Innovación
Nazaret Mateos, premio a la Mejor Agricultora Ecológica de Europa, desarrollará un proyecto para recuperar la zamorana Sierra de la Culebra, tratando el suelo quemado con hongos para devolver a esta zona forestal el futuro que arrasaron los incendios de este verano.
Se trata de un proyecto de I+D que ha bautizado como RefoSetas y que busca “devolver a la Sierra de la Culebra todo lo que le ha dado”, asegura en declaraciones a Efe esta agricultora que acaba de recibir el Premio a la Mejor Agricultora Ecológica de Europa por su plantación ecológica de setas en el municipio palentino e Paredes de Nava y su empresa EntreSetas.
”La sierra me ha enseñado todo lo que sé y lo que es EntreSetas y ahora quiero sacar de nuestro invernadero todo lo que he aprendido y devolvérselo, para que su gente pueda volver a coger setas y ella pueda volver a estar viva y verde”, resume como si de una simple cuestión de justicia se tratase.
Ella nació en Villanueva de Valrojo, uno de los pueblos zamoranos desalojados durante el incendio de la Sierra de la Culebra el pasado mes de junio. Dice que no dudó en arremangarse para ayudar en lo que pudo y que cuando dejó de llorar porque se había quemado todo, solo le daba vueltas a la forma en que podía ayudar porque el fuego no solo devastó una reserva natural, también quemó el futuro de una comarca que tenía en las setas uno de sus recursos económicos más importantes.
Solo como ejemplo, la Cátedra de Micología de la Universidad de Valladolid (UVa) cuantificó las pérdidas de ese incendio forestal en doscientas toneladas de Boletus al año durante dos decenios y tres millones de euros al año. Y hay que tener en cuenta que para que un pino empiece a dar boletus hay que esperar unos veintisiete años”, explica Mateos.
Por eso lleva tres meses trabajando en un proyecto muy innovador para reforestar y regenerar el suelo quemado, para acortar los tiempos de espera.
La idea parece simple: “para montar mis invernaderos traje setas que crecían allí y ahora voy a sacarlo de aquí -en Paredes de Nava- para llevarlo allí”, explica.
Pero es muy “innovadora y novedosa” porque va a tratar el suelo quemado de la sierra combinando hongos saprófitos y micorrícicos, aprovechando los árboles y la materia muerta para tener las primeras producciones de setas esta primavera y regenerando la microbiota del suelo y la micología del bosque de cara al futuro.
”Vamos a intentar que toda la planta (castaños, pinos, robles) que se meta ahora en la sierra tenga un valor micológico a futuro”, apunta. Para ello, cuenta que, por una parte, hay que inocular la materia inerte, los árboles quemados, robles y castaños, algunos centenarios, que han quedado de pie tras el paso del fuego pero que están muertos, con hongos saprófitos (setas que necesitan materia muerta para crecer).
Empezar de cero
”Esos árboles quemados van a dar sombra y se pueden inocular para que produzcan setas y todo lo que descomponen los hongos se convierte en alimento para el suelo. De esta forma vamos a conseguir generar la microbiota que ha perdido el suelo y darle de comer para que se quede y se asiente”, explica.
Además, como está todo quemado y hay que empezar de cero, esta agricultora micológica quiere llevar a la sierra más tipos de setas de que los que había antes del fuego. Asegura que de las catorce variedades que cultiva en su invernadero, una docena son viables en el monte porque se alimentan de materia muerta y ahora en la sierra, materia muerta es lo que sobra.
Asimismo, esta emprendedora ha realizado un estudio de las setas más óptimas y con todo el trabajo de I+D que hay detrás del modelo de gestión de su plantación ecológica de setas en Paredes de Nava (Palencia), que ya le valió en 2019 el premio a la Excelencia a la Innovación de la Actividad Agraria, quiere repoblar la sierra de la Culebra con setas de cardo, de ostra, de chopo, con enoki, reishi o melena de león.
”Llevaremos distintas variedades para que salgan en primavera y en invierno y para que den una rentabilidad económica todo el año, con la idea de que la gente pueda empezar a coger setas esta primavera, pero también durante los próximos cincuenta o sesenta años”, afirma Mateos.
La segunda pata del proyecto consiste en llevar plantas con hongos micorrícicos (hongos asociados a una planta viva para hacer simbiosis con las raíces) para regenerar la micología del bosque.”Es un proyecto puntero a nivel mundial”, asegura, mientras comenta que hasta ahora “nunca” se ha hecho un tratamiento de zonas quemadas con hongos saprófitos y micorrícicos.
”Primero porque no se suele hacer tratamiento de zonas quemadas con hongos y en segundo lugar, porque nunca se ha hecho un combinado de este tipo en suelos quemados”, precisa.
De momento cuenta con el apoyo de empresas medioambientales y madereras y ya ha arrancado el compromiso de la Diputación de Zamora, que ayudará económicamente, y del Ayuntamiento de su pueblo, Villanueva de Valrojo (Zamora), que ha puesto a su disposición las 750 hectáreas de monte público de que dispone.
”Falta por saber cuál va a ser la aportación de la Junta y si quiere colaborar con nosotros”, apunta Mateos, que señala que lo ideal sería coordinarse con los servicios de Medio Ambiente para aprovechar su plan de reforestación y no duplicar medios humanos y técnicos y ser más eficientes.
El presupuesto del proyecto es de 2,5 millones para tratar las 750 hectáreas de Villanueva de Valrojo, lo cual permitirá aprovechar las funciones de los hongos saprófitos y micorrícicos en la naturaleza y contar con sus ventajas a corto y medio plazo.
Con los saprófitos será posible recolectar setas en primavera y comercializarlas, con lo que eso supone para la economía de la zona, ya que los 89 recolectores se han quedado sin nada. Y con los micorrícicos conseguirán regenerar el suelo creando una red de micelio para que árboles y hongos crezcan mejor.
”Pero mientras se crea esa red de micelio -concluye- vamos a aprovechar la materia muerta para sacar otras setas”.