Cultura
Comienza en las Cortes la restauración del cuadro “Los Comuneros de Castilla”
La obra ha formado parte de la exposición con motivo del V Centenario de la Guerra de las Comunidades
Las Cortes de Castilla y León inician los trabajos de restauración del cuadro ‘Los Comuneros de Castilla’, obra que Joan Planella y Rodríguez pintó en 1877, y con la que obtuvo una medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de aquel año, cuya exposición ha sido una de las novedades del programa “Quinto Centenario de las Comunidades”.
El cuadro, cedido en depósito por el Museo Nacional del Prado, quedará expuesto en la sede de las Cortes de Castilla y León, en cuyo vestíbulo principal se llevarán a cabo íntegramente los trabajos de restauración, explica en un comunicado.
El cuadro representa la partida de una expedición hacia el campo de batalla, posiblemente capitaneada por Juan de Padilla y Antonio de Acuña, en el transcurso de la Guerra de las Comunidades de Castilla, a comienzos del reinado de Carlos I, entre 1520 y 1521.
La restauración que comenzó hoy es necesaria ya que en el pasado la obra se desmontó de su bastidor y se enruló en condiciones que no ayudaron a su conservación. Durante largo tiempo ha permanecido enrulado sobre sí mismo sin una estructura interior. Cuando en 1986 ingresa en el Museo Nacional del Prado, se protegió la capa pictórica con un empapelado de papel japonés y cola de conejo.
El proceso de restauración durará cerca de un año. Para ello se procederá en primer lugar al desenrulado sobre una superficie plana de paneles de madera, ubicada en el hall principal de la sede de las Cortes de Castilla y León. Una primera labor consistirá en la fijación de la capa pictórica y la eliminación de los pinzamientos y las deformaciones de la tela, cuyo reverso se limpiará y se reforzará para evitar posibles desgarros. Se dispondrán bandas de tensión y un reentelado flotante, justo antes de colocar el lienzo en un nuevo bastidor que se fabricará para ello.
Se trata de un cuadro de grandes dimensiones (468 por 757 centímetros). El cuadro fue adquirido al autor por Real Orden de 14/11/1887 en 4.000 pesetas con destino al Museo del Prado, depositado por Real Orden de 18/11/1887 en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona. En 1906 pasa al Ayuntamiento de Barcelona y de allí, en fecha desconocida, al Museo de Arte de Cataluña, en donde estuvo hasta que se levantó definitivamente su depósito por Orden Ministerial de 15/12/1986.
Tras la eliminación del empapelado de protección y de los restos de cola, se limpiará la capa pictórica, se regenerarán los pasmados del barniz y se procederá al estucado de toda la obra.
La fase final consistirá en una reintegración de la pintura con acuarela, un barnizado a brocha y una reintegración cromática final con un posible ajuste de barniz a espray. El proceso de restauración será supervisado por Lucía Martínez, restauradora del Museo Nacional del Prado.
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