Sociedad

Los delitos sexuales se duplican en los últimos seis años en Castilla y León

La masificación en el uso de las redes sociales y la facilidad de acceso a las víctimas, entre las causas

Datos de los delitos contra la libertad sexual
Datos de los delitos contra la libertad sexualFSAgencia ICAL

Preocupación ante el aumento de los delitos sexuales en Castilla y León, y especialmente las violaciones que se han triplicado desde 2016.

Los delitos sexuales se han incrementado en Castilla y León un 82,3 por ciento en los últimos seis años al pasar de los 289 a los 527 registrados el pasado año, la cifra récord de los últimos años.

Mientras que las violaciones, se ha pasado de 26 en 2016 a 64 en 2021, también la cifra más alta, según las infracciones penales recogidas por el Ministerio del Interior.

A nivel nacional el incremento en este periodo roza el 57 por ciento dado que desde los 10.844 delitos contra la libertad sexual de 2016 se pasó a los 17.016 del pasado año.

Por provincias, el mayor crecimiento de los delitos contra la libertad sexual desde 2016 se experimentó en Segovia, donde se multiplicaron por tres al pasar de las 12 de 2016 a las 41 registradas el pasado año.

Por su parte, Valladolid se situó en cabeza con 126, un 117,2 por ciento más que en 2016, cuando se contabilizaron 58, mientras que en el lado contrario se encuentra Soria con 25 (-56,2 por ciento).

A excepción de León y Zamora, que registraron su nivel más alto en 2018 con 65 y 38 delitos, respectivamente, en el resto de provincias al pasado año se alcanzó la cifra más alta, según el informe del Ministerio del Interior.

En global, el número de infracciones penales registradas en la Comunidad se ha incrementado un 2,7 por ciento en Castilla y León desde 2016, hasta alcanzar el pasado año las 74.008. No obstante, el récord de infracciones se alcanzó en 2018, cuando se notificaron 74.863.

Santiago Mena durante su toma de posesión como fiscal superior de Castilla y León
Santiago Mena durante su toma de posesión como fiscal superior de Castilla y LeónLa Razón

Redes sociales

Para el fiscal superior de Castilla y León, Santiago Mena, es una realidad que en los últimos años se está produciendo un incremento de los delitos de índole sexual en la Comunidad, y que son muchas las razones que se encuentran detrás de esta preocupante subida. Y apunta, en declaraciones a Ical, a la masificación del uso de la redes sociales, canales que hace una década apenas se utilizaban y por los que ahora se tiene una acceso más fácil a las víctimas, aunque insiste que no se puede hablar de un solo factor

Mena destaca la “mayor sensibilidad y protección” que, desde las fiscalías, se tiene con este tipo de víctimas, ya que en muchos casos son menores de edad, y afirma que también es una realidad que hace años este tipo de delitos se denunciaba menos.

En la misma línea se pronuncia el abogado palentinoLuis Antonio Calvo, representante de la Asociación Clara Campoamor, colectivo que desde el año 1985 trabaja en defensa de los derechos de la mujer, que considera que “no existen más delitos, lo que ocurre es que se denuncia más”. Además, reconoce que las redes sociales son otro factor que han contribuido al incremento de este tipo de delitos.

Para Calvo, las numerosas campañas de sensibilización para acabar con la violencia contra las mujeres están dando sus frutos y generando una mayor sensibilización entre las víctimas a la hora de denunciar sus casos.

Por su parte, desde el Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León (CopCyl), su vicedecano, Jesús de Blas, señala a Ical que se ha producido un incremento de las denuncias gracias a que la sociedad ha sido capaz de dotarse de mecanismos más eficaces para detectar este tipo de delitos, a la vez que argumenta que el las redes sociales se han convertido en un factor clave de este incremento.

No obstante, De Blas también apunta al confinamiento como otro factor del crecimiento de los delitos contra la libertad sexual, “dado que nos ha dejado una sensación de estar en una sociedad más aglutinada y cercana, en la que algunos se han sentido capacitados para satisfacer su deseos sexuales de forma ilegítima”. En este sentido, señala que la mayoría de los agresores suelen ser personas de familias desestructuras y con una capacidad intelectual tan limitada que les impide controlar sus impulsos.