Nuevo proyecto
La Casa de la Ciencia de Salamanca, punto de encuentro para los investigadores de todo el mundo
Este nuevo espacio aspira también a ser motor de la cultura científica de Castilla y León
Con el objetivo de impulsar la divulgación investigadora en Salamanca, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Junta de Castilla y León, Unicaja Banco y el Ayuntamiento de Salamanca han unido sus fuerzas para crear la Casa de la Ciencia “CSIC-María la Brava”, en un histórico edificio del siglo XV que ahora será también un esspacio cultural para la sociedad y servirá como punto de encuentro para los investigadores.
Un proyecto de “gran alcance y relevancia”, en palabras del presidente Fernández Mañueco, que pretende convertirse en motor de la cultura científica en Castilla y León, pero también en un modelo de gestión a nivel nacional e internacional.
“La investigación y la innovación son caminos de progreso y modernidad”, decía Mañueco en su intervención, en la que destacaba también que Castilla y León está en el top 5 de España en gasto en I+D en relación al PIB, y que trabajan para generar, captar y retener talento, además de favorecer su retorno.
Esta Casa aspira también a ser referente internacional de divulgación científica desde Salamanca, una ciudad de tradición humanista que destaca por su patrimonio histórico y su oferta cultural. Un reto que se suma a una oferta cultural para el público general y al objetivo de aumentar la visibilidad del CSIC, acercar el trabajo de los investigadores a la sociedad, favorecer la internacionalización de los proyectos y servir de punto de unión entre los diferentes centros de investigación.
El nuevo centro contará con una programación anual que tomará protagonismo en la planta baja de la Casa de María la Brava, con una sala para exposiciones permanentes de 200 m2. Las exposiciones permanentes se combinarán con muestras temporales ubicadas en la primera planta, donde un espacio de más de 150 m2 acogerá eventos nacionales e internacionales, como el “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia” o el “Día Internacional de la Cultura Científica”, entre otros.
A todo ello se sumarán programas transversales de calidad que perseguirán conectar con públicos más concretos, como la labor del “Árbol de la Ciencia” que acerca los proyectos del CSIC a la ciudadanía; y alcanzar propósitos específicos, como el programa de “Fomento de Vocaciones Científicas”, que busca despertar el interés por la ciencia entre los más pequeños.
Carlos García-Carbayo, alcalde de Salamanca, destacaba la importancia de este proyecto para la ciudad, porque la dotará de un instrumento que aportará una gran visibilidad a la labor investigadora que se lleva a cabo en la capital del Tormes. “Será una ventana abierta a la promoción del valor científico de Salamanca y un excelente reclamo que atraerá visitantes, gracias a una oferta científica y cultural que será de gran nivel”, apuntaba.
El presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga, ponía en valor el arraigo de la entidad con Castilla y León y Salamanca y destacaba que el proyecto ahora presentado ha sido posible “gracias a la unión de voluntades”.
También valoraba la importancia de la colaboración público-privada, “porque permite multiplicar capacidades” para acometer actuaciones que requieren importantes esfuerzos y dedicación de recursos”. “Este nuevo centro aspira a convertirse en motor de la cultura científica en la región”, finalizaba el presidente de Unicaja Banco., entidad que refuerza su relación con Salamanca, plasmada en los últimos años con otras iniciativas, como la cesión al Ayuntamiento de Salamanca del Centro Cultural de la Plaza de Trujillo y de un céntrico solar en el Patio Chico, junto a la Catedral Vieja.
Finalmente, la presidenta del CSIC, Eloísa del Pino, destacaba que este nuevo espacio “nace con la vocación de servir como motor de la cultura científica en Salamanca y en Castilla y León, y fundamentalmente como lugar de encuentro para la toda la sociedad castellano-leonesa” .
En su opinión, la Casa de la Ciencia permitirá “reforzar la presencia del CSIC en esta región, que logrará ser un referente a nivel nacional e internacional.
El CSIC en Castilla y León
En Castilla y León se ubican cinco centros del CSIC, cuatro de ellos centros mixtos con universidades de la región. Dentro del área de Biología y Biomedicina destacan el Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG, CSIC-USAL), el Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM, CSIC-UVA) y el Instituto de Biología Molecular y Celular del Cáncer (IBMCC, CSIC-USAL), que resalta por sus estudios oncológicos en ciencia básica y medicina aplicada. En el área de Ciencias Agropecuarias, el CSIC cuenta en la comunidad autónoma con el Instituto de Ganadería de Montaña (IGM, CSIC-ULE), que destaca por sus investigaciones en la modernización tecnológica de los sistemas ganaderos, y el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA), un centro propio del CSIC que realiza análisis multidisciplinares de los ecosistemas en busca de soluciones científicas para su conservación. A estos institutos se añaden el Centro para la Calidad de los Alimentos en Soria (INIA-CSIC) y las Oficinas de Proyectos del IGME-CSIC en Salamanca y León.
Así mismo, el CSIC cuenta con una Bioincubadora de empresas en el Parque Tecnológico de Boecillo (Valladolid), actualmente administrada por el Instituto para la Competitividad Empresarial de la Junta de Castilla y León.
Historia de la Casa de Doña María la Brava
La Casa de Doña María la Brava se trata de un inmueble del siglo XV, situado en el número 5 de la Plaza de los Bandos, en pleno casco antiguo y a unos 250 metros de la Plaza Mayor. Es un monumento histórico-artístico, rehabilitado en el 2008 por Unicaja Banco para uso museístico, tras su adquisición.
El edificio, de cuatro alturas, tiene una superficie útil de 1.282 metros cuadrados y su interior se encuentra plenamente remodelado. Se trata de un gran ejemplo representativo de las casas de la nobleza española de la segunda mitad del siglo XV.
Durante bastantes años del siglo XX la casa acogió un liceo escolar y las dependencias del Colegio Farmacéutico Salmantino.
Doña María Rodríguez de Monroy, la Brava, perteneció a una familia importante del siglo XV, que luchó en una guerra casi infinita por obtener la hegemonía absoluta de la ciudad de Salamanca, en un periodo conocido como “Guerra de los Bandos”, por el enfrentamiento entre diversas facciones. En una de esas luchas sus hijos murieron, por lo que ella se encargó de buscar a los asesinos, mandarlos matar y decapitar. Posteriormente depositó sus cabezas en la tumba de sus hijos. Este hecho hizo que la historia la recuerde con el nombre de Doña María La Brava.
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