Agricultura
Innovación morada como forma de diversificar el campo
La Cooperativa Palentina de Aromáticas, en colaboración con la UVa, obtienen una planta de lavanda más resistente, que podrá ser plantada antes, y con capacidad de autosuficiencia
Una planta más resistente contra sequías y enfermedades, sin necesidad de ser importada y con capacidad de autosuficiencia. Esta es la innovación que tienen sobre sus manos la Cooperativa Palentina de Aromáticas en colaboración con la Universidad de Valladolid, que se alzó con el primer puesto en los V Premios a Proyectos I+D+i 2021 ‘Generando valor rural-Provincia de Palencia’.
Normalmente estas plantas se tienen que traer de Francia, por lo que se quiere producir en Palencia para autoabastecerse. En vez de hacerlo con la raíz desnuda, con la que hay que esperar a la plantación en meses de invierno, se busca tenerla con formato forestal y alveolo. De esa forma, se podrá plantar un poco antes, en los meses de noviembre, afirma a Ical la gerente de la Cooperativa, Amor Guzmán.
Esta nueva planta ya se está produciendo, pero aclara que la innovación junto a la Uva “es introducir unos microbiomas en esas raíces de la lavanda para que enraícen mejor y sea una planta más fortalecida de cara a la resistencia contra sequías o enfermedades”.
Así, se podría plantar antes, en torno a noviembre, para aprovechar la humedad del invierno. Este cultivo es “rústico y duro”, sin gran abundancia del mismo en España y con prácticamente cero plagas, el cual está adaptado perfectamente al clima de Palencia, agrega.
Además, los corzos y los venados no se comen la lavanda, razón por la que se esté optando por esta planta aromática en aquellas zonas en las que están “desesperados” por este motivo. Comenta que es una buena forma de compatibilizar los cotos de caza con la labor agrícola.
Labor en Palencia
“Somos una cooperativa formada por agricultores que cultivan plantas aromáticas como forma de diversificar el campo”, a quienes se les facilita la compra de la planta, los servicios de plantación, recolección y transformación, en la destilería de aceites esenciales ubicada en Ampudia.
Detalla que congregan a unos 50 socios repartidos en diferentes municipios de la provincia, con unas 350 hectáreas totales y una producción que ha rondado las 11 toneladas de aceite en el último año.
Aunque la mayoría de los cultivos se centra en la lavanda y el lavandín, Guzmán subraya que buscan apostar e innovar por otras aromáticas como la salvia, siempreviva o ajedrea, las cuales “no tienen que tener la misma fecha de maduración para que se puedan alternar las tareas de destilación en la planta de Ampudia”.
Explica que ha sido un cultivo muy atractivo en los últimos años, con gran rentabilidad, pero el COVID-19 ha provocado la caída de los precios, porque “no se viaja, sale o se asiste a eventos, algo que incide directamente, dado que la lavanda es empleada en perfumes y cosmética”. Se está pasando un “bache”, pero en el momento en el que se vuelva a un equilibrio, se trata de un “cultivo interesante”.
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