de todos los que literariamente han escrito, vivido o se han inspirado en Valladolid. Es nuestro compromiso como ciudad, con los lectores y los escritores del futuro. Es importante que no se pierda este legado literario en las generaciones futuras, que con seguridad seguirán amando la literatura”, concluyó.

Firmas, actuaciones y presentaciones

Tras la charla, Elena Hernández firmó libros de su última novela en la caseta de la plaza Mayor, mientras en el pabellón de la Feria se disfrutó de la velada musical ‘Qué extraño idilio…’, del grupo Sin voz ni don, un formato folk-rock humorístico y desenfadado que hace un canto al hedonismo y al individualismo de la sociedad contemporánea. Para los niños estuvo presente el grupo Zarándula, con ‘El jardín de Dickinson’.

Por su parte, la periodista manchega Beatriz Montáñez presentó hoy en el Círculo de Recreo de Valladolid su obra ‘Niadela’, un libro en el que relata su día a día “en comunión con la naturaleza” durante los cinco años que ha pasado viviendo sola en una pequeña cabaña de pastores tras retirarse de los focos de la televisión.

La periodista y escritora Beatriz Montañez pausa el retiro en el que lleva cinco años, conectada con la naturaleza y alejada de las cámaras, para presentar su libro "Niadela". La guionista manchega ha presentado este domingo su obra en la Feria del Libro de Valladolid, un ensayo para amantes de la naturaleza en el que cuenta entre otras cosas sus vivencias después de abandonar la televisión y comenzar a vivir en una casa de pastores.- EFE/Nacho Gallego
La periodista y escritora Beatriz Montañez pausa el retiro en el que lleva cinco años, conectada con la naturaleza y alejada de las cámaras, para presentar su libro "Niadela". La guionista manchega ha presentado este domingo su obra en la Feria del Libro de Valladolid, un ensayo para amantes de la naturaleza en el que cuenta entre otras cosas sus vivencias después de abandonar la televisión y comenzar a vivir en una casa de pastores.- EFE/Nacho GallegoNacho GallegoAgencia EFE

El ensayo, presentado en el marco de la 54 Feria del Libro de Valladolid, se convierte así en un “ejercicio de observación en el que se escucha lo que la naturaleza tiene contar”, dentro de un viaje personal por el que la autora, conocida gracias a su participación en programas de televisión como ‘El Intermedio’ o ‘Hable con ellas’, desapareció durante seis años de la parrilla televisiva en busca de sí misma.

“Sentí la necesidad de parar y buscar respuestas a ciertas preguntas. Para eso, necesitaba un sitio en el que recluirme, pensar, y conocerme un poco más”, explicó durante la presentación desarrollada esta tarde en el Círculo de Recreo de Valladolid. “El silencio me ha hablado de mí misma, de lo que tenía que desprenderme y de lo que realmente necesitaba”, aseguró.

Así, ‘Niadela’recoge un año completo de su vida en la montaña mientras pasan personajes tan insólitos como la araña lobo, el murciélago hortelano, la zorra, la culebra de escalera, el reyezuelo o el zorzal. “Lo escribí con calma. Quería que toda palabra tuviera un significado, que palpitase como si fuese al ritmo de la música o del propio latir del corazón”. Porque, se trata, según ha confesado, de un ensayo que hay que leer de manera “muy pausada tal y como yo lo escribí y, si es posible, hacerlo en plena naturaleza”.