Cultura

La grata “sorpresa” de Titirimundi

El Festival Internacional de Títeres de Segovia baja el telón a una edición que ha rozado el lleno absoluto en cada espectáculo y recuperado el calor del público

Pase gráfico de la compañía "Jaleo Theatre, en la última jornada de Titirimundi
Pase gráfico de la compañía "Jaleo Theatre, en la última jornada de TitirimundiNacho ValverdeAgencia ICAL

El Festival Internacional de Títeres de Segovia, “Titirimundi”, baja este lunes el telón a cinco intensos días de actuaciones en la calle y en los patios en los que se han vuelto a ver largas colas de gente, la mayoría familias con niños, esperando para sacar su entrada y disfrutar del espectáculo.

Un certamen que ha vuelto a recuperar su esplendor gracias al calor del público tras dos complicados años por la pandemia y cuya buena acogida ha “sorprendido” incluso a la organización. “Teníamos ciertas dudas al principio pero la verdad es ha habido un aluvión de público y los espectáculos de calle han estado siempre llenos”, decía Marián Palma, directora de Titirimundi, mientras pone en valor la gran acogida que ha tenido nuevamente la campaña escolar “Titiricole”, en la que han participado muchos niños de entre cuatro y cinco años que nunca antes habían asistido a un espectáculo de este tipo.

“Nos decían que estos mola y nosotros les contestábamos que esto es teatro”, apuntaba la directora, horas antes de que se ponga el broche de oro a esta 37 edición de Titirimundi que, en un primer balance aproximado, se habla de más del 90 por ciento del total de las entradas vendidas.

“Estamos contentos porque ha empezado a tomar forma otra vez ese calibre y ese calor”, destacaba Palma. Y es que la ausencia de aforos y también de mascarillas para presenciar los espectáculos “ha hecho felices a los titiriteros, porque reciben el feedback”. “Estos años era todo muy frío, no sentían la reacción del público como es ahora con el aforo completo que sientes todo ese calor en escena”, señalaba la directora.

Una persona prueba un juego de la compañía Guixot de 8 durante la 36º edición del festival Internacional de Títeres ‘Titirimundi 2022
Una persona prueba un juego de la compañía Guixot de 8 durante la 36º edición del festival Internacional de Títeres ‘Titirimundi 2022Rafael BastanteEuropa Press

Una decena de compañías han cerrado esta edición que comenzó el pasado jueves y en la que 33 grupos procedentes de 33 países han llevado a escena un total de 177 actuaciones.

Entre ellas la francesa La Salamandre, el español Rodorín y la ítalo-española Silfo Teatro, las tres dentro de la campaña escolar, y la danesa Sofie Krog, con tres actuaciones en céntricas calles de Segovia. Las compañías Golondrino (España), el Circo de las Pulgas (Francia) y los Hermanos Sabbatini (Francia) han sido los encargados de cerrar los espectáculos programados en patios de edificios emblemáticos de la ciudad, como el Palacio de Segovia o el Centro Didáctico de la Judería.

De los pensados para salas y teatros, Bakélite (Francia) ha realizado dos pases en La Alhóndiga y, a las diez de la noche, los encargados de poner fin a esta edición han sido el israelí Ariel Doron, con un espectáculo que aborda los horrores de la guerra en contraposición con los juguetes de los niños, y la compañía Teatro Jaleo.

Formada por los franceses Alice Alban-Zapata y Arnauld Vidal, esta compañía nacida en 2017 ha representado desde el viernes hasta este lunes por la noche su obra “Edén”, dentro de un escenario rodeado de gradas, construido por ellos mismos, que emula un circo antiguo, informa Efe.

La compañía francesa Teatro Jaleo, una de las encargadas de cerrar esta trigésimo sexta edición de Titirimundi con su espectáculo cabaretero "Edén"
La compañía francesa Teatro Jaleo, una de las encargadas de cerrar esta trigésimo sexta edición de Titirimundi con su espectáculo cabaretero "Edén"PABLO MARTINAgencia EFE

A través de la iluminación, la música y ortos efectos especiales, este dúo consigue crear una atmósfera mágica para una sucesión de espectáculos cortos, de tinte cabaretero, inspirados en cada uno de los siete pecados capitales.

Para ello utilizan diferentes disciplinas artísticas como la danza, los números musicales y, por supuesto, títeres de diverso tamaño, materiales y técnicas, con los que son capaces de encarnar a un payaso poseído por la ira, una diva llena de soberbia que no acepta que su momento de gloria pasó y un ratón que peca de avaricioso hasta con su propio hermano.