El nuevo obispo de Salamanca se ofrece a hacer su trabajo sin vocear ni gritar

El nuevo obispo de Salamanca y Ciudad Rodrigo, José Luis Retana, ha tomado posesión este domingo 9 de enero de 2022 en la catedral salmantina con una homilía en la que ha lanzado un mensaje de trabajo que realizará “sin gritar, sin vocear, sin cascar la caña quebrada”.

Retana, que este pasado sábado 8 de enero de 2022 tomó posesión como prelado de Ciudad Rodrigo después de que se unificaran las dos diócesis, la de Salamanca y la Civitatense, se ha presentado como el pastor al que la Iglesia le pide enseñar “sabiendo que debo ser el primer discípulo” y santificar, “sobre todo mediante los sacramentos”.

El prelado, que desde 2017 y hasta ahora ha desarrollado su ministerio episcopal en Plasencia (Cáceres), ha sido sacerdote de la diócesis de Ávila después de licenciarse en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca y ordenado en 1979. A la catedral, José Luis Retana (Pedro Bernardo, Ávila, 1953) ha llegado acompañado por el nuncio apostólico del papa en España, Bernardito Auza, junto a una veintena de arzobispos y obispos de la Iglesia en España, y ha celebrado la eucaristía acompañado por más de trescientos presbíteros.

El nuevo obispo ha iniciado su homilía con citas a San Juan Bautista, del que ha dicho que le llamó la atención “tanto la palabra valiente de denuncia y la llamada a la conversión, como el estilo de vida que respalda la interpelación de su predicación”. ”No podemos aspirar a un mundo nuevo permaneciendo sumergidos en nuestros personales egoísmos”, ha asegurado.

Monseñor Retana ha indicado que también, como Jesús, se siente “llamado por el Señor y cogido a su mano” desea que derrame su espíritu “para saber ofrecer su luz para nuestras cegueras, su libertad para nuestras esclavitudes, sin gritar, sin vocear, sin cascar la caña quebrada y sin apagar el pábilo vacilante”.

Para este nuevo cometido quiere contar con todos, en especial con los sacerdotes, y expresado su deseo de estar cerca del seminario y de la pastoral juvenil y universitaria, a los que ha pedido que pongan la juventud “al servicio de Dios y de los hermanos”, ya que “seguir a Cristo implica siempre la audacia de ir contra corriente”