Sociedad

Los cenobios también cierran en la España vacía: “No podemos con el convento”

Las doce madres dominicas de Santa María la Real en Medina del Campo (Valladolid) emigran a Casalarreina (La Rioja)

Convento de Santa María la Real en Medina del Campo (Valladolid)
Convento de Santa María la Real en Medina del Campo (Valladolid)La Razón

Casas, escuelas, bares, explotaciones agropecuarias, comercios y sucursales bancarias, en un lento pero inapelable goteo desde hace décadas, cierran en la España interior al compás de las nuevas tecnologías y clausuran una época donde incluso los cenobios, después de siglos, también echan el cierre.

“No podemos con el convento”, ha lamentado a Efe María Isabel Puyal, priora del monasterio de Santa María la Real en Medina del Campo (Valladolid), en nombre de las doce madres dominicas que con su marcha a Casalarreina (La Rioja), debido a su provecta edad y falta de vocaciones, sellan siete siglos de vida contemplativa en esa histórica clausura a lo largo de varias etapas.

Dejan el sepulcro de Leonor de Albuquerque (1374-1435), abuela de Fernando el Católico y tía abuela de Isabel la Católica, además de un artesonado renacentista de inspiración mudéjar y, entre otras tallas, el Cristo del Santo Sepulcro, un yacente atribuido al Maestro de Covarrubias (siglo XVI), emblema de la Semana Santa medinense.

De momento no hay fecha para el cierre, “no hemos pensado nada”, ha soslayado la priora entre escueta y molesta ante la difusión pública de una situación que atañe a su estricta vida monástica, y que incluso el alcalde de Medina del Campo, Guzmán Gómez, ha conocido a través de terceros vinculados al ámbito eclesiástico.

“Ante todo, quiero dejar claro que se trata de un asunto totalmente ajeno al Ayuntamiento”, ha puntualizado a Efe el alcalde ante esta “mala noticia”, antes de expresar todo su respeto a las monjas, “a las que queremos, tienen toda nuestra admiración, cariño y deseamos mucha suerte en estos momentos tan duros para ellas”.

El debate se centra ahora en el futuro de la iglesia y de su patrimonio histórico y artístico, especialmente del Cristo del Sepulcro y de otro yacente, también del siglo XVI, de gran arraigo popular entre las cofradías medinenses por ser el que sacaban durante Semana Santa los toreros y aficionados a la fiesta brava, labrado por Juan de Montejo, ha explicado a Efe el historiador Antonio Sánchez del barrio, director del Museo de las Ferias de Medina del Campo.

Aunque las madres “tienen total libertad para gestionar su patrimonio”, el alcalde ha expresado su convencimiento de que las tallas “van a seguir en Medina del Campo: hasta ahí estamos tranquilos porque nos consta que no quieren hacer ‘daño’” en este sentido.

Guzmán Alonso se ha puesto a disposición de las religiosas “por si podemos ayudarlas en cualquier cosa” y anunciado su intención de habilitar un “uso turístico” a la iglesia del monasterio, levantada en el siglo XV después de un incendio que arrasó las antiguas dependencias, incluido un palacio donado por Leonor de Alburquerque.

“La iglesia está ahí, el convento no se va a marchar de Medina del Campo. Nosotros estamos dispuestos a colaborar, mediante un convenio o lo que sea, para un uso turístico”, ha precisado en este punto.

Las cofradías ya están gestionando la permanencia de las tallas procesionales: “es una decisión muy difícil para ellas, están bastante tristes y agobiadas”, ha recalcado el alcalde.

Fuentes de la delegación diocesana de Patrimonio han precisado a Efe que las monjas son las propietarias de todo el patrimonio histórico, artístico y devocional, y que no tienen la obligación de informar o notificar nada al arzobispado de Valladolid excepto por razones de protocolo.

La delegación, añaden dichas fuentes, ofrecen siempre asesoramiento técnico a quien se lo piden pero en este caso, hasta el momento, nadie se ha puesto en contacto para ello.

En el siglo XVI, ha recordado de nuevo el director del Museo de las Ferias, había en Medina del Campo, entonces emporio mercantil y asentamiento de banqueros y comerciantes de ámbito europeo, hasta diecinueve conventos masculinos y femeninos.

Con la marcha de las MM Dominicas, ahora sólo quedarán cuatro: la segunda fundación de la reforma teresiana (MM Carmelitas), las MM Agustinas de Santa María Magdalena, las MM Clarisas y los Padres Carmelitas.

Los cierres monásticos, el abandono de monasterios y convento en una nueva y moderna versión de las desamortizaciones decimonónicas, ahora ante el declive de vocaciones, afecta por igual a todas las órdenes sin excepción como sucede en otros cenobios que guardan memoria de acontecimientos capitales en la historia de España y que los escolares estudian en los libros de texto.

Así ocurre, entre otros ejemplos dentro de Castilla y León, en el monasterio de MM Agustinas de Madrigal de las Altas Torres (Ávila), antigua casa natal de Isabel la Católica, que mantienen once monjas, según explica a Efe la madre Pilar, o en el monasterio benedictino de Santa Cruz en Sahagún (León), que custodia el sepulcro de Alfonso VI de León, reconquistador de Toledo en 1085.

“Nosotras somos ocho monjas pero muchas jóvenes, una de ellas de 25 años y nos vamos defendiendo”, ha informado la priora de estas benedictinas, Anunciación Ríos. E