Sociedad

La prostitución se refugia en los pisos

Las meretrices, cada vez más de origen español, dicen adiós a la calle y casi a los clubes de alterne para ejercer en casas clandestinas debido a la pandemia y la mayor protección

La prostitución se mueve de los clubes a los pisos la pandemia
La prostitución se mueve de los clubes a los pisos la pandemia©Gonzalo Pérez MataLa Razón.

La regulación o prohibición de la prostitución en España vuelve a estar en el centro del debate político en nuestro país después de que los socialistas de Pedro Sánchez aprobaran en su 40 Congreso Federal que esta práctica milenaria será abolida, entre otras cuestiones, “porque “esclaviza a las mujeres”, en palabras del presidente del Gobierno . Si bien, esta cuestión también ha hecho que colectivos de mujeres levanten la voz pidiendo que les dejen trabajar si lo desean además de cotizar a la Seguridad Social. Un debate viejo que siempre enfrenta al feminismo.

Los del puño y la rosa quieren una Ley que, además de hacer frente a la trata de seres humanos y penar al proxeneta, pretende castigar al cliente “putero” como ya se hace en otros países europeos como Suecia o Francia, además de perseguir también a los dueños de los locales y dar una salida alternativa a las mujeres.

En otros países, como Turquía, Suiza, Grecia, Austria, Países Bajos o Alemania la prostitución es legal, incluidos los prostíbulos, mientras que Hungría y Letonia también está regulada pero los burdeles están prohibidos.

Y en España, aunque los prostíbulos, en principio, están considerados ilegales, la prostitución se halla en una especie de limbo jurídico, alegalidad o legalidad paralela,ya que no existe una regulación al respecto.

Nuestro país está a la cabeza en Europa y en consumo de prostitución, y entre los primeros del mundo. Una actividad que ha crecido en los últimos tiempos aprovechando los márgenes de la legalidad existentes y que, según datos del Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero, mueve más de cinco millones de euros al día y 4.000 millones al año.

Pero es que la prostitución de ahora, no es la de hace unos años debido a la irrupción en nuestras vidas del coronavirus. Una crisis sanitaria que ha trastocado el día a día de todo, y también la forma de ejercer la prostitución debido a las duras restricciones a la hostelería, en general, y al ocio nocturno, en particular, que que ha dicho adiós a la calle, y casi a los clubes de alterne, para llevarse a cabo en pisos particulares.

El modelo de negocio se ha orientado ahora ahí también porque hay una mayor protección tanto para los consumidores como para los propios proxenetas. Si bien, por el contrario, el hecho de que la prostitución se traslade a los pisos hace que las mujeres que venden su cuerpo por dinero sean invisibles y estén más expuestas a la agresividad de los clientes, muchos de los cuales, además de los proxenetas, las obligan a drogarse.

Algo que siempre ha existido, aunque ahora ha proliferado con especial fuerza debido a esta pandemia que parece no tener fin y que ha vuelto a resurgir con fuerza, y a las limitaciones existentes, más o menos duras en función también de la Comunidad Autónoma.

Aunque es complicado dimensionar la realidad de la prostitución en España -se habla de que más de 300.000 mujeres la ejercen aunque no hay datos oficiales, pero sí que se sabe que hay miles de mujeres que venden su cuerpo o se son prostituidas en polígonos, burdeles y, sobre todo, en pisos clandestinos. La mayoría de ellas son extranjeras sin papeles y son víctimas de trata de seres humanos, a las que captan con ofertas de trabajo engañosas y a las que ofrecen el paraíso en nuestro país, o mediante amenazas o por la fuerza para ser explotadas.

Casa de citas en Burgos
Casa de citas en BurgosIcalLa Razón

Si bien, en los últimos tiempos, y debido a la covid, cada vez son más las mujeres de nacionalidad española las que se están dedicando a la prostitución por necesidad económica para sustentar a sus familias e incluso ser las hijas mayores o por falta de oportunidades, y que ven en la prostitución un recurso para salir del paso.

Así lo ha puesto de manifiesto esta semana en Zamora la subdelegación del Gobierno en esta provincia durante una reunión de trabajo con miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, representantes de asociaciones y servicios sociales: la prostitución ha abandonado la calle y los burdeles para pasar a ejercerse en pisos clandestinos.

Y aportan algunos datos. Como que son al menos 130 las personas que se dedican a vender su cuerpo en la provincia de Zamora, entre ellas cinco transexuales y un hombre; que casi ochenta de estas personas tienen un perfil de riesgo; o que una treintena eran víctimas de trata de seres humanos.

También que se han detectado más de cincuenta pisos clandestinos en los que se ejerce la prostitución, divididos casi a partes iguales entre Zamora capital y el municipio de Benavente, que es donde más se han encontrado.

Un encuentro en el que también se puso de relieve que la mayoría de las trabajadores sexuales son mujeres extranjeras, principalmente de la América Hispana como Colombia y Uruguay, pero también de Brasil, y se advertía con inquietud y preocupación del incremento de “prostitutas” de origen español.

Programa Atrapadas

Aunque no hay una ley, en Castilla y León se trabaja en varias frentes para intentar ayudar a estas personas sin papeles que han sido víctimas de trata, que son de especial vulnerabilidad y que viven en su mayoría en pisos y clubes, a que puedan salir adelante y tener otro proyecto de vida.

Una de estas vías de escape, es el “Programa Atrapadas” de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades que se desarrolla en colaboración con diversas entidades especializadas en la atención a víctimas de trata y prostitución y a las que el Gobierno regional considera víctimas de violencia de género, por lo que tienen acceso a todos los recursos que precisen. La financiación con la que se dota este proyecto para este 2021 es de 500.000 euros.

Durante los peores meses de la pandemia, más de 350 mujeres acompañadas en muchos casos de menores a su cargo, recibieron ayuda habitacional, de alimentación e higiene y cuidados personales a través de las entidades del Tercer Sector.

“Atrapadas” garantiza la cobertura de necesidades básicas de subsistencia, y potencia la inserción laboral de las víctimas para favorecer la vuelta a una vida normalizada, además de prestar una atención psico-social de apoyo ante las situaciones de crisis que se pueden originar, ocasionadas por el aislamiento social, la falta de apoyo familiar y social, la carencia de recursos económicos o el desconocimiento del idioma.