Vino

Cruz de Alba lanza sus primeros vinos con certificación ecológica

La bodega vallisoletana es 100% sostenible y acaba de comenzar el proceso de certificación Demeter que garantiza las prácticas biodinámicas y el uso de preparados naturales que devuelven la vida a los suelos

Vinos Cruz de Alba
Vinos Cruz de AlbaCruz de Alba

Cruz de Alba, bodega vallisoeltana de Ribera del Duero propiedad de Zamora Company, lanzará al mercado sus primeros vinos con certificación ecológica con la añada 2018, un paso más en la evolución de este proyecto que culminará con el certificado Demeter de agricultura biodinámica. Los tres vinos que elabora la bodega, Cruz de Alba, Fuentelún (antes Cruz de Alba Reserva) y Finca los Hoyales son ecológicos, pero será a partir de la añada 2018 cuando salgan a la luz los primeros vinos etiquetados con esta certificación.

Cruz de Alba es un proyecto enfocado al 100 por ciento en un único viñedo, Finca los Hoyales, donde el enólogo Sergio Ávila mantiene un ecosistema donde la biodiversidad y la vida de los suelos es la premisa principal para obtener vinos expresivos y con personalidad. “Lo que verdaderamente nos pone presión es que lo que sale de la bodega y se va a beber la gente esté hecho con todo el mimo, todo el esmero y todo el respeto”, comenta el alma del proyecto.

Ávila se ha entregado a practicar una viticultura respetuosa con el entorno que redunde en unos vinos que también son honestos con el consumidor. Para ello, se ha especializado en biodinámica y se ha convertido en uno de los precursores de esta práctica en España. Para Ávila, los vinos que proceden de un viñedo así cultivado son muy longevos y capaces de ganar en complejidad con la guarda en botella. Cruz de Alba elabora vinos que no solo están libres de cualquier rastro de pesticida o herbicida, ya que no se usan en el viñedo, también que expresan con sinceridad su origen; son vinos vivos, con una acidez ligeramente superior a la habitual en los tintos de la Ribera del Duero, lo que aporta una sensación de mayor frescura y fluidez.

Son vinos delicados, armónicos y finos, que Ávila logra a base de extracciones suaves, fermentando a baja temperatura el mosto y utilizando recipientes de gran volumen para la crianza en contacto con la madera.

Cruz de Alba 2017.- Este tinto es un coupage de las uvas de viñedos sobre cada uno de los tres tipos de suelos presentes en la Finca Los Hoyales: arcilla, limo y arena. Un total de 18 subparcelas intervienen en la elaboración de este tempranillo 100 por ciento que se elabora con control de temperatura durante la fermentación y cuya crianza se produce en barricas nuevas de roble francés y una proporción de roble americano durante 15 meses. Es fragante y afrutado, fresco, con notas de fruta negra, balsámicos y especiados, con ligeras notas procedentes de la madera. En la boca es sabroso, con acidez media y tanino maduro, de paso aterciopelado y final largo.

Cruz de Alba Fuentelún 2016.- Selección de viñedos sobre los tres tipos de suelo, con especial presencia de aquellos que se encuentran en la parte más arenosa de la finca, que están plantados en 1997 y situados a una altitud de 700 metros sobre el nivel del mar. El mosto fermenta a baja temperatura con levaduras autóctonas del viñedo. Permanece después 20 meses en barricas de roble francés: 1/3 nuevas, 1/3 de un año y 1/3 de segundo año. En el último periodo de crianza se afina en barricas grandes de 500 litros.

Finca Los Hoyales 2015.- El vino más mimado de Cruz de Alba procede del viñedo más viejo de la finca, una extensión de 1,8 hectáreas de suelos de arena entre pinares, con una edad superior a los 60 años. Para elaborarlo se seleccionan cuidadosamente los racimos en el campo. La uva se despalilla y fermenta en barricas de roble de 500 litros de capacidad, donde también realiza la maloláctica. El vino permanece en estos recipientes sobre sus lías 22 meses sin trasiegos, tan solo con un leve removido periódico. Después del embotellado, que se produce sin filtrar el vino, reposa al menos 10 meses antes de salir a la calle. El MW español Pedro Ballesteros dice de él: “Un referente en precisión aromática e intensidad tánica, asombrosamente denso pero suave al mismo tiempo. Taninos dulces y bien definidos que se pueden masticar y notas terciarias de café y grano seco en el final. Un vino que muestra una gran elaboración enológica y un origen muy particular. Un Ribera de estilo moderno y alta gama”