Técnica milenaria
Con miles de años de historia, la acupuntura es una terapia originaria de China que consiste en la aplicación de agujas en puntos específicos del cuerpo, con el objetivo de aliviar el dolor.
Desde hace dos años, en Burgos se puede asistir a tratamientos de acupuntura express, un método que la burgalesa María Martínez importó desde Irlanda, y que se lleva a cabo en otras partes del mundo, pero no es tan conocida en España.
Esta nueva modalidad se fundamenta en la idea de compartir las terapias de acupuntura, de forma que por un precio menor y en grupos de seis personas, aquellos interesados pueden asistir a este tipo de acupuntura, compartiendo así su tiempo y espacio con otros usuarios. La fisioterapeuta y acupuntora María Martínez lo lleva a la práctica en su centro Jade Salud, que localizó en la capital burgalesa tras su vuelta de Irlanda, donde trabajó durante once años.
“En Irlanda se denominaba Community Acupunture (acupuntura de comunidad) y se solía hacer en centro cívicos para gente que no tenía acceso a una terapia privada, que costaba casi el doble”, explica Martínez a Ical. Era un método muy habitual en Irlanda, y en otras zonas del mundo. Sin embargo, a su regreso a España se dio cuenta de que primaban los tratamientos de acupuntura individuales.
Por ello, con el fin de ofrecer un servicio más barato que permitiese a la gente poder asistir a más sesiones, decidió ponerlo en práctica. La primera tuvo lugar en febrero de 2020, antes de la pandemia del coronavirus, y por aquel entonces recibía el nombre de acupuntura grupal. Sin embargo, cuando pudo retomarlo tras la pandemia decidió cambiarle el nombre a acupuntura express.
“Con mi experiencia calculé que seis personas era el número ideal para que se desarrolle bien. En Irlanda era de incluso más personas”, explica, señalando que en su caso ha intentado crear unas sesiones “más cuidadas” donde las personas que asistan puedan estar cómodas.
Las sesiones tienen un precio de 15 euros, menos de la mitad de lo que cuesta una sesión individual, y tienen una duración de 45 minutos, durante el cual los asistentes reciben un tratamiento de acupuntura sencillo (3-5 puntos) en pierna, pie, antebrazo-mano y/o cabeza, y pueden elegir entre varias modalidades.
Martínez explica que optó por llevar a cabo este tipo de terapias de acupuntura entendiendo las “necesidades” de cada uno, ya que considera que la acupuntura se debería utilizar “a diario”. “En China lo utilizan a diario, incluso mañana y tarde. Aquí la gente no dispone del tiempo ni del dinero”, afirma. Por ello, pensó que la acupuntura express, que permite abaratar el coste, podría ser una buena idea.
“La acupuntura es muy poderosa en pocas sesiones, pero mucho más si se pueden hacer muchas”, añade.
Beneficios
Pese a ser una técnica milenaria, María Martínez reconoce que la acupuntura no es tan conocida en España, y aunque en la ciudad hay otros centros que ofrecen esta terapia, ninguna lo hace con la acupuntura express. “Su gran eficiencia viene en dos grandes términos. Funciona muy bien y de manera inmediata con el dolor y con los niveles de ansiedad”, afirma la fundadora de Jade, que recuerda que “cualquier condición con dolor empeora con la ansiedad y el estrés”.
Por ello, destaca lo importante que considera la salud y que la gente se involucre con ella. “Pese a que la pandemia ha pegado una bofetada a la salud. No sé si estamos invirtiendo lo máximo o más en salud que antes”, apunta. En esta línea señala que uno de sus objetivos profesionales es “educar para que la gente sepa qué está haciendo mal y qué hacer para cambiarlo”. “Siempre digo que quiero morir joven lo más tarde posible”, agrega.
Junto a las sesiones de acupuntura express, Martínez ofrece en su negocio también tratamientos de acupuntura a nivel privado, que tienen una duración de una hora, así como clases de acupuntura y yoga, que están teniendo mucho éxito. La acupuntura se mezcla también con las emociones en otra sesión donde se lleva a cabo un trabajo a nivel más emocional, así como un reciente taller más enfocado a la gente mayor en el que se busca combinar el tratamiento de agujas con el movimiento, de forma que los asistentes ganen flexibilidad y movilidad a la vez que interactúan con otras personas.
En este último no hay peligro con las agujas, tal y como señala la acupuntora, dado que se utiliza una acupuntura intradérmica por la cual se inserta una aguja de menos de un centímetro de longitud, permitiendo la movilidad. Martínez es consciente de que el tema de las agujas puede impresionar mucho a aquellos que nunca lo han experimentado, pero recuerda que no es doloroso. “Puede haber puntos en zonas menos carnosas que pueden molestar un poco más, pero no duele”, concluye.