Laboral

La contratación de personas con discapacidad alcanza su máximo histórico en Castilla y León

En los siete primeros meses del año se han suscrito 3.939 contratos, un 11% más que en 2021

Dos mujeres con discapacidad, durante su jornada de trabajo una lavandería industrial de Valladolid
Dos mujeres con discapacidad, durante su jornada de trabajo una lavandería industrial de Valladolid larazonLa Razón

Máximo histórico en la contratación de personas con discapacidad en Castilla y León. Entre enero y el mes de julio de este año se han alcanzado los 3.939 contratos, un 11 por ciento más que en 2021 y superando en un 6 por ciento las cifras alcanzadas en tiempos prepandemia.

Detrás de este incremento subyace, indudablemente, la recuperación económica, tras haber dejado atrás la etapa más dura de la emergencia sanitaria, pero también un paulatino cambio de mentalidad en la sociedad y en las empresas, propiciado precisamente por la pandemia. De este modo, las compañías son cada vez más conscientes del talento que aportan las personas con discapacidad, viendo reforzados valores como el sacrificio, la superación o el esfuerzo, tan necesarios en una sociedad diversa y competitiva.

Además, la consolidación de la ley que exige a las empresas la incorporación de personas con discapacidad (que en 2022 cumple 4 décadas) y la mayor visibilidad de la discapacidad durante los últimos años gracias, entre otros, a la globalización y al auge de las redes sociales, han hecho que el empleo deje de ser considerado un anhelo inalcanzable o reservado a unos pocos para convertirse en un derecho fundamental y en el vehículo por excelencia para que las personas con discapacidad alcancen sus metas personales.

“Vivimos el mejor momento para abordar la inclusión y para hacer efectiva la igualdad de oportunidades. Hoy, cuatro décadas después de la aprobación de la ley que exige a las empresas la incorporación de personas con discapacidad, es evidente que su empleo ha avanzado de forma espectacular. Sin embargo, los retos por delante son aún mayúsculos: la concentración de los contratos sigue produciéndose en el ámbito protegido (Centros Especiales de Empleo), mientras que en las empresas ordinarias los trabajadores con discapacidad continúan infrarrepresentados, dificultando este hecho la normalización. Por otra parte, existe un notable gap formativo que excluye a las personas con discapacidad de las posiciones más cualificadas, particularmente en el ámbito tecnológico, siendo imprescindible dotarles de competencias digitales para conectar con los nichos de empleo emergentes. Asimismo, resulta esencial estimular su participación en el mercado laboral, todavía exigua” – señala Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

En este sentido, y aun habiéndose incrementado la contratación, la participación de las personas con discapacidad en el mercado laboral sigue siendo deficitaria (34 por ciento), lo que quiere decir que el 66 por ciento de las que se encuentra en edad laboral, no tiene empleo ni lo busca. La tasa de actividad para el resto de la población se eleva 42 puntos porcentuales, hasta alcanzar el 76 por ciento, según la encuesta EPD del INE.