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Desautorizan la construcción de la planta de uranio de Berkeley en Retortillo (Salamanca)

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) informa desfavorablemente por las elevadas incertidumbres y escasa fiabilidad del proyecto

Vista aérea de la mina de Uranio de Retortillo
Vista aérea de la mina de Uranio de Retortillolarazon

El Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), reunido en la mañana de este lunes 12 de julio, ha dado su visto bueno a la Propuesta de Dictamen Técnico para informar desfavorablemente la solicitud presentada por Berkeley Minera España (BME) sobre la autorización de construcción de la instalación radiactiva de primera categoría del ciclo del combustible nuclear “planta de fabricación de concentrados de uranio en el municipio de Retortillo” (Salamanca).

El resultado de la votación ha sido de cuatro votos favorables a la Propuesta de Dictamen Técnico elaborada por la Dirección Técnica de Protección Radiológica y uno en contra, correspondiente al consejero Javier Dies. Dicho consejero, de acuerdo al artículo 34 del Estatuto del CSN, ha anunciado que emitirá un voto particular por escrito en el plazo de 48 horas.

El dictamen técnico será remitido al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), según se establece en el artículo 23 del RINR.

El motivo de la decisión adoptada se apoya en la escasa fiabilidad y en las elevadas incertidumbres de los análisis de seguridad de la instalación radiactiva en los aspectos geotécnicos e hidrogeológicos, de los que depende la verificación del comportamiento adecuado de diversos parámetros del proyecto.

Las deficiencias técnicas detectadas en la evaluación se refieren principalmente al almacenamiento definitivo de residuos radiactivos de muy baja actividad, que forma parte de la instalación radiactiva de primera categoría.

Desde un punto de vista regulador, la información aportada no permite acotar la capacidad efectiva de aislamiento de las barreras que BME propone para envolver los residuos, y consecuentemente tampoco la capacidad de minimizar las concentraciones esperadas de radionúclidos en las potenciales zonas de descarga.

Las evaluaciones realizadas sobre la documentación que acompaña a la solicitud de autorización de la instalación han detectado numerosas deficiencias a lo largo de la evaluación, lo que ha requerido el mantenimiento de muchas reuniones técnicas con el titular, así como numerosas peticiones de información adicional, además de la elaboración de una gran cantidad de informes y notas de evaluación, y de la revisión completa de la documentación por parte del titular, con objeto de integrar y dar coherencia a la información generada sobre el proyecto.

El estudio de los informes de la solicitud de autorización de construcción ha implicado a 11 áreas técnicas de ambas direcciones técnicas del CSN, que han abordado los temas de su competencia, que agrupan la protección contra incendios, ingeniería de sistemas, ingeniería mecánica y estructural, garantía de calidad, hidrogeología, sismología y meteorología, protección radiológica de los trabajadores, evaluación de impacto radiológico, vigilancia radiológica ambiental, residuos de baja y media actividad, además del área de instalaciones del ciclo y desmantelamiento y de la correspondiente jefatura del proyecto.

“Profunda decepción”

Por su parte, la compañía minera australiana Berkeley, que proyecta la construcción de la que sería la mina de uranio a cielo abierto más grande de Europa en la localidad salmantina de Retortillo, está estudiando las acciones legales a emprender ante el informe desfavorable del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que alerta de escasa fiabilidad y elevadas incertidumbres en los análisis de seguridad.

En una nota informativa para accionistas, la empresa indica que aún no ha recibido ninguna notificación oficial de este informe del CSN y muestra su “profunda decepción” por esta decisión. Así, asegura que toda la documentación presentada por la compañía sobre este proyecto ha sido preparada siguiendo las indicaciones de expertos independientes nacionales e internacionales y recuerda que desde que comenzó este proceso en 2016 han mantenido seis encuentros con el Consejo de Seguridad Nuclear y han presentado toda la información adicional que se les ha requerido.

Además, la empresa minera recuerda que el proyecto cuenta con más de 120 permisos e informes favorables previos de las autoridades locales, regionales, nacionales y de la Unión Europea, nueve de los cuales son del propio Consejo de Seguridad Nuclear.

Y solo queda el permiso final para comenzar la construcción completa de esta planta minera, dice el comunicado. Ante esta situación, Berkeley asegura que defenderá su postura y analizará las opciones legales a adoptar ante la última decisión del CSN.

Reacciones

Tras conocer el informe del CSN, Ecologistas en Acción, Greenpeace y el Movimiento Ibérico Antinuclear celebraron la desautorización de construcción de la planta de fabricación de concentrados de uranio en Retortillo.

Esta decisión, indicaron en un comunicado conjunto, supone el fin del proyecto minero de la empresa Berkeley Minera España, SL (BME) en Salamanca y, con ello, el fin de la minería de uranio en España.

“El fin de la minería de uranio en España significa el fin de una industria que destruye el territorio, su cultura y su economía, que incrementa la contaminación radiactiva y que es insostenible en la transición ecológica que necesariamente debemos acelerar. Felicitamos especialmente al CSN por desechar el proyecto de una compañía como Berkeley cuyo negocio es mayoritariamente especulativo, que ha tratado de coaccionar al organismo regulador y que ha mostrado déficits técnicos sistemáticamente en su proyecto”, declaró Raquel Montón en representación de Greenpeace.

El proyecto, que comenzó en 2013, incluía una mina de uranio de Retortillo-Santidad, una planta de concentrados de uranio y un almacén de residuos radiactivos. La planta de concentrados es una instalación radiactiva y está sujeta a varias autorizaciones que debe otorgar el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITERD), previo informe del CSN.

Dichas autorizaciones son preceptivas en el caso de la selección del emplazamiento, la construcción de la planta, la entrada en funcionamiento de la misma, su desmantelamiento y clausura. En este caso, el CSN ha emitido su informe desfavorable y preceptivo, respecto a la construcción de la planta, tras estar estudiándolo desde el 7 de septiembre de 2016 y haber requerido información y documentación adicional a Berkeley desde el 2017 hasta el 2020.

Recordaron que la sociedad civil, articulada a través de la Plataforma Stop Uranio que se constituyó en 2013, ha sido a su juicio “fundamental” para visibilizar y reclamar la protección del medio ambiente y de las personas. Junto a ellas, añadieron, han estado organizaciones ecologistas como Greenpeace o Ecologistas en Acción para plantear demandas y propuestas como la que finalmente se incluyó en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética –en vigor desde el pasado 20 de mayo– que, en su artículo 8, prohíbe expresamente las actividades de exploración o explotación de yacimientos minerales radiactivos como el uranio.

“Tras una década de movilizaciones vemos la luz al final del túnel, con una decisión fundamentada en criterios técnicos, cuando nos podíamos haber ahorrado sufrimiento y 2000 encinas centenarias si hubiera habido más determinación en defender el territorio ante proyectos dañinos para nuestra tierra”, declaró Jose Ramón Berrueco, en representación del Movimiento Ibérico Antinuclear y la plataforma Stop Uranio

“Desde un inicio las población de la zona y las organizaciones sociales señalamos la inviabilidad y peligrosidad de abrir una mina de uranio en Salamanca. Estos años hemos comprobado continuos errores y opacidades en la tramitación de este proyecto, una muestra clara de la irresponsabilidad que suponía su continuidad. Nos alegramos de empezar a ver el final de la pesadilla de la minería de uranio en nuestro país”, señaló Cristina Rois, en representación de Ecologistas en Acción.

“Silencio” del municipio

La pequeña localidad salmantina de Retortillo, de apenas 200 habitantes, ha recibido con silencio el informe desfavorable del Consejo de Seguridad Nuclear a la construcción de la que sería la mina de uranio a cielo abierto más grande de Europa que proyecta la empresa Berkeley en este pueblo, donde sus vecinos han quedado divididos entre los que defienden la generación de empleo y los que rechazan el impacto ambiental.

Desde que hace una década se conocieran las primeras pretensiones de construir una explotación de uranio en este pequeño pueblo del Oeste salmantino, en el campo de Yeltes, rodeado de encinas, la división ha sido la tónica de los planteamiento vecinales.

Pero no solo ha dividido a los vecinos de Retortillo sino también a los de municipios próximos que, de una manera o de otra, se sentían beneficiados o perjudicados por este proyecto.Mientras que el alcalde de Villavieja de Yeltes, Jorge Rodríguez, que dista escasos 12 kilómetros de donde se prevé hacer la mina se ha mostrado contrario a este proyecto, el regidor de Retortillo, Eustaquio Martín, ha preferido guardar silencio y no hacer declaraciones ante el informe desfavorable del Consejo de Seguridad Nuclear conocido este lunes, como también ha hecho la Diputación de Salamanca.

Esta división entre los vecinos tanto de Retortillo como de la comarca ha sido la constante durante los años que se lleva gestando la mina de uranio y que se ha podido comprobar en las manifestaciones a favor y en contra que se han convocado durante esta década.

”Que hablen los políticos”, asegura uno de los pocos vecinos de este municipio que accede a hablar con Efe pero que prefiere mantener el anonimato. Y recuerda la fuerte división que existe entre familiares y amigos en función de “si tenía trabajo en la mina o no”.