Historia

Defensa numantina: Conozca cuál es el origen de esta expresión

Muy utilizada en narraciones futbolísticas, surge a raíz de un hecho histórico dos siglos antes de Cristo y en tierras sorianas

Los últimos días de Numancia de Alejo Vera
Los últimos días de Numancia de Alejo VeraLa Razón

A menudo, en el tan rico vocabulario español, tan repleto de palabras y expresiones, surgen algunas que nos llaman la atención u otras, que se han convertido en habituales en algunos foros. Una de estas expresiones es la de “defensa numantina”, que los buenos aficionados al arte futbolístico habrán oído en múltiples de ocasiones en retransmisiones deportivas. Con ello se refiere al esfuerzo hercúleo que uno de los dos equipos está realizando con el fin de no ver perforada su portería y evitar de esta manera encajar un gol.

Una frase popular que también se puede utilizar en otras circunstancias, cuando nos referimos a una persona que se mantiene en una posición de defensa hasta llegar al límite, o a no bajar nunca la cabeza o continuar firme en una posición determinada. Algo que no obstante, nos puede conducir tanto a situaciones extremas como desesperadas.

Y es que a partir de la desesperación de un pueblo surge esta expresión. Un hecho histórico, acontecido en tierras hispanas, concretamente sorianas, y donde hay que remontarse a casi 155 años antes de Cristo. La historia nos lleva hasta Numancia, antigua ciudad celtíbera, ubicada en Garray, sobre el cerro de la Muela, a siete kilómetros al norte de la actual capital soriana. Como anécdota y en reconocimiento a ese pueblo heroico, el equipo de fútbol soriano lleva el nombre de Numancia, y ha llegado a jugar durante varias temporadas en Primera División.

Yacimiento arqueológico de la actual Numancia, a escasos kilómetros de Soria
Yacimiento arqueológico de la actual Numancia, a escasos kilómetros de SoriaLa Razón

Fueron veinte años de guerras intermitentes y durante más de 20 años, desde el año 153 antes de Cristo hasta el año 133, el imperio romano fue incapaz de vencer la resistencia heroica de este enclaves, a pesar de los continuos ataques. Roma estaba al límite hasta que finalmente el Senado se decantó por la solución más óptima: mandar allá a su más afamado soldado, Publio Cornelio Escipión, que comandaría el ejército para ponerlo a los pies del Imperio.

Hasta allí se dirigió al frente de un ejército de unos 60.000 soldados, a los que entrenó sin ningún tipo de distracción, ya que expulsó a mercaderes, rameras y adivinos que viajaban con ellos . En el año 134 llegaba hasta las inmediaciones de Numancia y allí con la idea ya preconcebida de tomar la ciudad por bloqueo, que no por asalto, se decidió a esperar. Para ello mandó construir varios campamentos y un sólido vallado de cuatro kilómetros de longitud alrededor de las murallas y con un amplio foso. A día de hoy todavía se conservan restos de aquellos campamentos romanos.

De esta manera se sitiaba a la población, incluidas provisiones y agua. Sólo había que esperar. Pero sus habitantes no desesperaron e hicieron varios intentos por romper el frente en busca de apoyos, pero fueron traicionados por ciudades “amigas”, que no querían represalias de los romanos contra ellos.

Último día de Numancia de Martí Alsina, en el Museo del Prado
Último día de Numancia de Martí Alsina, en el Museo del PradoLa Razón

Fueron quince largos meses de asedio, donde la peste y hambruna fueron el día a día de los sitiados que cayeron, prefiriendo suicidarse e incendiando sus propias casas y la ciudad antes de caer en manos de los romanos. Cuando el ejército de Escipión entró en lo que había sido Numancia sólo se encontró cadáveres y algún que otro superviviente que fueron llevados a Roma como botín de guerra. Incluso, algunos historiadores señalan que hubo casos de canibalismo entre sus habitantes.

La actitud de la resistencia numantina impresionó tanto a Roma que varios escritores de época como Plinio o Floro, la ensalzaron. Muy recomendable la novela “Numancia” de José Luis Corral, para vivir los últimos días de este pueblo celtíbero y también el gran Miguel de Cervantes dramatizó el hecho histórico con “El cerco de Numancia”.

Vista aérea del yacimiento de Numancia
Vista aérea del yacimiento de NumanciaPicasa

El yacimiento fue declarado Monumento Nacional en 1882 y desde hace varios años el Presidente de Foro Soria 21 para el Desarrollo Sostenible, Amalio de Marichalar, Conde de Ripalda, busca apoyos y trabaja para que Numancia sea declarado Patrimonio Mundial de la Unesco. Un merecimiento más que merecido.