Tribunales
Condenado a más de 18 años de cárcel tras retener a su expareja tres días en un monte de Valladolid
La Audiencia da por probado que el hombre se comportaba de manera “agresiva, muy celoso sobre la forma de actuar de su pareja”
La Audiencia Provincial de Valladolid ha condenado a penas que suman dieciocho años y siete meses de prisión a un hombre, K.B.N., por detención ilegal, cometida al retener a su expareja tres días en un monte, por tres delitos de coacciones, por maltrato habitual, amenazas, y obstrucción a la justicia.
La sentencia, facilitada este martes por fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL), considera hechos probados que el acusado y la víctima se conocieron en un pueblo de Bulgaria en 2018 y se trasladaron a España para trabajar en labores del campo.
Vivieron en San Martín de Rubiales (Burgos) trabajando en las viñas y con una relación de pareja normal, hasta que en marzo de 2021 el acusado fue hospitalizado por un problema de pulmón y, cuando salió del centro, comenzó a comportarse de manera “agresiva, muy celoso en cuanto al comportamiento que pudiera tener” su pareja.
Impidió a la mujer que se relacionara de manera normal con otras personas y la relación entre ambos se fue deteriorando gravemente, mostrando el acusado una actitud de dominación hacia su pareja, a la que no dejaba salir sola de casa casi nunca y, cuando surgía cualquier conflicto entre ellos, le decía que la iba a matar o la golpeaba, todo ello en el domicilio familiar.
El 12 de junio de 2021 la mujer se marchó a un cumpleaños de una amiga y, cuando regresó a la casa, se encontró con que K.B.N. estaba muy bebido y se había quedado dormido, pero al despertarse comenzó a increparla por haber llegado tarde a casa.
Ante la actitud del acusado, la víctima decidió no aguantar ya más en esta situación y llamó llorando a una amiga para que fuera a buscarla porque temía que el procesado la fuera a matar y quería irse de la casa.
Su amiga fue a buscarla y se la llevó a vivir con ella, sin que pudiera coger casi nada de la casa en la que había vivido con el procesado. El acusado no aceptó la ruptura y comenzó a llamar por teléfono insistentemente a la mujer para que volviera con él, hasta que ella se vio obligada a bloquearle en el teléfono móvil.
El acusado comenzó también a buscarla por las tierras de cultivo en las que podía estar trabajando para exigirla que regresara a casa. Unos días después del 12 de junio, la víctima acompañada de su amiga y el marido de ésta, fue a su antigua casa para recoger sus pertenencias y, cuando los tres estuvieron dentro, el acusado cerró la puerta de la vivienda y dijo a la víctima que no se iba a llevar nada porque la iba a matar.
Ante la situación creada, uno de los acompañantes de la mujer llamó por teléfono a un hijo suyo, quien presentó en el lugar junto con otras tres personas, situación ante la que el encausado dejó marchar a los tres, después de haberles retenidos una media hora. Dado que el acusado no lograba su propósito de reanudar la relación sentimental, concibió la idea de llevarse por la fuerza a su expareja para que estuviera con él.
Con amigos que accedieron a ayudarle y que actualmente están en situación de rebeldía, el 6 de julio sacó a la fuerza a la víctima del vehículo en el que viajaba, se dirigió a un monte y se quedó allí sólo con su expareja. El acusado la ató las manos con unas cuerdas para que no se pudiera escapar y permanecieron durante más de tres días en aquel lugar, donde sólo disponían de agua para beber y algo de pan para comer.
El acusado le exigía en todo momento que volviera con él y al contestarle ella que no iba a volver, el acusado le decía que la iba a matar con una piedra y la iba a enterrar allí mismo en el bosque, además de que iba a mandar a unos amigos para que mataran a sus hijos, que no viven en España.
El acusado, con el fin de no ser descubierto en su acción, y sabedor de que ya le estaba buscando la Guardia Civil, adoptó medidas como el tener apagado el teléfono móvil el mayor tiempo posible con el fin de que no le pudieran geolocalizar, y cubría el vehículo con hojas y ramas para que no fuera localizado por los helicópteros que la Guardia Civil estaba utilizando para realizar la búsqueda.
El 9 de julio de 2021 la Guardia Civil localizó a K.B.N y a la víctima en el camino del Cementerio de una localidad de Valladolid cuando estaban dentro de un vehículo.
En concreto, la Audiencia condena al procesado a seis años de prisión por un delito de detención ilegal, concurriendo la agravante de género y la circunstancia mixta de parentesco, como agravante.
Por un delito de lesiones fija un año de prisión y privación del derecho a la tenencia y porte de armas por el tiempo de dos años. Por un delito continuado de amenazas graves, con la agravante de género y la circunstancia mixta de parentesco, como agravante, establece dos años de prisión, por un delito de coacciones dos años y diez meses de prisión y por otros dos delitos de coacciones un año en cada caso.
La Audiencia le condena además por un delito de acoso a un año de cárcel y por un delito de obstrucción a la justicia a otros dos años de prisión y por maltrato habitual también a dos años. Las penas conllevan la prohibición de aproximarse a la víctima a menos de quinientos metros durante años y de comunicarse con ella por cualquier medio.
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