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¿Qué diferencias hay entre la ganadería intensiva y la extensiva y qué es una macrogranja?
Las polémicas declaraciones de Garzón han abierto el debate en España sobre qué se considera una granja de estas características y cuántas podría haber en nuestro país
Las polémicas declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, en un entrevista en el periódico británico The Guardianponiendo en tela de juicio la calidad de la carne que produce y vende España además de acusar a las explotaciones ganaderas denominadas como macrogranjas de maltratar a los animales, ha levantado una vez en armas al sector agrario contra el Gobierno de España y este ministro, al que piden que rectifique o si no su cese, además de caldear el ambiente político en una Comunidad como Castilla y León, con un sector ganadero potente, que afrontará en apenas un mes unas elecciones autonómicas.
Desde el PP de Castilla y León, su candidato a la Junta y presidente en funciones, Alfonso Fernández Mañueco, tiene claro que el concepto de macrogranja como tal no tiene cabida ni existe en Castilla y León, donde hay más de 37.000 explotaciones que dan trabajo a más de setenta mil personas., y apunta que esta definición se está utilizando por parte de la izquierda y los animalistascomo “cortina de humo”.
Además, señala que todas las explotaciones cumplen la normativa de bienestar animal y que son rigurosas y que si hubiera alguna explotación ganadera que no cumpliera la norma y que dé problemas pues que lo que hay que hacer es actuar de forma individual.
En Castilla y León la ganadería y el sector primario son claves para la economía y el desarrollo rural, y muchos de sus productos como la carne o la leche los utiliza la industria para generar multitud de otros productos derivados que son muy habituales en nuestros hogares y en nuestra famosa dieta mediterránea.
¿Qué es una macrogranja?
Aunque no existe una definición de macrogranja como tal -no existe en el diccionario de la Real Academia de la Lengua-, este concepto se suele usar para denominar a aquellas explotaciones de ganadería intensivaqueacogen a miles de cabezas de ganado en una única instalación y donde la producción de pienso es muy barata. Predominan las granjas como las porcinas y de aves de corral.
Se estima que hay unas siete mil en España, lo que supone entre el uno y el tres por ciento del total de explotaciones, con Cataluña, Aragón y Castilla y León a la cabeza.
También hay dudas sobre la el número de cabezas de ganado por el cual una granja pasaría a considerarse como macrogranja, ya que no hay datos oficiales al respecto, aunque se estima que podrían ser 10.000 el mínimo, algo que en Castilla y León no se alcanza ni de lejos.
En el caso de las explotaciones porcinas, España tiene limitada la capacidad de las granjas y estas tienen prohibido tener más de 2.880 cerdos de cebo o más de 900 cerdas reproductoras.
Según explica en un artículo publicado en Agronews José Antonio Turrado, secretario general de Asaja en Castilla y León, para los ganaderos lo del tamaño “no es un capricho”, ya que viene marcado por criterios de eficiencia y una inversión que se tarda en amortizar no menos de quince años.
Y señala, por ejemplo, que una granja de producción de cerdos de 3.500 madres, si fuera en un sistema productivo de “ciclo cerrado”, sería un gran complejo ganadero, pues junto a las 3.500 madres se cebarían diariamente otros 42.000 cerdos y además serían necesarias naves de superficie equivalente a cuatro campos de fútbol. “Pero en Castilla y León -añade- ya no se construyen explotaciones porcinas de ciclo cerrado, sino que los cerdos se separan de las madres, y en pocos días, finalizada la lactancia, se ceban en naves integradas, de una dimensión media de unas dos mil plazas repartidas por el amplio territorio de Castilla y León, y en ningún caso próximas al núcleo de reproductoras.
“Este sistema productivo del que España es pionera a nivel mundial, y que nos ha situado en el tercer puesto del ranking de países productores y exportadores de porcino del continente, es también el más sostenible, el que da más participación a la explotación familiar, el más acertado desde el punto de vista de la sanidad animal, y el menos agresivo desde el punto de vista medioambiental”, apunta Turrado.
¿Y qué es una ganadería intensiva?
Pues es aquel tipo de ganadería, en la que los animales se encuentran estabulados, bajo unas condiciones creadas de forma artificial, con el objetivo de incrementar la producción de carne y otros derivados animales como huevos, leche o lana en el menor tiempo posible.
De hecho, el incremento de la población en el mundo en el siglo pasado la ha convertido en vital para dar de comer al mundo y el motivo del por qué este tipo de ganadería industrial haya crecido tanto. En este tipo de ganadería, además, los profesionales requieren de grandes inversiones en instalaciones o tecnología además de mano de obra también.
La extensiva, más ecológica
Por el contrario, la ganadería extensiva es la que el profesional aprovecha de forma total o parcial pastos, prados, pastizales, hierbas y rastrojos, propios, ajenos o comunales, de forma permanente o temporal para alimentar el ganado.
Por tanto, una de las grandes diferencias entre agricultura extensiva e intensiva es la forma de vida y de alimentación que tienen los animales dentro de la explotación ganadera, lo que repercute en la calidad del propio alimento resultante. Además, este tipo de ganadería es mucho más ecológica ya que ayuda a mantener la diversidad así como a reducir la erosión en climas áridos.
Por el contrario, la ganadería intensiva consume muchos recursos energéticos o agua y genera más cantidad de residuos aunque estos, como son los purines, se aprovechan también para abonar el campo.
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