Cultura

Descubre los secretos de la biblioteca más antigua de España

Cuenta con numerosas joyas entre sus casi 3.000 manuscritos y 500 incunables

Biblioteca universitaria de Salamanca
Biblioteca universitaria de SalamancaUSAL

No hay mejor antesala para el conocimiento que una buena biblioteca. Lugar de sabiduría y de peregrinación a lo largo de los siglos de muchos eruditos que querían ampliar su aprendizaje acudiendo a manuscritos e incunables, que hasta la llegada de la imprenta sólo se podían contemplar y analizar en determinados espacios religiosos, en especial en abadías o monasterios, que albergaron y siguen albergando algunos tesoros bibliográficos de gran valor.

Biblioteca universitaria de Salamanca
Biblioteca universitaria de SalamancaDavid Arranz

“El infinito en un junco: La invención de los libros del mundo antiguo”, de Irene Vallejo, Premio Nacional de Espasa 2020, nos hace un recorrido somero y exquisito por algunos de estos espacios, contando de manera amena la creación de varias bibliotecas que han pasado a la historia de la Humanidad. Quizá la más conocida y que debió ser el culmen de los libros antiguos del pasado, la de Alejandría. Uno no se puede hacer una idea de lo que allí se podía encontrar, que cuentan desapareció con el fuego.

Pero aquí, en España, ¿dónde se encuentra la biblioteca más antigua? Pues una ciudad universitaria tenía que ser. Se trata de la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca, fundada en el año 1254 por el rey Alfonso X el Sabio, aunque por voluntad de Alfonso IX de León. En 1255 el Papa Alejandro IV concedió validez universal a los títulos impartidos por esta nueva universidad.

Nos adentramos en un mágico templo que huele a libro antiguo, a conocimiento y donde se hallan depositados alrededor de 3.000 manuscritos y 500 incunables, algunos hipnóticos, como veremos a continuación. Accedemos a ella por el edificio de las Escuelas Mayores. Allí nos encontramos con la primera sorpresa, una reja de hierro del año 1526.

Biblioteca universitaria de Salamanca
Biblioteca universitaria de SalamancaDavid Arranz

Y antes de llegar a los libros debemos detenernos en las estanterías de madera, dispuestas en dos pisos superpuestos, labradas en barroco por el maestro Miguel Martínez y en las esferas armilares que fueron adquiridas por Diego de Torres Villarroel en Inglaterra, Holanda y Alemania, los denominados “libros redondos”, que forman parte intrínseca de los volúmenes que se pueden contemplar.

Y la joya de las corona el extenso patrimonio bibliográfico histórico que atesora, constituido por 2.783 manuscritos, 487 incunable y alrededor de 62.000 volúmenes impresos. Todos ellos, y gracias a las nuevas tecnologías se pueden contemplar a través de un simple click.

Y empecemos con los tesoros, el primero de ellos “Los elementos”, una copia de la obra del griego Euclides escrita en pergamino en el siglo XIII , escrita en tiempos de la Biblioteca de Alejandría y que es el libro más editado de la historia por detrás de la Biblia. Unos textos escritos con letra gótica y con amplios márgenes.

Otra de las joyas, “Obras de Séneca”, traducido del latín al castellano por Alonso de Cartagena, que llegaba a la biblioteca salmantina en 1767 tras la expulsión de los jesuitas.

No podía falta en esta lista. El Libro de Buen Amor, de Arcipreste de Hita, ya que la biblioteca custodia uno de los tres ejemplares que existen, siendo el que existe aquí el más tardío pero el más completo.

Ahora nos adentramos en el mundo de la botánica, con “De materia médica” de Pedanius Dioscórides, donde se recogen conocimientos de medicina, farmacología y botánica, y que es una copia escrita en griego en el siglo XV en Italia. Presente en la USAL desde el año 1954.

Biblioteca universitaria de Salamanca
Biblioteca universitaria de SalamancaDavid Arranz

Pero es numerosa la lista, como el “Liber Canticorum de la reina Doña Sancha”, de mediados del siglo XI, el códice “Armorial” de Steve Tamborino, que recopila multitud de escudos de armas españolas del siglo XVI o la “Historia de la composición del cuerpo humano”, de Juan Valverde de Amusco, del siglo XVI, o el manuscrito de “Faxienda de Ultramar”, una biblia romanceada del siglo XIII.

En definitiva, un deleite para la vista, pero sobre todo para el conocimiento.