Cultura
El Patio Herreriano de Valladolid propone un viaje por la constelación creativa de Ángel Ferrant y un recorrido coral por la fotografía en España de los años 50 y 80
Ambas muestras forman parte de la programación especial del museo para celebrar su 20 aniversario
Dos viajes antagónicos completan la oferta del Museo Patio Herreriano de arte contemporáneo español para celebrar su 20 aniversario. El primero de ellos, ‘Derivaciones’ ofrece una amplia y “monumental” (en palabras del director del centro, Javier Hontoria) panorámica sobre la fotografía española y su fascinante evolución desde los años 50 hasta los años 80. El segundo, ‘Universo Ferrant’, esboza toda una constelación que orbita en torno al escultor Ángel Ferrant, un artista “fundamental para la renovación estética del siglo XX en España”, a juicio de la comisaria de la muestra, Irene García Chacón.
‘Derivaciones’ ocupa las salas 1 y 2 en la primera planta del MPH, y propone hasta el próximo 13 de noviembre “un recorrido colectivo y coral por 30 años indispensables para comprender la evolución dela fotografía en España”, según desgranó Hontoria. El director del Museo, aplaudió el “rigor asombroso” aplicado por el teórico Alberto Martín para organizar la muestra, que a través de pequeños conjuntos individuales de artistas va hilvanando un relato que arranca en los años 50, con un “ánimo de posguerra” que lo impregnaba todo (como se puede apreciar en icónicas imágenes de Masats, Miserachs, Joan Colom o Paco Gómez, hasta los rompedores años 80, con creadores como el leonés Alberto García-Alix, la recientemente fallecida Ouka Leele o el vanguardista Chema Madoz.
La exposición, conformada por alrededor de 280 fotografías, ha sido posible según señaló Hontoria a prestadores de las colecciones más importantes de España, desde la Universidad de Navarra o Foto Colectania, a la Universidad de Salamanca, la Colección de Fotografía Alcobendas, el Museo Jovellanos de Gijón y muchos particulares que han cedido sus piezas para construir este “grandísimo fresco de la fotografía en España desde los 50 a los 80″, donde también aparecen los trabajos de Cualladó, Català-Roca, Pere Formiguera, Oriol Maspons, Alberto Schommer, Francisco Ontañón o Pablo Pérez Mínguez, entre otros.
Una posible historia del arte
Por otra parte, las salas 6 y 7, en la tercera planta, darán cobijo de forma permanente a ‘Universo Ferrant’, una exposición “vital” para Hontoria, a partir de obras pertenecientes a la Asociación Colección Arte Contemporáneo, que pone en relación el trabajo del escultor con “coetáneos y amigos” cuya obra también está presente en la CAC.
Por obra y gracia de Irene García Chacón, la comisaria, el público podrá contemplar a Ferrant como eje central de una galaxia con la que s etraza “una posible historia del siglo XX en España”. “Él era muy autoexigente, y destruyó buena parte de su obra con la que no estaba satisfecho, pero por fortuna conservó una serie de documentación que atestigua su labor”, señaló la comisaria en declaraciones recogidas por Ical.
El montaje reúne algunas de sus esculturas, así como correspondencia con otros artistas, libros dedicados, ilustraciones, manuscritos o material pedagógico, que “revelan una historia del arte lineal a la vez que muestran historias del arte quizá más contradictorias e interesantes a la vez que complejas”, señaló García Chacón.
La exposición abarca su periodo creativo más fecundo, desde la pieza que le valío un premio de escultura en 1925 hasta ‘Serie Venecia nº10′, creada en 1958 dentro de su serie ‘Escultura infinita’ para la Bienal de Venecia de 1960, “cuando ya era un referente para los jóvenes creadores de la segunda mitad del siglo XX”, como Manuel Millares entre otros, informa Ical.
Según relató la comisaria, las piezas de la sala 6 se centran en la exploración de Ferrant en torno a la forma, invitando al espectador a un viaje en torno al estudio de la proporción, el número aureo y las formas aparentemente naturales y su relación con el artificio. Los trabajos de Benjamín Palencia, Alberto Sánchez, Joan Miró, Julio González o Maruja Mallo conviven con las creaciones de Ferrant en este espacio.
Por último, la sala 7 se centra en la investigación que el madrileño emprendió sobre el espacio, una idea “fundamental” para Ferrant, que estaba convencido de que “el cometido de la escultura era animar el espacio”. “Él se preguntaba cómo representar el movimiento, se interesó por lo estático y el equilibrio, acuñó el concepto de estático cambiante, y analizó cómo el equilibrio tenía que ver con el reposo y también con el movimiento”, detalló la comisaria. Su obra convive en este caso con la de su amigo Mathias Goertiz, Honorio García Condoy el propio Pablo Gargallo.
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