Sociedad

Guillermo Prieto cumple su reto “más difícil” y completa en bicicleta los 1.274 kilómetros de “La Raya” en 75 horas

El ciclista vallisoletano, deportista adaptado y experto en pruebas ‘non stop’, llega a Ayamonte (Huelva) tras partir el domingo de La Guardia (Pontevedra)

El ciclista vallisoletano, Guillermo Prieto, durante la prueba
El ciclista vallisoletano, Guillermo Prieto, durante la pruebaSublim

El ciclista Guillermo Prieto, especialista en carreras de ciclismo ‘non stop’, ha cumplido el reto de recorrer en bicicleta y sin etapas los 1.274 kilómetros que separan, de norte a sur, España y Portugal.

Guipuzcoano de nacimiento y afincado desde hace años en Valladolid, Guillermo Prieto partió el pasado domingo, 1 de agosto, de La Guardia (Pontevedra) y no ha dejado de pedalear hasta llegar este miércoles 4 de agosto, a Ayamonte (Huelva), parando solamente para alimentarse, dormir unas pocas horas y las necesidades más vitales. Han sido casi 1.300 kilómetros de distancia recorridos en 75 horas, con 13.400 metros de desnivel acumulado.

¿El objetivo? Recaudar fondos para el proyecto Fisiomer puesto en marcha por Aspaym Castilla y León, que lleva el servicio de fisioterapia al medio rural. En este caso, los beneficios son para impulsar una clínica en la localidad zamorana de Villalpando.

La línea que separa la frontera entre España y Portugal, la frontera terrestre más larga entre dos países de la Unión Europea, atraviesa una decena de distritos lusos (Viana do Castelo, Braga, Vila Real, Bragança, Guarda, Castelo Branco, Portalegre, Évora, Beja y Faro) y siete provincias españolas (Pontevedra, Orense, Zamora, Salamanca, Cáceres, Badajoz y Huelva).

“Ha sido el recorrido más difícil que he hecho a lo largo de mi trayectoria. Incluso en algún momento pensé que no podría con ello”, ha afirmado con satisfacción Guillermo Prieto nada más llegar a la localidad onubense.

Durante el recorrido ha tenido que hacer frente a la fuerte lluvia, especialmente en la provincia de Ourense hacia Miranda do Douro, en Portugal, y afrontar las intrincadas carreteras de los Arribes por la provincia de Salamanca y pelear con el viento en contra, ya en tierras extremeñas y andaluzas. “El domingo no he dormido nada, el lunes, unas horas; y la noche del martes, que ha sido de mucho frío, he tenido que dormir dos pequeños tramos de cinco minutos cada uno”, relata el deportista.

Sin duda, su empeño, preparación física y fortaleza mental han jugado un papel esencial para poder cumplir el reto solidario, el de mayor kilometraje realizado por el ciclista vallisoletano hasta ahora.

Accidente laboral hace 12 años

Guillermo Prieto sufrió hace 12 años sufrió un grave accidente laboral en el que estuvo a punto de perder la vida. Por suerte, no fue así, pero perdió parte de su pierna izquierda. «Como terapia me refugié en el ciclismo y, con el tiempo, logré recuperar la forma física».

En 2010 volvió a ponerse un dorsal y, desde entonces, se ha convertido en un corredor especialista en pruebas ‘non stop’ referente a escala nacional. También ha disputado muchas pruebas tanto de ciclismo adaptado como normalizado, consiguiendo ganar algún Campeonato de España de Crono y de Pista Adaptado.

Guillermo Prieto realiza, desde el año 2015, pruebas solidarias en forma de retos ‘non stop’ de larga distancia a favor de personas necesitadas. Educado en los valores de la solidaridad, por eso procura ayudar a quien lo necesita, considera que la inclusión en el deporte es algo necesario y cuando practica ciclismo normalizado se siente como uno más a pesar de su discapacidad.

Fisioterapia en el medio rural

Guillermo Prieto ha elegido este año Aspaym Castilla y León, organización dedicada profesionalmente a las personas con discapacidad, como destinatario de todos los fondos que recaude en 2021 a través de los retos ciclistas que protagoniza.

En concreto, todo lo obtenido de esta gesta de recorrer en bicicleta la frontera hisponolusa va dirigido al proyecto Fisiomer, que consiste en llevar la fisioterapia al mundo rural. Es un proyecto que nació en 2015 para el desarrollo de los pueblos y dirigido a la población en general, sobre todo a personas dependientes con o sin discapacidad o a personas de la tercera edad que no pueden llevar a cabo este tipo de tratamientos por residir en este tipo de áreas.