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“La casa de papel”: Así es la ermita en la que se gestó el robo al Banco de España

Se estrena este viernes el final de la exitosa serie televisiva española

Los protagonistas de La Casa de Papel con la ermita de San Frutos al fondo
Los protagonistas de La Casa de Papel con la ermita de San Frutos al fondoLa Razón

Nunca cinco capítulos de una serie televisiva española han sido tan esperados. Pero finalmente llega el día. Será este próximo viernes cuando se estrene la quinta temporada y la traca final de “La Casa de Papel” y todos estamos con la intriga de si finalmente culminará con éxito el asalto al Banco de España del profesor y su banda, si “Tokio” finalmente fallecía en el último capítulo, o de las andanzas de “Berlín” con su pareja e hijo. No queda otra que esperar y descubrir el desenlace en los próximos cinco capítulos.

Y a lo largo de la serie han sido numerosas las localizaciones que guionistas y responsables de la serie han buscado para la grabación de escenas. Y Castilla y León también ha sido protagonista de esta serie tan exitosa. Concretamente Segovia y su ermita de San Frutos, en pleno corazón del Parque Natural de las Hoces del río Duratón, al ser el lugar elegido como el escenario donde se ideó el “robo del siglo”.

La ermita de San Frutos en Segovia
La ermita de San Frutos en SegoviaIcal

La mansión donde “Berlín” vive y cohabita con religiosos, y donde finge escribir su tratado de filosofía teológica, no se encuentra en Italia, como nos hacen creer en la serie, sino que se halla en esta emblemática ermita, situada en un bello promontorio ideal para ver las Hoces del río Duratón, y también observar planear o habitar en paz a los buitres leonados que la pueblan.

El conjunto monacal se sitúa sobre uno de los meandros que conforman las Hoces del Río Duratón y es por hecho, uno de los lugares más visitados y concurridos de la provincia, en especial durante las estaciones primavera y verano.

Una ermita que se construyó sobre una pequeña iglesia visigótica del siglo VII, después de la donación de Alfonso VI de este priorato al monasterio de Santo Domingo de Silos en 1076, bajo la dirección del maestro Michel y siendo consagrada por el arzobispo de Toledo, Don Bernardo, en el año 1100, construyéndose a su vera dependencias para un reducido grupo de monjes.

Hoces del Duratón desde la ermita de San Frutos
Hoces del Duratón desde la ermita de San FrutosEduardo Margareto/ICAL

La presencia de monjes se mantuvo en el lugar hasta el año 1834 cuando fueron obligados a abandonar las instalaciones debido a la desamortización de Mendizábal. El abandono y un posterior incendio acabaron llevando a la ruina al monumento que sería declarado Monumento Nacional en 1931.

Si uno quiere acceder a la ermita hay que atravesar un puente de piedra, salvando una gran grieta en la roca, denominada “Cuchillada de San Frutos”, que cuenta la leyenda que fue ideada por el Santo con su báculo para salvar a un grupo de cristianos perseguidos por los moros. A continuación nos topamos con una gran cruz de hierro forjada sobre un pedestal de piedra con siete llaves grabadas que corresponden a las siete puertas de Sepúlveda.

Junto al ábside se hayan varias tumbas realizadas en piedra. Una pequeña necrópolis del siglo X, y junto al acantilado se puede observar también un pequeño cementerio. Eso sí, la decoración del conjunto es muy sobria, con únicamente motivos geométricos y vegetales y alguna descripción de escenas religiosas.

Actualmente San Frutos es el patrón de la provincia segoviana y cada 26 de octubre se celebra una romería en su honor. Merece la pena acercarse a este lugar de remanso de paz y que ha atraído a más visitantes a ser uno de los puntos claves en la trama de “La Casa de Papel”.