Sociedad
Educar en el respeto para lograr una sociedad más inclusiva con las personas con discapacidad
Las Escuelas Infantiles “Colorines” y “Pinto Pinto” de Laguna de Duero acercan a sus alumnos los lenguajes alternativos para favorecer su sensibilización
“Aunque tengamos diferencias todos podemos ser iguales”. Ese es el mensaje que se quiere transmitir a toda la población con motivo de la celebración este viernes 3 de diciembre, del Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Por este motivo, las Escuelas Infantiles Municipales de la localidad vallisoletana de Laguna de Duero, “Colorines” y “Pinto Pinto”, acogen esta mañana dos talleres del proyecto Diversicuentea.
La iniciativa, organizada por Integra CEE, busca promover acciones de sensibilización en discapacidad a través de elementos lúdicos para fomentar el desarrollo de conductas inclusivas además del respeto a la diversidad como un elemento constructivo y no discriminatorio.
Para ello, se ha comenzado leyendo “ELMER”, un cuento ilustrado muy popular en la educación en valores, con el que se trabaja la tolerancia hacia el diferente, que cuenta la historia de un elefante de colores que vive acompañado del resto de su especie, todos de color gris.
Tras esta actividad, se ha propuesto a los pequeños de ambos centros gestionados por Koala Soluciones Educativas, filial de Clece, tres situaciones diferentes que le ocurren a Elmer en el cuento para introducir diversos lenguajes alternativos.
Una de estas experiencias está relacionada con el día a día de las personas con ceguera. En este sentido, se expone que Elmer quiere llegar al final de la clase pero no ve. Para ayudarle se le proporcionan unas gafas pero tampoco puede observar sus pies. Ante esta problemática se pregunta a los pequeños del aula cómo se le puede ayudar, proponiendo poner relieve en el camino para que lo note con sus patas. Este y otros dos experimentos relacionados con el lenguaje de signos y la comunicación por pictogramas conforman el grueso de la iniciativa que finaliza con la construcción, entre todos, de un gran Elmer de colores.
Este tipo de proyectos son claves para sentar las bases de una sociedad inclusiva y no discriminatoria tal y como asegura Purificación San José, directora de la EIM “Pinto Pinto”, quien considera que “es la más temprana edad de la educación donde debemos trabajar e inculcar valores positivos hacia la diversidad”. “Apostamos por una educación en la que todos los niños y niñas se sientan orgullosos de sus cualidades personales para conseguir una Escuela tolerante siguiendo el lema de que todos somos iguales porque todos somos diferentes”, destaca.
Por su parte, Concepción López, responsable de la EIM “Colorines”, afirma que “uno de los grandes retos en la educación de nuestros pequeños es enseñarles a comprender y respetar las diferencias que caracterizan a todas aquellas personas que les rodean”. Es por ello que defiende que “la mejor manera de enseñarles es ofreciéndoles la posibilidad de participar activamente en la educación de niños y niñas que tienen unos intereses y unas necesidades diferentes a las suyas”. Todo, para que los adolescentes y adultos del mañana puedan vivir en un mundo más respetuoso e inclusivo con todas las realidades que lo conforman.
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